The Winery Dogs: III
Tercer álbum de The Winery Dogs en el que sus talentosos integrantes, exhiben una creatividad envidiable, tanto en accesibilidad como en complejidad.
Una reunión de músicos como, Richie Kotzen (guitarra y voz), Billy Sheehan (bajo) y Mike Portnoy (batería), nunca puede defraudar. Las cualidades interpretativas de cada uno quedaron plasmadas en su álbum debut homónimo de 2013, en lo que significó el arranque de esta aventura a la que le pusieron el nombre de The Winery Dogs.
Dos años después llegó ‘Hot Streak’, donde ratificaron sus habilidades, tanto en el manejo de los instrumentos como en el apartado compositivo.
Con una trayectoria que impresiona, el que fuera guitarrista de Poison y Mr. Big se ha mostrado como un músico versátil que se adapta a cualquier tipo de propuesta. Billy Sheehan, no se queda atrás, ahí están sus vínculos con Talas, David Lee Roth, Steve Vai, Mr. Big y Sons Of Apollo. Y que decir del ex Dream Theater Mike Portnoy y su agitada agenda de trabajo junto a Flying Colors, Liquid Tension Experiment, Neal Morse Band, Sons Of Apollo o Transatlantic.
Una fórmula entre el virtuosismo y la accesibilidad
Desde que presentaron su primer lanzamiento The Winery Dogs han apostado por una fórmula que combina el virtuosismo instrumental de sus tres integrantes con perfiles accesibles que pueden ser perfectamente asimilables por un amplio sector de público.
Ocho años después de su última grabación ratifican su propuesta con este tercer álbum que se mantiene en la misma línea que sus anteriores entregas.
De modo que nos encontramos ante una grabación en la que Richie expone sus inagotables recursos con las seis cuerdas además de su aportación vocal con un registro que encaja perfectamente en el tipo de música que construyen The Winery Dogs. Sus acompañantes, Mike y Billy, tampoco se quedan atrás exhibiendo sus cualidades, tal como queda reflejado desde el inicio con “Xanadu”, una pieza que arranca con los tres músicos fusionando sus respectivos instrumentos en perfecta simbiosis con una intrincada estructura propia del jazz-rock, compensada con un estribillo pegadizo y en la que Richie hace alardes puntuales con su garganta como si de un joven Ian Gillan se tratara.
“Mad World”, el primer tema que ya dieron a conocer meses atrás, entra en la categoría de momentos más accesibles del álbum, con Mike y Billy muy comedidos dejando el protagonismo a la guitarra y voz de Richie. Eso sí, finiquitado con un sugerente punteo de bajo.
Más comercial resulta todavía “Breakthrough”, de voces suaves e instrumentación delicada que conforman una estructura asequible, aunque no faltan un par de excelentes solos de guitarra. Esta vertiente accesible se puede observar también más adelante en “The Vengeance”, pieza que destila romanticismo.
Una inmensa riqueza instrumental
Mucho más complejo y entretenido resulta “Rise”, un tema en el que convergen de nuevo las influencias del jazz-rock, con destacada presencia de bajo y batería, además de la voz melódica de Richie, quien aporta sus divertimentos guitarreros para entregar otra convincente fusión instrumental de lo más llamativa. En esa misma línea está “Pharaoh”, donde Portnoy ofrece todo un amplio repertorio de golpeteo versátil dentro de una dinámica en constante mutación.
“Stars”, es de parámetros más convencionales; posee un ritmo acompasado que recuerda a las sonoridades del soul, un toque misterioso y unas partes etéreas de guitarra que pueden recordar a Pink Floyd.
“Gaslight” y “Lorelei”, muestran la diversidad y las vertientes opuestas que se pueden permitir The Winery Dogs gracias a su talento. La primera es la canción más intensa del álbum, de instrumentación intrincada con guitarra, bajo y batería en plan desbocado; mientras que la segunda, por el contrario, es de ritmo lento acompasado en clave blues y en la que Richie canta en plan sentimental colocando alguna parte en falsete.
Cierra el álbum “The Red Wine”, con una última demostración de talento y recursos por parte de los integrantes de The Winery Dogs, con múltiples variaciones instrumentales armonizadas en torno a partes vocales que crean una perfecta labor de cohesión.
Un álbum de inmensa riqueza instrumental cuyo contenido es imposible de asimilar si no es a través de repetidas escuchas.
Locky Pérez
Grupo:The Winery Dogs
Discográfica:Three Dog Music
Puntuación:8
Canciones:
- Xanadu
- Mad World
- Breakthrough
- Rise
- Stars
- The Vengeance
- Pharaoh
- Gaslight
- Lorelei
- The Red Wine
Año:2023-02-03
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