¿Rock n’ roll sin guitarras eléctricas? Quien iba a decirlo, pero sí. Desde que nació éste género musical, el citado instrumento ha sido una pieza clave a la hora de desarrollar el rock. Sin embargo, hay unas pocas bandas que a lo largo de la historia se han empeñado en demostrar lo contrario. Una de ellas, The Alligator Wine.

La agrupación  nace en 2016 de la escisión del vocalista Roberto Vitacca de su anterior banda, Lacrimas Profundere.  Los pasajes de gothic/doom desarrollados en la música de la citada banda desaparecen casi por completo en la nueva banda del señor Vitacca, que ha optado por tomar una senda totalmente distinta.  Pues, aunque los temas de The Alligator Wine siguen  conteniendo remotas influencias de estilos oscuros, se caracterizan por contar con un sonido fresco y discotequero.

Aparte del ya citado Rob Vitacca, el otro 50% del peso de la formación recae sobre Thomas Taufe; quien aparte de llevar la percusión, se encarga de dar vida también a los coros.

Corto pero intenso

El EP se inicia con la canción que le da título, “The Flying Carousel”. Con este primer tema puede apreciarse la dirección que toma la banda. El rock vintage construye los cimientos sobre los que se asienta el track (y todas las composiciones de The Alligator Wine), que queda a su vez adornado por pequeñas reminiscencias del gótico como pueden ser The Sisters of Mercy. Pero lo que realmente hace únicas estas composiciones, y en especial “The Flying Carousel”, son las melodías de teclado y ritmos fiesteros, que junto al estribillo crean un tema que roza lo que puede denominarse como música comercial.

El segundo de los tres temas es  “Dream Eyed Little Girl”. Éste se inicia de una manera más oscura y sombría, con travesías de psicodelia prevenientes del órgano distorsionado de Vitacca. El vocalista muestra a lo largo de los cuatro minutos y medio de duración, unos pasajes de voz muchos más siniestros, dejando entrever su pasado en Lacrimas Profundere. Aun así  cuando se acerca el estribillo se aprecia claramente los elementos bailables, bien condimentados por el ritmo de percusión constante de Taufe.

El tema que rompe el esquema dentro del EP es “Reptile”, donde los paisajes psicodélicos ganan más fuerza, observándose más elementos electrónicos que en sus dos predecesoras. El contraste es bastante notable, pues aparte de ser unos minutos más larga, la canción se desarrolla de una manera más parsimoniosa y no encierra en su composición tanta festividad como “The Flying Carousel”.

Con tan solo tres piezas, The Alligator Wine ha sabido crear un muy buen aperitivo para lo que pueda encerrar posteriormente el álbum entero, para que tras escuchar esto, quedamos todos expectantes. Además este  EP está estrictamente grabado con equipos analógicos, introduciendo un enfoque lleva a un registro de sonido increíblemente orgánico que combina instrumentos clásicos y composiciones modernas que simplemente te lleva a un mundo de exuberantes bajos sintetizados. Si algo hay que añadirle a esto, es que  “The Flying Carousel” solo saldrá en formato de vinilo.

Tamara Ruiz

Grupo:The Alligator Wine

Discográfica:Century Media Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. The Flying Carousel
  2. Dream Eyed Little Girl
  3. Reptile

Año:2019-01-25

Votación de los lectores:5