Transatlantic: The Absolute Universe

Transatlantic presenta su última sobreproducción plasmada en un triple disco, por llamarlo de alguna manera. Esta producción contiene un mensaje luminoso en tiempos de incertidumbre, en la que las melodías progresivas muestran todo su esplendor, a la altura técnica compositiva de sus componentes.

En 2019 se empezó a fraguar este triple disco, que incorpora una amplia sonoridad. Rock progresivo con licencia para componer un trabajo colosal en plena libertad Los seguidores del género encontrarán en él un amplio abanico que no defrauda dentro de las expectativas más conservadoras. Transatlantic utiliza formatos de tiempos pasados para iluminar el presente con un mensaje de optimismo, que intenta aportar luz en momentos de penumbra.

Forevermore

Se trata de un doble disco (o CD doble), en el que Transatlantic muestra su rock progresivo y su capacidad creativa. Es su quinto disco de estudio. Esta banda, integrada por increíbles músicos, no desperdicia ninguna composición, y en el presente disco se muestra todo el material disponible. Unos músicos con unas carreras consolidadas que no parecen tener fin. ‘The Absolute Universe: Forevermore’ es la versión “extendida” de esta dimensionada obra.

“Overture” abre el trabajo con una intro atmosférica cargada de melodía. La guitarra y el teclado dan forma al tema. La voz se intercala con las notas repetidas que ejecutan los instrumentos. La composición está llena de atrevimiento y extravagancia, un adelanto del propio contenido de la obra. “Heart Like A Whirlwind” podría ser la banda sonora de una sitcom de décadas pasadas, e incluye diferentes pasajes no tan diferenciados. Exquisita melodía de inicio en “Higher Than The Morning” que contiene unos coros dulces y unos momentos de guitarra exquisitos, con un sonido clásico de rock. Final con teclado evocador. 

“The Darkness In The Light” comienza con una buena base rítmica, protagonizada por la batería principalmente, en la que la voz entra acomodada junto al teclado. Incluye un pasaje que eleva el estado de forma relativa, sin llegar a romper. Nostálgica entrada ofrece “Swing High, Swing Low”, con un sonido de piano que es intercalado por notas de guitarra. Canción con infinidad de arreglos, que incluye un tramo en el que la guitarra suena muy profunda. Transatlantic muestra constantemente su calidad de composición. Final con el clásico sonido Hammond. La batería vuelve a abrir en “Bully”, y la voz es acompañada con golpes rítmicos e instrumentales que generan un sonido británico en este tema corto.

Sonido Supertramp en “Rainbow Sky”. Destacables los arreglos de palmas. Algunas melodías de otros temas se repiten. Extraño y vacilón comienzo en ”Looking For The Light”. Voces y coros se acompañan para ofrecer una melódica disposición en el estribillo, siempre con una alfombra de teclados y guitarra en la base. El bajo ofrece, desde el principio del disco, un sonido y composición excelentes, siempre a un nivel integrador, dependiendo del tema.

En “The World We Used To Know”, el último tema de la mitad de esta versión de la obra, la batería rompe en el inicio acompañada por un bajo sincopado y un sonido de teclado. La guitarra se une a la fiesta en el mejor tema del amplio disco. La voz introduce otro bloque en el que el bajo se luce de nuevo junto a los excelentes arreglos y cambios de ritmo. Tema entrañable con muestras de gran calidad en todos los aspectos.

La segunda parte de esta versión “extendida” comienza con mucha luminosidad con “The Sun Comes Up Today”. Tiene una entrada melódica en la que la guitarra brilla impulsada por los teclados. Comienzo optimista y vitalista para esta segunda entrega de ‘The Absolute Universe: Forevermore’. Continúa la guitara acústica para dar paso y entrada a “Love Made A Way (Prelude)», tema romántico y breve como un suspiro. Con una base de drum and bass comienza “Owl Howl”, canción que recuerda a unos ralentizados Primus. Integran esta canción desternillantes pasajes, con una base de bajo excelente.

“Solitude” empieza con un entrañable pasaje melódico, y la voz se incorpora en un baile íntimo con la música. Tema con una composición algo repetitiva en comparación a otros ya escuchados. El sonido del teclado acompaña hasta dar comienzo la siguiente canción. “Belong” sigue una línea continuista de melodías en términos generales, en el que se repiten ciertas melodías de voz y de teclado. Vuelve a abrir una acústica en “Lonesome Rebel”. La innovación se pierde en las repetidas melodías de voz y cadencias compositivas. Incluye de regalo un final escalado.

“Looking For The Light (Reprise)” comienza con una melodía de teclado que continua hasta que el bajo se hace con las riendas. Este instrumento es de lo mejor del disco, sin duda, y se marca un drum and bass en el que el teclado intenta resaltar sin éxito, seguido por un intento algo más acertado de la guitarra. La voz entra en la mitad del tema, sin aportar nada nuevo al igual que el resto de canción.

En “The Greatest Story Never Ends” se repiten algunas melodías ya escuchadas. Es muy destacable el trabajo del bajo y el ambiente de ópera rock a lo Queen que se genera en algún momento. “Love Made a Way” cierra esta primera versión de la obra de Transatlantic con la sonoridad del tema anterior de inicio. La voz y el piano marcan el principio que desembocará en un final de tema marcado por la incertidumbre melódica.

The Breath Of life

En esta versión “reducida” se pueden encontrar diferenciaciones con temas ya escuchados en la otra. Algunas melodías nuevas, temas más cortos y algunos cortes que aparecen para integrarse a la obra conforman esta reducción, que no es la palabra que mejor expresa lo grabado en este CD.

“Overture” vuelve abrir esta versión con menos tiempo de escucha. Partes con melodías diferentes marcan la diferencia con la otra interpretación. Diferencias compositivas integran la estrofa en “Reaching For The Sky” junto a un estribillo más fresco, aunque se mantiene clásico en el fondo. Se aprecian detalles vigorosos en el ritmo y la guitarra eléctrica. “Higher Than The Morning” mantiene la esencia de la otra versión de la obra, aunque es un tema un minuto más corto. Lo mismo ocurre con “The Darkness In The Light”, pero con la misma duración. 

“Take Now My Soul” no aporta nada nuevo. Es destacable el final de alto nivel musical que tiene. “Looking For The Light” pierde un minuto de reproducción en esta versión reducida. “Love Made A Way (Prelude)” es una versión más nostálgica que la anterior, pero de más duración. Se vuelve a acortar el siguiente tema en esta versión de “Owl Howl”.

Se reduce la entrada de la voz en “Solitude” y su duración total como tema. Esto último ocurre también en “Belong”. “Can You Feel It” destaca por su sonoridad cercana al folk. Destacan pasajes muy progres. “Looking For The Light (Reprise)” aumenta en un minuto su duración respecto a su otra versión. Al contrario que “The Greatest Story Never Ends,” que se reduce en un minuto. Cierra la obra una tercera versión de “Love Made A Way”, que suena a telenovela, con una duración de nueve minutazos, en los que se profundiza más en la melodía y el desarrollo del tema.

Progresivo enlatado y vitaminado

En definitiva, este disco es un trabajo excelente de composición y nivel técnico instrumental, que incorpora unos detalles maravillosos del estilo. Eso sí, existe un desfase temporal en el formato de entrega de la obra, en la que se ha querido incorporar todo (o casi todo) el material compuesto. Lástima que en algunas partes o temas pierda la frescura por la repetición de algunas estructuras musicales, y por una aportación algo floja de la voz.

Alucinante el trabajo de todos los instrumentos, destacando por encima de todo el bajo. La guitarra eléctrica calza un sonido espectacular muy rock. El teclado utiliza unos modos muy explotados ya, musicalmente hablando. El sonido es muy bueno. Los amantes del género lo van a disfrutar y mucho, ya que con cada escucha, la relación entre la obra y el oyente aumenta.