Thanatos: Violent Death Rites

Thanatos, que ostentan el título de banda de death/thrash metal más antigua de los Países Bajos, sacan su séptimo álbum de estudio en motivo de su trigésimo quinto aniversario. ‘Violent Death Rituals’ recoge toda su experiencia musical en diez temas de death thrash muy a lo old school.

Con Slayer, Possesed y Kreator como influencias para ‘Violent Death Rites’, Thanatos se dispuso a crear un álbum de puro death thrash en la actualidad, momento en que, según han afirmado, el metal se ha vuelto demasiado políticamente correcto. Como novedad, ha habido más cambios de formación, pues se han incorporado Martin Ooms a la batería y Mous Mirer al bajo. Además, este trabajo está producido por los mismos miembros de la banda, hecho un tanto inusual que le ha aportado un toque más personal al disco.

Violento, sin duda alguna

El disco da comienzo con “Violent Death Rites”, que alterna los ritmos y sonidos del death con la rapidez del thrash. Un inicio que desprende brutalidad, la misma que se derrocha en “The Silent War”, donde se encuentran algunos de los riffs más logrados de este trabajo. En estas  dos canciones se confirma la cuestión de las influencias, pues las similitudes son más que evidentes, aunque bañadas en su death metal particular. El tracklist sigue con “Unholy Predator”, en el que las guitarras dejan los riffs para centrarse en melodías concretas y puntuales. Stephan Gebédi, vocalista y único miembro fundador activo actualmente, por su parte, se mantiene lineal entre growls oscuros. Este tema se desvanece con un fade out y choca, de sopetón, con “The Outer Darkness”, cuyas melodías iniciales son de las más pegadizas y entrañables.

De hecho, si no fuese por ellos, es posible que esta canción pasara por ser una más del montón. Aun así, es de remarcar el gran trabajo hecho a nivel musical y interpretativo, en que se ve la capacidad de las dos nuevas incorporaciones, tanto Ooms como Mirer, este último compenetrándose sin problema con la labor de Paul Baayens y Gebédi a las guitarras. “Burn The Books Of Hate” mantiene un ritmo interesante, acrecentado por el doble bombo, a toda mecha en cada estrofa. Los de Rotterdam llevan su música a un nivel aún más extremo con la agresiva “It Always Ends In Blood”, una de las grandes de ‘Violent Death Rites’.

¿Thrash? ¿Dónde?

“Corporate Indoctrination” se presenta con ritmos lentos y pesados, casi como si le costara avanzar, en comparación a las canciones que le preceden, para cambiar pasado su primer minuto de duración, en que se convierte en un ir y venir de melodías, cada vez más rápidas y brutales. La gracia de “Sent From Hell (I Infidel)” reside justo en el momento previo al arranque real de la canción pues, pasada la introducción dominada por las guitarras, se desata de nuevo la locura y pasa a ser una canción tolerable solo para los amantes del death. Se habla de death y no de thrash a estas alturas, porque entre tanto gutural y bestialidad por parte de los músicos las características del thrash se pierden con facilidad. De hecho, sí es cierto que la banda ha dedicado parte de su carrera a este género musical, pero seguir usando el término thrash en esta obra no solo no es necesario, sino que es casi una mentira.

Se acerca el final del álbum con “Legacy Of The Gods”, de porte más sereno pero no espectacular, y “As The Cannon Fade”, con sus seis minutos de duración apabullantes, reúne la esencia actual de la banda.

Thanatos ha explicado en innumerables ocasiones que uno de sus intereses como banda era mantenerse fiel a su música, pero también a la esencia del metal original, a esa actitud anti-todo y destructora que caracterizaba la escena en los ochenta. Desde luego, lo han hecho. Tanto en sus temáticas como en sus composiciones, los temas que conforman el ‘Violent Death Rites’ son extremos e iracundos. Los seguidores de Thanatos pueden celebrar esta obra, pues los trabajos de dicha banda son escasos si se ponen en comparación los años de actividad con su discografía. Además, ‘Violent Death Rituals’ es un trabajo de antaño hecho hoy, a manos de unos veteranos del metal europeo, y siempre es de celebrar que bandas añejas, auténticas de la época, no cesen su actividad.