Static-X: Project Regeneration, Vol.1

‘Project Regeneration, Vol.1’ es un regalo para los fans de Static X. Todo un álbum de canciones cantadas por... ¡Wayne Static! Es triste que la banda original se una bajo estas circunstancias, años después de una pérdida tan grande, pero se trata de un bonito y emotivo detalle el hecho de incluir al mismísimo Wayne en dicha reunión.

La década del 2010 empezó lo que iba a ser el fin de la banda. Proyectos secundarios, la separación de Static-X y, finalmente, el inesperado fallecimiento de Wayne Static, vocalista y rostro de la banda. Static-X, banda ligeramente infravalorada dentro del panorama musical de la época, interrumpió de verdad su actividad, abandonando el deseo de alcanzar la fama y reconocimiento a un nivel superior.

Más adelante, pero todavía en un contexto de inactividad, Tony Campos, bajista y miembro fundador, puso en marcha el disco que se analizará a continuación. Una enorme tarea que, literalmente, ha traído a Wayne de vuelta.

Una auténtica regeneración

“Regeneration” abre el álbum como tema introductorio, – nada metal, cabe decirlo – que es seguida de “Hollow”, uno de los primeros singles que lanzó la banda para anunciar el álbum y cuyo vídeo ya daba a entender que no solo la voz sería del vocalista original, sino que siquiera intentarían substituir su imagen con la de Xer0, nuevo cantante de los de California, pues cada vez usarian métodos más originales para honrar la memoria de Wayne.

En “Worth Dyin For” se pasa de un nu metal que bien podría formar parte de un disco de Korn, a un sonido propio del industrial. Una canción dinámica y pegadiza. “Terminator Oscillator”, mucho más cruda, trae consigo reminiscencias de los trabajos de Rob Zombie, totalmente lo contrario a “All These Years”, bastante más serena.

Uno de los cortes más importantes del ‘Project Regeneration, Vol. 1’  es “Accelerate”, armada con riffs muy sencillos, pero tremendamente potentes. ¿Qué se puede decir de “Bring You Down” que no se haya dicho ya de los temas anteriores? Pues poca cosa, la verdad.

Todo el álbum sigue una línea parecida, muy enfocada a recuperar el sonido de principios de los años 2000. Una de las canciones más curiosas de este trabajo es “My Destruction”, más adecuada para una rave que para un disco de metal, aunque termina por ser muy agresiva, sobre todo por la parte vocal.

Los últimos temas se suceden como una sucesión de altibajos, pues “Something Of My Own”,  pasa relativamente inadvertida y se da de bruces con “Otsego Placebo”, todo un derroche de energía a lo metal industrial. “Follow” es como un relleno, una melodía que no está mal, pero que no termina de convencer. Quizás sea por el parecido con las otras canciones, o puede ser que cause monotonía por ser verdaderamente repetitiva… Lo que está claro es que no está, para nada, entre las favoritas del disco.

Después de un álbum tan completo y consistente, en que el sonido y ritmo de la banda está presente en cada corte, era de esperar que la despedida se efectuaría del mismo modo. Nada más lejos, “Dead Souls” contiene toques acústicos y es mucho más melancólica y lenta, una canción triste y casi desesperada que llega al corazón.

Wayne Static, immortal

Nada nuevo, nada innovador, tan solo un guiño a los mejores años de la formación que le da a sus fans la posibilidad de rememorar esos buenos tiempos. Con un sonido estupendo y las grabaciones no publicadas de la parte vocal a manos del mismo Wayne Static, no se puede saber cómo afectará a la trayectoria de la banda, pero sí se puede concluir que sus fans jamás habrían esperado tan espectacular idea, y aún menos con semejante resultado. ¡Bravo!