Sonata Arctica: Talviyö

Veinte años llevan los finlandeses Sonata Arctica en activo, tiempo en el que han publicado diez álbumes de estudio, el último de ellos ‘Talviyö’, un disco en el que continúan con su estilo más melódico dejando totalmente de lado el power metal que les hizo famosos.

Después de tantos años alejados del sonido power metalero de sus inicios ya nadie espera encontrar temazos como “Fullmoon” dentro de un disco de Sonata Arctica, el problema viene cuando tras varias escuchas cuesta elegir alguna canción que destaque de entre el resto, o que aporte algo especial, que se nos quede enganchada de alguna manera en nuestra cabeza y cueste quitársela de encima.

Con ello no quiero decir que este ‘Talviyö’ sea un mal disco, ya que si lo analizamos en profundidad presenta una altísima calidad compositiva, con una producción muy cuidada y partes instrumentales que encajan de maravilla. El problema del disco es que se encuentra en tierra de nadie, demasiado complejo como para ser un disco para “escuchar de fondo”, pero demasiado monótono como para despertarnos las ganas de menear la cabeza al ritmo de un riff. Un disco que no termina de llenar a los metaleros y al que no creo que otro público se vaya a acercar.

Talviyö, las noches de invierno de Sonata Arctica

Con una intro con un sonido muy navideño arranca “Message From The Sun”. Una canción que tiene una batería bastante cañera y un estribillo que realmente suena a Sonata Arctica, alegre y con muchos agudos por parte de Tony Kakko. Una canción bastante completa con mucha presencia por parte de los teclados, con coros y armonías acompañando al resto de instrumentos.

“Whirlwind” tiene un sonido mucho más hardrockero, una batería mucho más lenta, riff duros por parte de la guitarra, teclados haciendo los acompañamientos y un bajo muy marcado y con bastante protagonismo, algo que ocurre en varias canciones de este disco. No es un mal tema, instrumentalmente está muy logrado y tiene partes realmente buenas, pero le falta algo de chispa lo que hace que se haga largo y pesado.

El siguiente tema, “Cold”, que ha sido elegido como uno de los singles de este disco, arranca a ritmo de guitarra acústica, para incorporar al bajo marcando el ritmo, instrumento que será el gran protagonista de este tema predominando en muchas partes del mismo. De nuevo estamos ante una buena canción a la que le falta algo de fuerza en algunos tramos, algún grito agudo o algo de rabia, algo que rompa la monotonía y que le dé vida a la canción.

“Storm The Armada” es una canción más dura que las anteriores, posiblemente porque tiene una guitarra muy machacona en varias partes, lo cual le aporta fuerza, algo que hasta ahora hemos estado echando de menos en el disco. Aun así no esperéis ninguna maravilla, muchos elementos progresivos (cambios de ritmo, solos de teclado, solos de bajo, sintetizadores por todos lados…) hacen que la canción sea un poco densa y repetitiva. Aun así es un buen tema.

Y si la canción anterior nos daba esperanzas de que la cosa se pudiera poner metalera, “The Last Of The Lambs” nos las borra de un plumazo. Una canción lenta, sin gracia ninguna, con un Tony Kakko incapaz de aportar nada vocalmente a este tema, sonando monótono, desganado e insufrible. De lo peor del disco (¡ojo que las hay peores!).

Claroscuros en un disco que no convence

“Who Failed The Most” es uno de los mejores temas del disco, bastante mejor que el resto, con un estribillo con el sello de Sonata Arctica: alegre, con muchos coros, teclados y muy pegadizo. Sigue estando un poco en tierra de nadie en cuanto a estilo, es decir, ni power, ni progresivo, ni hard rock, pero tiene un poco de cada uno de estos estilos lo cual la hace una canción interesante de escuchar.

Turno ahora para la instrumental “Ismo´s Got Good Reactors”, una canción muy alegre, rápida y con un toque Western que la hace muy fácil de escuchar y que posiblemente pase a formar parte del repertorio del grupo para esta gira. Un tema lleno de vida y de energía que nos hace venirnos arriba por unos momentos.

“Demon’s Cage” tiene un inicio muy prometedor, un solo de teclado da la entrada para que una batería muy cañera le dé un poco de vida al asunto. Todo muy bien hasta que entra la voz de Tony y la canción baja revoluciones y se convierte de nuevo en un anodino tema que no nos dice nada. De nuevo la parte instrumental central del tema vuelve a ser interesante, con un marcado guitarreo acompañado de unos teclados muy evocadores. “A Little Less Understanding” es un tema bastante soso, del que poco se puede destacar. Comienza a medio tiempo y a medio tiempo termina, la voz de Tony Kakko apenas hace cambios entre una estrofa y otra y, salvo momentos puntuales de la guitarra o el teclado, el tema es bastante repetitivo.

Lo peor, para el final

“The Raven Still Flies With You” intenta ser una canción épica, presentando varias partes, con diversos instrumentos predominando en cada una de ellas, distintos tiempos y un poco de variedad dentro de la canción. El problema es que es bastante floja y los siete minutos de duración hace que se haga pesada. Un buen intento, pero sin lograr el resultado deseado.

Y para finalizar, la peor canción del disco con diferencia. Si eres de los que pensaban que las baladas de Sonata Arctica eran muy buenas y que era una de sus virtudes, hazte un favor y sáltate este tema. “The Garden” es un peñazo sensiblero, sin gracia ninguna, que nos atormenta durante más de seis minutos.La canción suena a nana para dormir a un niño, y es lo que consiguen, que nos dé sueño y nos preguntemos si no había otra forma de cerrar un disco.

Y de esta forma tan poco afortunada termina el disco. Como dije al principio, las canciones no son todas malas y en el disco hay partes muy buenas y dignas de escuchar, el problema es el conjunto, que se hace repetitivo y en el que se echa de menos alguna canción que te sacuda y dé un subidón de energía, o al menos presente un momento digno de tararear durante días. Si a un disco flojo unimos que los últimos setlist de la banda se están basando cada vez más en sus últimos trabajos nos da como resultado que la gente esté perdiendo interés en ver a Sonata Arctica y que cada vez vayan teniendo peor horario en los festivales y menos público en las salas. Tal vez la banda debería replantearse un poco su situación.