Sonata Arctica: Acoustic Adventures – Volume Two

Sonata Arctica lanza su segundo volumen en acústico y acentúa la forma de entender sus temas en un formato más manejable. Repaso a sus temas, discos y épocas, bajo un prisma diferente.

Al igual que en su primera entrega, Sonata Arctica entrega un trabajo con un sonido muy cuidado. La banda finlandesa, que en su día adaptó veinticinco canciones al formato acústico, presentan las trece restantes. Es destacable el sonido del teclado de Henrik Klingenberg, al igual que el trabajo que hace de adaptación. Crea una atmósfera muy buena y sus arreglos despuntan entre la producción. Tiene una ejecución admirable y es uno de los mejores teclistas de la escena en la actualidad. La voz de Tony Kakko se tiene que sentir orgullosa de ser arropada por un instrumento de tal nivel.

El bajo suena fenomenal. Tiene un sonido redondo, profundo y grave. Gran trabajo de Pasi Kauppinen con el instrumento, tanto a nivel rítmico como melódico. Las guitarras acústicas de Elias Viljanen están muy bien ejecutadas, cosa de esperar en una adaptación de este tipo. Sorprende alguna intervención de la eléctrica con una distorsión más controlada. La batería de Tommy Portimo también aparece en escena en algunos temas, aunque con el sonido y potencia bajo control. En algún momento se cruza la línea del formato acústico en este sentido.

Lo mejor a nivel vocal son los coros ya que realizan un trabajo excelente y están insertados a la perfección. Suenan de maravilla y suben de nivel las canciones. La voz de Tony Kakko se mantiene bastante apagada y sin energía. También se ausentan sus característicos agudos. Algún detalle técnico sí que ofrece, pero deja mucho que desear. El sonido en general es excelente, y la producción exquisita. Lástima que falte un buen chorro de voz. Reinterpretar temas propios tampoco es fácil, pero hay que transmitir siempre que se pueda.

Aventuras acústicas y lejanas al metal

La segunda entrega de ‘Acoustic Adventures’ abre con el tema “I Have A Right”. Destacan en esta adaptación el piano, los pasajes de guitarra acústica, el teclado y la voz de Tony Kakko, que se adapta al formato acústico de forma cómoda, aunque sin la intensidad de los primeros discos. “Black Sheep” toma un aire más folk y bailable. Gran trabajo instrumental en esta canción que invita a danzar; los coros están bien trabajados. Se aprecian momentos progresivos en el desarrollo melódico instrumental.

La versión acústica de “Half A Marathon Man” aprovecha la misma entrada de la canción original. Baja el listón rockero en este tema y el estilo se acerca más al pop y a la ópera rock, e incluso a lo que podría ser un musical. Recuerda al estilo de Elton John, incluso a Queen. A la voz le falta garra. “Broken” mantiene una estructura y sonido muy similar a la lanzada en 2003. Permite saborear el paso del tiempo de casi dos décadas.

Suena precioso el tema “Letter To Dana” con la entrada a dos guitarras, pero se nota mucho la ausencia de la flauta al principio. A la voz le falta intención y queda bien arropada por unos coros que se ajustan más a la melodía. Es la versión acústica más larga de ‘Acoustic Adventures – Volume Two’. El piano se encarga de abrir “FullMoon” (suena mucho mejor que el teclado de la versión original). El tema adquiere más ritmo con la incorporación de la guitarra acústica. Esta adaptación evoca a la época del primer disco ‘Ecliptica’ de 1999.

El séptimo corte, “Shamandalie”, vuelve a envolver al oyente en la nostalgia con una fuerte carga melódica vocal, tanto por parte de la voz principal como de los coros. El ritmo se mantiene muy lineal y se presenta plano. Con “San Sebastian” se recupera algo de dinámica. Se puede apreciar algo de distorsión, que siempre es bienvenida.

El folk como formato acústico

Buen trabajo melódico realiza Sonata Arctica en “Gravenimage”. El sonido se acerca al folk y se desarrolla un gran trabajo de arreglos sonoros por parte de instrumentos y voces. Este tema es dos minutos más corto que el original y el teclado de entrada se cambia por una guitarra que ofrece un tono más acústico. Más folclórica se vuelve la adaptación de “Flag In The Ground”. Se incorpora un Banjo a la sonoridad, que junto a los teclados, bajo y ritmos crean un ambiente festivo ideal para los directos.

“My Land” abre con el sonido de la guitarra y del teclado. La batería marca un ritmo que aleja la adaptación del formato acústico, y en la parte final deja un par de huecos para volver a la emotividad. Este tema también pertenece al primer disco de la banda. El último tema es el más corto de esta segunda entrega aventurera. En “Victoria‘s Secret” la guitarra acústica realiza una ejecución y acompañamiento excelentes, y arropa a la voz a la perfección. Gran dúo que deja buen sabor de boca.

Cómo no ser como ha querido el público

El setlist de ‘Live In Finland’ finalmente acaba publicado en dos volúmenes en los que Sonata Arctica vuelven a hacer lo  que quieren, y no lo que se espera de ellos. Es de elogiar, ya que se demuestra que la banda no tiene intereses económicos y prefiere hacer lo que le gusta. Cierto es, también, que han abierto su música a un público diferente y menos crítico.

En el metal siempre existirán las críticas, como en cualquier otro estilo, pero una cosa está clara: la intensidad de opiniones y razonamientos puede llegar a molestar a cualquier músico o banda, y más hoy en día con las redes sociales. Cortar por el mismo patrón a cualquier grupo es un error que se puede cometer con facilidad, al igual que compararlo con la banda que lo influenció. Ese deseo de volver una y otra vez a las bandas que más han influenciado en algunos estilos, o que incluso los crearon, no se debería reflejar en bandas nuevas.

Cada grupo, banda y músico tiene que tener la libertad de hacer lo que quiera… Pero qué difícil es quitarse de la cabeza a quienes definen estilo, época y musicalidad. Hay que esperar a ver cómo defiende Sonata Arctica estos dos volúmenes en formato acústico, y observar que tipo de público acude a tales eventos.