Slipknot: We Are Not Your Kind

‘We Are Not Your Kind’ es, sin dudas, uno de los lanzamientos de 2019 más esperados tanto por la comunidad metalera como, obviamente, por sus aficionados.

El “hype” que se ha generado alrededor del nuevo trabajo de Corey Taylor y los suyos ha sido muy grande, y situaciones como la expulsión de Chris Fehn de la formación y la trágica muerte de la hija del percusionista Shawn Crahan han generado que la banda se encuentre (más si cabe) en el ojo del huracán de manera continua.

‘.5: The Gray Chapter’ no fue el álbum que todos los aficionados esperaban encontrar cuando salió al mercado, y con este todo apunta a que sucederá algo similar. Si bien es cierto que canciones como “The Devil In I” se han convertido ya en clásicos que se hace difícil imaginar fuera del setlist de sus conciertos, Slipknot ha sabido jugar sus cartas a la hora de promocionar este ‘We Are Not Your Kind’. A pesar de que no forma parte del mismo, “All Out Life” fue un tema que puso a todos los pelos como escarpias y demostró que el grupo mantenía el nivel de los hits de sus inicios, y la posterior publicación de “Unsainted” no hizo más que reafirmar que todavía le quedan grandes temas por componer a los norteamericanos.

La última perla que han sacado a la luz antes de que su disco esté disponible para el público es “Solway Firth”, otro cañonazo con un riff central de los más cañeros que se le recuerdan a Slipknot no solo en sus últimas obras, sino en su carrera al completo.

La realidad de ‘We Are Not Your Kind’

La zapatilla, como se suele decir de forma banal, era la característica que se preveía al escuchar los adelantos de este sexto trabajo de los estadounidenses, pero una vez te adentras en él, la perspectiva cambia de manera abismal. El primer corte completo es “Unsainted” después de la intro “Insert Coin”. A priori lo de la canción que invita a escuchar el disco no es un dato muy relevante, pero según avanzas dentro de él su reiteración es uno de los mayores puntos en contra de este álbum.

“Birth Of The Cruel” continúa con el primer corte de una duración mayor que el aficionado se encuentra primero después de la presentación de “Unsainted”, y el rollo que tiene en algunos tramos muestra algo de esa contundencia del rollo de Slipknot, pero en la mayoría de pasajes del tema recuerda a bandas como los barceloneses InMune, cuyo estilo no tiene nada que ver con los norteamericanos. Llegamos a la cuarta canción y… otra intro, en este caso “Death Becasuse Of Death”, que cuando termina deja entrever que viene algo potente, y “Nero Forte” recoge ese testigo con algo más de caña, pero, sobre todo en su estribillo con los coros tan agudos, la canción se desinfla. Salvo el inicio y el puente, no será recordada especialmente como un hit de la formación, no obstante, después de escuchar el disco completo, no está mal dentro del nivel.

Con “Critical Darling” pasa algo parecido que con “Nero Forte”. Arranca bien, pero en el estribillo se pierde un poco la esencia (que se asemeja más a la de Stone Sour, incluso recuerda un poco al estribillo de “Absolute Zero” en el inicio del mismo la melodía). No acaba de enganchar, pero se acepta barco -salvo el último minuto y medio, en el que básicamente no pasa nada, pero ejerce como una especie de intro para la próxima-. Hasta el momento “Unsainted” es la única que destaca como un posible éxito, y con la siguiente “A Liar’s Funeral” todo sigue igual. Esta de hecho es una canción que descoloca bastante, pero si se mira bien el título es posible que hasta tenga que ver con toda la situación vivida con el asunto de Chris Fehn y su salida de la formación. Una balada que va progresando en su estructura en la que destaca Corey Taylor desgarrándose la voz gritando “liar” y posteriormente “burn the liar”, lo que parece una clara declaración de intenciones.

Una segunda mitad de contrastes

“Red Flag” devuelve la esperanza y se erige después de “Unsainted” como segundo gran temazo del álbum. Un corte frenético donde prácticamente todo incita al headbanging y donde se le imprime ese toque más de contundencia que se le pide a Slipknot. Para contrarrestar esta mejora, a la cual los estadounidenses no parecen querer dar continuidad, la tercera intro en 9 canciones. 1/3 de ‘We Are Not Your Kind’ hasta esta “What’s Next” está compuesto por este tipo de tracks, ojo a eso. “Spiders”, que se une a esta última intro, es otro de los batacazos de este trabajo. Es una especie de canción que le pegaría más a una fusión entre Korn y Marilyn Manson pero mal, muy mal, sobre todo el solo que suena en la parte central, que es casi tan desagradable como un mosquito de verano en la oreja cuando estás durmiendo. No hay por donde cogerla en ninguna parte.

“Orphan” vuelve a la senda de lo que es Slipknot después de la desconcertante “Spiders” y después de su intro, el riff y el ritmo con doble bombo sin descanso muestran que, si quieren, pueden hacer composiciones que levanten a sus seguidores de su asiento. Tercer corte destacable entre los once que han sonado, una proporción bastante pobre para un disco tan esperado como este, pero bueno, sigamos con el repaso.

“My Pain” rompe de nuevo la dinámica positiva y es una canción perfecta para ponerle a un bebé a modo de nana. Literal. Incomprensible. Esta va seguida por “Not Long For This World”, que hasta que no supera el primer minuto continúa el mismo estilo que su predecesora. A partir de ahí mejora, no es una de las frenéticas como “Red Flag”, “Orphan” o la siguiente y última “Solway Firth”, pero este tema tiene su aquel en su progresión y en sus riffs con aires de breakdowns que te hacen encontrar esas ganas de agitar la cabeza.

La última, ya escuchada antes de la salida de esta crítica y, por ende, del álbum, es “Solway Firth”, otro de los temazos que contiene dentro de sí misma el que posiblemente es riff más cañero de la última década compuesto por Slipknot. Por suerte, el final llega con el cuarto gran corte entre los 14 que componen ‘We Are Not Your Kind’, un número demasiado bajo para Slipknot, que cuenta también con otras cuatro canciones aceptables como se ha mencionado, con tres intros que se hacen demasiadas y, sobre todo, tres que descolocan y descuadran la cadencia del disco como son “A Liar’s Funeral”, “Spiders” y “My Pain”.

En cuanto a porcentajes está todo bastante igualado (4/4/3/3), pero un grupo como Slipknot, con todo el hype que genera, debería tener un balance que haga que el resultado final sea más positivo. Un aprobado, pero por los pelos, y un bajón considerable respecto a sus anteriores trabajos de estudio.