Slipknot: The End, So Far
‘The End, So Far’ es el séptimo álbum de estudio de Slipknot y último anunciado con la discográfica Roadrunner Records, con la que terminan su contrato después de 23 años. Llega solo tres años después de su anterior trabajo ‘We Are Not Your Kind’ (2019) y continúa un camino donde ya hay poco espacio para la sorpresa y que se siente como una comida recalentada en el microondas. Se estrena el viernes 30 de septiembre.
Famosos gracias a sus máscaras y a un anonimato del que pudieron disfrutar unos pocos años, Slipknot cobraron importancia mundial gracias a su LP debut homónimo de 1999 y a sus directos frenéticos y violentos en donde sus miembros por aquel entonces -recordar que la banda ya existía previa a que Corey, Jim y Sid se incorporasen- solían pelearse, quemar cosas, dar mal rollo, ponerse hasta arriba y vomitar como ritual pre-conciertos.
La historia de los enmascarados más famosos del metal sufrió varios reveses. En 2008 una crisis interna casi los obliga a separarse mientras creaban su cuarto disco ‘All Hope Is Gone’, y en 2010 perdieron a su bajista Paul Gray. Volverían en 2011 para dar una serie de conciertos con Donnie Steele, primer guitarrista del grupo cuando se formó en 1995 y que hizo de bajista en directo entre bastidores, para homenajear a Paul y continuarían con sus presentaciones hasta el estreno de ‘.5: The Gray Chapter’ en 2014 sin Joey Jordison a la batería (fue despedido en 2013 y sustituido por Jay Weinberg) y con Alessandro Venturella al bajo.
Cuando parecía que todo marchaba otra vez, Chris Fehn es también expulsado en 2019, justo antes del lanzamiento ‘We Are Not Your Kind’ unos meses después por diferencias con el resto del grupo. Ya con Jay Weinberg a la batería, Alessandro Venturella al bajo desde 2014 y tras la incorporación del apodado Tortilla Man (se descubriría posteriormente que su identidad era la de Michael Pfaff, compañero del también percusionista Shawn Crahan en Dirty Little Rabits) como reemplazo a Chris, la nueva etapa de Slipknot se estableció. Con esta nueva formación sale a la luz ‘The End, So Far’, la séptima referencia de Slipknot.
Sorpresas anecdóticas y poco sorprendentes
El sonido de Slipknot desde 2014 no ha cambiado demasiado. Si bien ‘The Gray Chapter’ fue un buen disco y ‘We Are Not Your Kind’ también, ‘The End, So Far’ se podría resumir como una mezcla de los dos anteriores con alguna ligera diferencia marcada sobre todo en “Adderall”, primera canción del disco y la más extraña de su discografía, “Acidic” y la última “Finale”.
El groove de las simplonas baterías del mencionado primer corte 100% melódico tiene cierto gancho, las líneas de bajo suenan a gloria (durante todo el disco, para qué mentir) y esos teclados y coros dan un ambiente próximo a una banda de rock de los 70’s con una atmósfera a lo Slipknot solamente presente en algún arreglo de samplers y efectos que también pueden recordar a bandas como Nine Inch Nails. Un tema arriesgadísimo que no viene a cuento de nada pero que resulta tan fuera de contexto que hasta acaba gustando. Pena que sea repetitivo, dure una eternidad y quede fatal como introducción. Lo que ofrece Slipknot hoy en día ya no llama tanto la atención, y eso hay que ir asimilándolo.
Canciones ya adelantadas y que vienen seguidas una de otra como “The Dying Song (Time To Sing)”, “The Chapeltown Mag” y “Yen” funcionaron como singles a pesar de generar opiniones diversas. Tres temas resultones que generan algo de bajón por culpa de la flojera de “Yen” pero que siguen encajando en parte gracias al protagonismo de Sid Wilson a los platos y los momentos de tralla vocal con un Corey intocable. Es innegable la disciplina del cantante los últimos años en directo y estudio. Hace poco más de una década se tomaba como imposible que recuperase su el gancho de su machacada y fatigada voz, pero nada más lejos de la realidad. Es el único de los nueve que está mejor que nunca.
Una continuación más (y sin más)
La pereza va azotando conforme van pasando las canciones. “Hivemind” es un buen tema para corear en directo con momentos de batería en la onda del metal más extremo que ya hemos escuchado muchísimas veces y que empiezan a recalcar la poca originalidad de un gran batería como Jay. “Warranty”, aun incidiendo en la misma fórmula, tiene buenos riffs, voces, coros y percusiones muy potentes y con gancho que pueden funcionar.
Los momentos agresivos alternados con las voces más tranquilas de Corey e interludios que se extienden al infinito son el abecé de un disco que prosigue con “Medicine For The Dead”, un mejunje de “Iowa” y “Prosthetics” más descafeinado y con más melodía vocal y “Acidic”, descrita desacertadamente por Jay Weinberg como “la canción de blues más heavy de todos los tiempos” y que no hace justicia a dichas declaraciones a pesar de disfrutarse como una especie un experimento cercano al sludge metal. Lo mejor llega pasada la poco sorpresiva y solamente interesante por los scratches de Sid “Heirloom” con “H377”, un tema violento, rápido y bestia con coros que recuerdan al hardcore y un Corey envenenado. Muy disfrutable y buen candidato para abrir sus shows.
La penúltima “De Sade” se hace eterna y recurre a muchísimos clichés que no transmiten nada y el cierre llega con la semibalada “Finale”, una canción sin más que podría estar en un disco de Stone Sour. El sabor que deja ‘The End, So Far’ tras terminarlo es más agrio que dulce y muestra a unos Slipknot poco originales y casi sin pegada que rellenan canciones con intros, outros y arreglos que restan más que suman.
¿Un disco «final» para cumplir su contrato?
Poco queda de esas atmósferas claustrofóbicas, opresivas y rabiosas salvo en momentos puntuales. Los enmascarados se han teatralizado más de la cuenta y han cambiado el sentimiento por el piloto automático y la repetición. Tienen sus razones, ya no tienen 20 ni 30 años ni nada que demostrar. Puede ser hasta comprensible que busquen mantenerse sin florituras para contentar a los paladares más conformistas o nuevos fans.
‘The End So Far’ es un disco más de una banda que parece querer cumplir con la discográfica que los vio nacer y crecer antes de decirle adiós (tranquilos, solo es un adiós a su sello). Slipknot puede presumir de tener a unos grandes músicos y puesta en escena además de contar con uno de los mejores vocalistas del metal moderno en sus filas, pero los temas sobresalientes e inspirados en su discografía ya escasean. El adiós de los nueve enmascarados con Roadrunner cumple en algunos momentos de las notables “The Dying Song (Time To Sing)”, “The Chapeltown Rag”, “Warranty”, “Acidic” y “H377”, pero cuatro canciones notables que no llegan a memorables no son suficientes. El futuro y su independencia dirán si este estancamiento ya más o menos palpable en ‘We Are Not Your Kind’ tiene arreglo.
Jaime Tomé
Grupo:Slipknot
Discográfica:Roadrunner Records
Puntuación:4
Canciones:
- Adderall
- The Dying Song (Time to Sing)
- The Chapeltown Rag
- Yen
- Hivemind
- Warranty
- Medicine for the Dead
- Acidic
- Heirloom
- H377
- De Sade
- Finale
Año:2022-09-30
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