SixStrings: A New Awakening

El nuevo Ep de SixStrings nos ofrece en cinco cortes una variedad estilística muy amplia con un sonido que no llega a estar a la altura de su álbum debut ‘Cries of the Soul’. El nuevo despertar parece que tardará en llegar.

El proyecto musical de José Salvador se basa en una excelente composición de guitarra, de aquí el nombre del grupo: SixStrings. El carismático instrumento de seis cuerdas toma peso y protagonismo en las canciones. Tanto en las estrofas, puentes, estribillos y otros tipos de pasajes, la guitarra marca un nexo de unión, e incluso destaca en solos y punteos. Su desarrollo es clásico y certero, aunque en este trabajo los ajustes de volumen y producción parecen no brillar por su equilibrio.

El atardecer sonoro

El sonido, en general, es de un Ep. Aunque, si se escucha su anterior y primer disco, se aprecia un recorte en la producción y ajuste general de la grabación. La voz se escucha muy bien, excepto en algún momento de abuso de efectos y de carencia de equilibrio en su volumen. Son destacables los riesgos que asume la garganta de José en la ejecución. Los coros están bien, pero se pueden trabajar más. 

El bajo de Ricard Fernández se come a la batería, sobre todo al bombo, y su sonido es demasiado simple y retro; llega a recordar a sonidos de bandas de los años ’80. La batería de Juanmi Martínez no acaba de sonar: la caja apenas se percibe, el bombo parece sonar mediante los golpes rítmicos del bajo, y los platos se pueden apreciar sin saborear el resto de las percusiones.

El trío muestra en ‘A New Awakening’ lo que parece ser su primera obra, y esto desubica la temporalidad de la banda, ya que en 2019 presentó su primer Lp con un sonido mucho mejor. Curiosidades y sucesos desconocidos siempre existen en torno a la producción musical, pero resulta siempre extraño que se dé un paso atrás en la calidad sonora. La composición se establece alrededor del hard rock en una muy amplia forma de interpretarlo, y da la sensación que le falta filtraje y madurez al resultado final. Todas las bandas y músicos tienen influencias, y para destacar hay que realizar un esfuerzo creativo para ofrecer algo diferente.

Variedad con carencias

Abre el EP el corte «Living out of Time», y la construcción y composición recuerdan a Iron Maiden; los instrumentos (y la ejecución del tema) beben de las fuentes de la famosa banda inglesa. Destacable el trabajo de la guitarra solista, como en toda la obra, la que nos conduce por diferentes pasajes sonoros muy intensos y degustables. El tono, la melodía y la forma de la voz se asemejan a la de Dickinson y muestra habilidades y técnica. Las letras nos hablan de la maldad, de las mentiras y de cómo se decide dejar a una persona así de lado.

‘Frankie’ cambia de estilo con un hard rock muy clásico. Destaca el trabajo compositivo en la entrada y estrofas, tanto en la guitarra rítmica como en la solista. Algunos cambios de ritmo amenizan el tema para la vuelta a la estrofa y al estribillo. Hay un medio tiempo incrustado en medio del tema que abre un pasaje muy interesante y melódico, el cual eleva de forma equilibrada la intensidad mediante las notas de la guitarra, subida que acompaña la batería y el bajo hasta el estribillo final. La canción nos habla de una chica moderna y viajera, libre y con ganas de conocer mundo.

El siguiente tema comienza con sonidos transcendentales para dar paso a una guitarra muy genuina, aunque cargada de efectos. En ‘Midnight Train’ se aprecia que el sonido no es proporcional entre los instrumentos y la voz, y los efectos utilizados enturbian el ambiente. En esta canción se observa claramente como el bajo se engulle el bombo de la batería por completo, entre otras cosas. Aparecen, justo en medio del corte, estructuras que una vez más dan paso a la guitarra con diferentes sonidos e intensidades (muy desajustadas de volumen). Las letras son las típicas de las tópicas canciones que hablan del tren de media noche, todo un mundo abierto a la bohemia y a la ensoñación melancólica.

‘Looking for Me’ cambia a un estilo más metálico. El puente recuerda, y mucho a Metallica. La guitarra vuelve a destacar en honor al nombre del grupo. En esta canción hay un momento en el que la pronunciación de la voz parece algo confusa y nada transparente. Hacia el final del tema reaparecen los solos de José Salvador en un frenesí que da paso al estribillo final junto a unos arreglos excelentes de las seis cuerdas. El corte habla sobre la libertad y el autodescubrimiento mediante la reflexión. 

Una balada es liberada al final del EP. ‘Steppenwolf’ abre con una guitarra acústica que suena exageradamente alta y en la que se aprecian sonidos algo desagradables como chasquidos y crujidos poco digeribles. El volumen no deja respirar a la voz, ni a los coros. La ejecución de la guitarra tiene un ataque demasiado fuerte sobre las cuerdas. Otro punteo transversal se abre paso como puede en medio de la dictadura de la acústica. Las letras emanan nostalgia y están cargadas de sentimentalismo: se rinde tributo a un supervillano de cómic, quien no se arrepiente de ser quien es, y que defiende su libertad.

Ensoñación lúcida

El tiempo y el público marcarán el camino y destino de este proyecto personal que tiene mucho potencial, pero no parece haber avanzado en un año de andadura. Arriesgarse mucho puede ser una oportunidad, pero también un handicap a asumir. SixStrings se centra en la guitarra y no descuida para nada la composición del resto de instrumentos y voces, pero el límite para destacar un instrumento líder dentro de una banda o grupo es muy difuso. No hay que descuidar nunca el equilibrio sonoro entre instrumentos para obtener un resultado final lo más óptimo posible.

José Salvador tiene una larga carrera por detrás, pero por delante también le espera un futuro que tiene que construir él mismo. Y siempre es un placer seguir la trayectoria de alguien tan implicado con la música, tan motivado por probar y evolucionar, por transmitir y componer lo que más le gusta. El placer de seguir tu propio camino.