Después de una década con Seether ofreciendo trabajos demasiado justos y planos, 'Si Vis Pacem, Para Bellum' ("si quieres paz, prepárate para la guerra") llega como agua de mayo para reajustar el rumbo de la banda con esa rabia y melodías que les han caracterizado en sus ya 20 años de historia.

Seether nació en Pretoria allá por 1999 bajo el nombre de Saron Gas (en referencia al gas sarín utilizado como arma biológica en tiempos de guerra). Debutaron en 1999 con ‘Fragile’ y continuaron con ‘Disclaimer’ (2002), donde rescataron varios temas de su debut con la ayuda del mítico Josh Freese de The Vandals, A Perfect Circle, Infectious Grooves, The Offspring y otras tantas bandas a la batería.

Esta primera referencia, que curiosamente ofreció 10 tipos diferentes de arte en su portada, dejó paso a ‘Disclaimer II’, que de nuevo volvió a juntar canciones antiguas regrabadas con 8 nuevas a mayores, incluyendo el hit «Broken» en el que colabora Amy Lee (ex pareja de Shaun Morgan) de Evanescence y que sirvió de BSO para la película ‘The Punisher’. 

La carrera de Seether siguió con el exitoso ‘Karma And Effect’ en 2005, número 1 en las listas de éxitos americanas y canadienses, y ‘Finding Beauty In Negative Spaces’ (2007), el cual se vio salpicado por el trágico suicidio del técnico de sonido de bajo del grupo y hermano pequeño de Shaun Morgan. Pese a este enorme palo, el grupo sacó fuerzas y llegó a contar con su single «Fake It» como BSO de la WWE en 2008 y volvió a trepar hasta lo más alto de las listas alcanzando otro número 1 con “Rise Above This” (homenaje al hermano de Shaun) y llevándose premios a mejor disco y mejor banda de rock en los premios MTV de Sudáfrica.

En 2011 se estrena ‘Holding Onto Strings Better Left To Fray’, un disco más melódico e inusual respecto a sus anteriores con también buenos resultados en el Billboard a pesar de lo poco inspirado que resultó. Con ‘Isolate And Medicate’ (2013) ocurrió parecido en cuanto a éxito mediático, pero seguía teniendo muy poca chicha. La poca inspiración y visible crisis creativa de Seether hizo que se estancaran para volver a ofrecer un sonido algo más fiel en ‘Poison The Parish’ (2017), del que se pueden destacar varios cortes a pesar del poco éxito comercial.

Después de gozar de un éxito considerable, se podría decir que los sudafricanos asentados en Estados Unidos desde hace años fueron dando bandazos con discos pasables que no transmitían lo mismo. No obstante, nunca han dejado de lado del todo sus influencias del grunge y nu metal, estilos que han sabido combinar con personalidad bebiendo mucho de Nirvana (Shaun Morgan probablemente es el vocalista activo que más se asemeja vocalmente a Kurt Cobain sin pretender imitarlo), Deftones, A Perfect Circle, Korn o Silverchair. Si bien con ‘Poison The Parish’ se quedaron a medias, con ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’ sorprenden para bien convalidando un lógico y casi sobresaliente retorno.

Influencias evidentes

“Dead And Done” trae de nuevo esas melodías vocales y estribillos que tanto habíamos echado de menos. Si te dicen que Shaun Morgan está a punto de cumplir 42 años, no te lo crees. Esa voz melodiosa que muta en rabia y desgarro en los momentos álgidos sigue pareciendo la de un joven veinteañero cabreado e incomprendido, y esto no es fruto de la producción ni arreglos en estudio porque se confirma cuando los ves en directo. La primera leche es directa y en toda la cara, sin florituras.

Con “Bruised And Bloodied” empiezas a rascarte la cabeza pensando en lo mucho que recuerda el sonido de ese bajo a “Dive” de Nirvana, grupo, como habíamos dicho, imprescindible para entender a Seether con una influencia gigantesca en sus canciones. El riff principal de guitarra de este segundo corte, al igual que la línea de bajo, el ritmo de batería y ese simple solo de guitarra del final dejan al descubierto las raíces de las que brotaron. Vocalmente, Shaun vuelve a lucirse frente a cualquier instrumento con esos timbres de voz que recuerdan a Maynard James Keenan de Tool y A Perfect Circle y a Kurt Cobain a partes iguales.

Otra canción que te lleva a recordar de dónde proviene la inspiración y peso musical de estos cuatro músicos es “Wasteland” y su riff casi calcado al de la canción “Hexagram” de Deftones. Si Chino Moreno se pusiera a gritar por encima, daría el pego totalmente, pero “Wasteland” no acaba de calar y acaba resultando algo aburrida siendo incluso una de las más flojas de todo el disco.

El poder del estribillo

La grandeza de grupos como Seether no se mide por la cantidad de notas que pueden ejecutar por minuto, es algo que trasciende más allá. Una canción técnica y rápida puede resultar ser el tostón más grande de tu vida y, por otra banda, unos simples acordes hechos con mimo pueden ser el chute adrenalina que necesitas. Cuando en una canción se une lo dicho a un estribillo pegadizo y machacón como el de “Dangerous”, que explota y se expande por tu cabeza gracias al power chord de las guitarras, sabes que nada puede salir mal. En el momento en que acabas de escuchar esta canción, no es raro que te sorprendas a ti mismo tarareando por toda la casa «it’s so dangerous, all this blamelessness».

“Liar” se muestra como otra buena canción en la onda del grupo, quizás un poco más ambiental que de costumbre -se podría hasta acercar a una base de música downtempo con guitarras distorsionadas por medio-, mientras que el riff principal de “Can’t Go Wrong” da paso a una conexión directa con el nu metal que va oscilando en momentos de tranquilidad y otros más retorcidos que te llevan directamente a Korn.

Digno y potente retorno

Lo relatado con anterioridad se reitera en casi todas las canciones de ‘Si Vis Pacem, Para Bellum’. Los bonitos, nostálgicos y grandiosos estribillos en “Buried In The Sand”, el metal de los 00’s unido al pop en “Let It Go” y “Failure” o la rabia y los enfermizos desgarros vocales en la efectiva “Beg” (motherfucker!).

La cara más dulce y melancólica de Seether es protagonista en “Drift Away”, que encuentra la belleza en esos momentos en los que la pena y tristeza se presentan en tu día a día. Shaun Morgan es muy dado a llevar al oyente a sumergirse en lo más oscuro de su ser para encontrarse con sus propios demonios y hablar con ellos, sacando lo bueno que hay escondido entre los propios miedos e inseguridades. 

El último paso antes de cerrar estos poco más de 50 minutos de música empieza con “Pride Before The Fall”, que pasa desapercibida hasta reventar en el minuto 2 y medio con una dosis extra de gritos marca de la casa. En este caso particular, lo que parecen altibajos se convierten otra vez en esbozos de esa riqueza que hay dentro de la simplicidad conduciéndonos hasta el broche final con la semiacústica y correcta «Written In Stone».

Los 20 años le han sentado más que bien a Seether, tanto es así que parecen haber reseteado su carrera para volver a algún momento entre 2007-2008 para cerrar asuntos pendientes dando como resultado algo mucho mejor de lo que se podría esperar, a expensas de pisar terreno ya conquistado. Son un ejemplo frente a bandas más o menos similares a ellos como Nickelback, Staind, Creed o Puddle Of Mud, que suenan artificiales y pretenciosas. Si siguen las cosas por este camino, podemos confiar en que habrá más discos disfrutables en un futuro cercano.

Jaime Tomé

Grupo:Seether

Discográfica:Fantasy Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Dead And Done
  2. Bruised And Bloodied
  3. Wasteland
  4. Dangerous
  5. Liar
  6. Can’t Go Wrong
  7. Buried In The Sand
  8. Let It Go
  9. Failure
  10. Beg
  11. Drift Away
  12. Pride Before The Fall
  13. Written In Stone

Año:2020-08-28