Seventh Storm: Maledictus

Siete, número de connotaciones espirituales, y tormenta, por los tiempos convulsos en los que estamos envueltos, forman un contraste con el que el ex Moonspell Mike Gaspar busca explorar distintas iniciativas musicales, con vientos renovados y a toda vela, dejando atrás el pasado y mirado al futuro con optimismo.

Como se suele decir, nada es eterno. Cerca de tres décadas y una docena de álbumes después, el que fuera batería fundador de Moonspell, Mike Gaspar, ha decidido abandonar su zona de confort y emprender una nueva aventura a través de aguas desconocidas capitaneando una nueva nave, esa que aparece en la portada de su álbum debut ‘Maledictus’, a la que ha dado el expresivo nombre de Seventh Storm.

Es significativo y digno de admiración que, para este nuevo proyecto, Mike haya recurrido a músicos no profesionales hasta ahora y, en consecuencia, escasamente conocidos a nivel internacional. Una vez comprobado el resultado hay que darle la razón al batería portugués, en el sentido de que, a veces, arriesgar tiene su recompensa.

Compromiso, recursos y sofisticación

Seventh Storm “zarpa del puerto” con una formación integrada por Rez (voz), Ben Stockwell (guitarra solista), Josh Riot (guitarra) y Buth Cid (bajo), además de Mike, y lo hace con la implicación de todos los músicos por ofrecer un producto de calidad.

Un compromiso que se nota en la exquisita elaboración de todas las composiciones como se puede observar desde el inicio con “Pirate’s Curse”, una pieza de capas sonoras superpuestas donde se descubren algunas de las claves que presenta ‘Maledictus’, a saber: La perfecta y nítida pegada de la batería , un sugerente fondo de teclados de apoyo, el dramatismo vocal acompañado de una aventajada variedad de tonos y los recursos de la guitarra tanto solistas como rítmicos.

A todo lo mencionado habría que añadir la impecable simbiosis entre todos los elementos en acción y los diversos efectos que permiten generar cierta sensación de sofisticación, tal como se puede apreciar acto seguido con “Saudade”, una canción de estructura bastante convencional que, sin embargo, cuenta con un gran trabajo vocal de Rez y en la que Gaspar ha puesto mucho empeño por mostrar el sentimiento hacia un entorno familiar o de pertenencia a un lugar concreto, y de la que ha realizado, además, dos versiones acústicas, una en portugués y otra en inglés.

El esmero puesto en cada pieza sigue presente en “Sarpanit”, la misteriosa instrumental de sonido arabesco que sirve de introducción a “Gods Of Babylon”, otra demostración de solvencia compositiva con una transición acústica inicial y la irrupción de un embriagador riff que comparte protagonismo con el sentimiento vocal, la irrupción de sonoridades árabes y las arremetidas de Gaspar, con la batería encabritada hacia el final acompañada de un ritmo frenético.

Buen nivel con algún altibajo

Las mismas características se pueden detectar en el resto de canciones, debido, también, al excelente trabajo en las mezclas del reputado Tue Madsen, como se aprecia en “The Reckoning”, una pieza extensa pero entretenida, de atmósfera oscura, con protagonismo repartido entre todos los instrumentos; melodías de guitarra iniciales, teclados de fondo, riff seductor, golpeo del bajo y versatilidad de la batería, sin olvidar el excelente trabajo vocal.

No es el caso de “Inferno Rising”, algo más larga que la anterior, con una eficiente dinámica así como un vistoso ejercicio solista neoclásico, pero con un tramo final al que le sobran un par de minutos y que junto a la siguiente canción, “Seventh”, perfilan un altibajo conformando la parte menos seductora del álbum.

El enérgico aporte vocal de Rez, las resolutivas guitarras y el brillante trabajo de la batería en “My Redemption” contribuyen a que la grabación retome su mejor pulso, algo que ratifican en la trepidante a la vez que sensible “Haunted Sea”, con la banda en su conjunto exhibiendo su talento una vez más, en lo que constituye un largo y épico final de más de ocho minutos de duración.

Surcando por mares electrizantes, Seventh Storm provoca perfectas tormentas de metal, expresadas tanto con un sensible sentimiento como por una desbordante energía, fusionando una serie de elementos habituales con cierto toque personal para así sonar con unos fundamentos reconocidos pero con la suficiente habilidad para mantener cierta originalidad.