La “nueva juventud” de Septicflesh que comenzó en 2008 y se reafirmó en 2017 tras ‘Codex Omega’ y su joint venture con Jens Borgen, tiene ahora una nueva era, en el seno de Nuclear Blast, de la que la primera criatura es ‘Modern Primitive’ en la que Seth Siro Anton da rienda suelta a su total creatividad, visual y sonora.

Para comprender cómo el sinfonismo es la piedra angular de Septicflesh hay que revisar, de forma rápida y concisa, la deriva de la banda hacia este postulado: 1997, la soprano Natalie Rassoulis colabora en ‘Ophidian Wheel’, tras el hiatus 2003-2008, Christos Antoniou inserta esa fuerza sinfónica de forma continuada hasta que en 2017 conocen y comienzan a colaborar con el ya citado Jens Bogren, llegando al culmen con ‘Infernus Sinfonica MMXIX’. Y la verdad es que consiguen crear un sonido que, sin alardes, logra aúnar los sonidos metal con su cada vez más omnipresente sinfonismo.

No es rock sinfónico ni lo será

“A Desert Throne” puede ser el ejemplo perfecto de que no es lo mismo un grupo de death o black que crece hacia el sinfonismo que otro de rock sinfónico. Queda claro que en el primero de los casos el elemento sinfónico es una parte clara, preponderante y basal en la estructura y desarrollo del tema. Más que una mera excusa o aderezo, las partes orquestadas son un ente propio y se entretejen con las asentadas en el metal para ir dando forma a la catedral del sonido de Septicflesh.

El comienzo del disco, “The Collector”, una clara reminiscencia helénica, abre una amplia perspectiva de cómo va a ser el viaje a través de ‘Modern Primitive’: la contundencia de las bases metal y las voces guturales, oscuras, profundas, aderezadas con coros atávicos dejan resquicios en su absoluta oscuridad por los que se cuela la luz de las orquestaciones, brillantes, vívidas y elegantes.

A partir de aquí el viaje, ahora que se sabe cuál es el destino se hace más llevadero, porque el grupo huye de los desarrollos totémicos para concentrar sus complejas estructuras en trallazos de no más de cinco minutos, una interesante proeza puesto que los cambios de ritmo que su propuesta conlleva parece requerir un mintuaje que doble el que poseen. “Hierophant” parece extenderse a lo largo de un buen tramo de tiempo cuando, al final, caemos en la cuenta que ese certero bucle dura poco más de cuatro minutos.

“Self Eater” mantiene el espíritu del disco bien alto, menos sinfónico que otros puede convertirse en el tapado de esta entrega y colarse en los preferidos de los seguidores del grupo a poco que comiencen a desarrollarlo en directo, pues los arreglos vocales femeninos le dan una pátina que lo diferencia del resto.

Un acertado corte cerca de la mitad del disco es “Neuromancer”, se presenta como un acústico que va a derivar en sinfónico pero pronto el grupo deja claro que no está para rollos acústicos en este disco y que era poco más que una ligera intro: rápidamente coge velocidad, ritmo y contundencia, los cortes se derivan solo en arreglos hacia lo sinfónico y son las voces claras las que marcan la variante.

De todo menos monotonía

Si no se escucha el disco puede parecer que peca de monotonía, de repetir esquemas y ritmos, algo muy alejado de la realidad y que “Coming Soon”, una auténtica joya, convierte en demostración empírica. Más enrevesado que ninguno de los temas hasta ahora comentados, tiene un estructura que se entreteje sobre sí misma para, apoyada en unos arreglos casi cercanos a un score, dejar claro que Septicflesh saben muy bien qué están haciendo: es, sin duda, el tema del disco.

Los amantes de los temas más “cañeros” caerán rendidos ante “A Desert Throne”, del que ya revelamos ciertos detalles. Sí, cañero, pese a no ser el más veloz ni el más contundente del disco, posee ese aura de dureza que solo se produce cuando la contraposición entre las partes sinfónicas y las metal chocan sin contemplaciones pero sin que sus esquirlas cercenen el equilibrio…y si no atento a las voces.

Como un reflejo de “Neuromancer”, el tema que da título al disco, “Modern Primitive” bebe de la fuente de los fuertes contrapuntos. Da un paso más allá en las voces respecto a la anterior pero sobre todo en cómo cortan el ritmo sin que ello suponga una pérdida de intensidad en el tema.

Según nos acercamos al final del disco, pequeños destellos aparecen. “Psychohistory” hace un caño a los oídos del oyente y tras plantear, de nuevo, algo similar a un score, deriva hacia unos arreglos orquestales que sirven de base a las melodías sinfónicas mejor logradas del disco, la selección de cómo ubicar cada tema en el setlist de ‘Modern Primitive’ casi hace de él un disco conceptual en lo sonoro.

Un cierre por todo lo alto es “A Deradful Of Muse”, una bofetada sin contemplaciones en la que las partes sinfónicas y orquestales cabalgan sobre las metal más contundentes del disco, una armonía que no chirría y que, una vez más, demuestra cómo la veteranía del grupo es otro de esos elementos indispensables a la hora de hacer discos como este.

Es más que muy probable que cuando termine este año no veamos a Septicflesh en el top de los discos imprescindibles pero esto no supondrá que otros mejores vinieron a relegarlos en esas injustas y subjetivas listas, tan solo significará que ellos, al igual que otras bandas, están inmersos en una lucha cuyo fin no es gustar a muchos, sino quedar satisfechos con lo que se está haciendo porque saben que tienen un estilo propio que se identifica al poco de comenzar a escuchar cada nueva entrega que proponen.

Toni de Lola

Grupo:SepticFlesh

Discográfica:Nuclear Blast Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. The Collector
  2. Hierophant
  3. Self Eater
  4. Neuromancer
  5. Coming Storm
  6. A Desert Throne
  7. Modern Primitives
  8. Psychohistory
  9. A Dreadful Muse

Año:2022-05-20