Saxon: Carpe Diem

Junto a Iron Maiden y Judas Priest, Saxon forman la “Santísima Trinidad” del heavy metal británico en activo, tres formas distintas de concebir un mismo estilo que funciona desde hace más de cinco décadas.

Después de su etapa más exitosa en los primeros años ’80 y desde que abandonaron sus fallidas pretensiones de introducirse en el mercado norteamericano para dedicarse a mantener su sonido más clásico, Saxon han ido aumentando su leyenda con menor o mayor suerte, pero siempre respetando una serie de características que definen claramente su identidad.

Con ‘Carpe Diem’, el grupo inglés mantiene el nivel de sus más recientes obras e incluso se podría decir que es uno de los mejores trabajos de los últimos años. Todo un mérito después de la superación de los problemas cardíacos que sufrió el vocalista Biff Byford y el hecho de que ya hayan publicado más de una veintena de álbumes.

Todo ese legado que sobrellevan los miembros de Saxon no es un inconveniente para que sigan creando composiciones atractivas, ‘Carpe Diem’ es un ejemplo determinante. Seguramente, la inspiración para el nombre del álbum provenga tanto de los problemas físicos particulares de Byford como del acontecimiento mundial que ha acaparado la actualidad en los últimos años con la dichosa pandemia. Ante los obstáculos, Saxon propone “vivir la vida” y si es con el acompañamiento de un nuevo puñado de sus canciones, mucho mejor.

Equilibrada revisión de una trayectoria

‘Carpe Diem’ es, ante todo, una equilibrada revisión de lo que ha sido la trayectoria de Saxon, compuesta y ejecutada a un excelente nivel, sin olvidar la magnífica producción de Andy Sneap, convertido desde hace tiempo en toda una garantía de calidad.

La grabación cuenta con todos los elementos consustanciales a las estructuras de las canciones del grupo fundado en Barnsley en 1978. Si empezamos con el propio “Carpe Diem”, nos encontramos con el inevitable y robusto riff constituyéndose en el soporte de la canción, apoyado por una batería altamente consistente que va a estar muy expuesta durante todo el trabajo, con un Nigel Glockler impresionante a sus 69 años. No faltan, ni el estribillo pegadizo, ni el solo de guitarra convincente, así como el inconfundible registro vocal de Byford, tambien en excelente forma, teniendo en cuenta sus 71 años y las mencionada dificultades por las que pasó su corazón.

En la misma línea podemos situar a “Age Of Steam”y “Dambusters”, algo más vibrantes y con la presencia de sugerentes armonias, dobles guitarras y algún intrincado efecto guitarrero, que aumenta la espectacularidad. Las singularidades de Saxon también tienen que ver con el estilo narrativo de las letras y la utilización de ciertas palabras, además de la tonalidad que imprime Biff. Aunque reconocibles a lo largo de todo el álbum “Remember The Fallen”, no exento de las características instrumentales ya reseñadas, es un caso bastante evidente.

Intenso y dramático

‘Carpe Diem’, puede ser tremendamente intenso como en “Super Nova”, o apostar por los ritmos densos y marcados como en “Lady In Gray” con su toque dramático apoyado en la voz de Byford y en los coros de sonoridad eclesiástica que resuenan de fondo. Aunque la señas de identidad de Saxon están impregnadas a lo largo del álbum, la exploración de su pasado queda reflejada con más precisión en “The Pilgrimage”, magnífica pieza que contiene una dinámica similar a “Crusaders”, tanto en la cadencia del ritmo como en la narración vocal y el sonido de las guitarras.

Esa regresión puede notarse también en “All For One”, cuyo riff inicial tiene mucho en común con el de “Power And The Glory”, del álbum homónimo de 1983, así como lo intrincado de los desarrollos guitarreros, cuya energía es comparable a la del mencionado trabajo.

En la recta final de ‘Carpe Diem’, es donde nos topamos con los Saxon más renovadores, por así decirlo. “Black Is The Night”, es un tema de ritmo marcial en su tramo inicial, de arquitectura un tanto diferente, con mucho sentimiento vocal, y también en algunas partes de guitarra, que cuentan con una afinación más grave de lo habitual, mientras que “Living On The Limit”, es vertiginosa en el ritmo y contundente en la dinámica rítmica, con presencia de armonías y estribillo pegadizo. Como vienen haciendo en sus últimas obras, no han decepcionado.