Sanctuary: Into the Mirror Black

2020 fue un año repleto de sorpresas en muchos aspectos, sobre todo en la industria musical, no obstante, no todo iban a ser malas noticias… Lenny Rutledge (guitarrista de Sanctuary) junto con Nuclear Blast, han optado por lanzar una reedición de ‘Into The Mirror Black’. Esta joya del heavy metal ha sido sin duda un regalo de navidad por adelantado para todos sus fans.

Pese a todo, la vida no ha sido un camino de rosas para Sanctuary. En 2017 la muerte de su primer vocalista, Warrel Dane, coincidió con el proceso de grabación de ‘Inception’, lo cual planteó muchas incertidumbres acerca del futuro de la banda. Tras un año de su muerte, en 2018, Dane se vería sustituido por Joseph Michael, haciendo que Sanctuary siguiese hacia delante como una manera de rendir homenaje a Warrel Dane.

Una joya del heavy

Para quienes no sepan de quién estamos hablando, Sanctuary es una banda estadounidense que se han convertido en todo un hito del heavy metal propia de mediados de los ‘80, cerrando el ciclo en el que nacieron la mayoría de bandas primarias de Thrash Metal norteamericano. ¿Que por qué es tan especial la reedición de ‘Into The Mirror Black’? Porque junto con el trabajo que le precede, ‘Refuge Denied’, Sanctuary logró que su carrera musical dejase huella en Europa.

Esta nueva edición con motivo del 30 aniversario de la banda contiene los mismos temas que la primera versión, pero en diferentes formatos: la canción original, llevada al directo o remasterizada; es decir, toda una joya para cualquier fan del heavy metal que se precie.

Dicho disco comienza con “Future Tense”, que empieza de manera tranquila, con un aura de misterio, algo que recuerda bastante a grandes referentes como Black Sabbath, con guitarras agudas y afiladas. Una melodía que provoca tranquilidad pero por otra parte genera cierta tensión e inquietud. Es un tema de ritmo contundente, más cerca del thrash que del heavy clásico.

Heavy metal nada pretencioso

Continúa con muchísima contundencia y brutalidad con “Taste Revenge”, jugando al contraste con “Long Since Dark”, que es más una balada emotiva y dulce, pero a la vez enérgica; manteniendo el heavy metal del que Sanctuary se ha convertido en todo un icono. Ha de tenerse en cuenta que musicalmente hay que situarse a mediados de los 80’, por lo que en “Epitaph” y “Eden Lies Obscured” encontramos matices de lo más modernos. Un ejemplo de ello es la capacidad que tienen los de Seattle para entremezclar partes melódicas y rítmicas para no caer en la monotonía que muchas veces redunda en el heavy metal.

“One More Murder” se aventura a meter tintes de heavy speed, porque si algo caracteriza a Sanctuary es que nunca han sabido quedarse con las características de un solo génerp, sino que se denota que han sabido beber de todas las variantes posibles (para su época), además de la gran influencia de thrash metal que poseen; mientras que también supieron aprender de maestros como Metallica, Iron Maiden o Judas Priest como demuestran en “Communion”.