Rancid: Tomorrow Never Comes

Después de 6 años de ausencia de nuevo material, los californianos regresan con su décimo álbum de estudio el cual se mantiene muy firme a sus convicciones y durante casi media hora, regala clásico punk rock diversificado en dieciséis canciones para una escucha limpia, fresca y rejuvenecida del mismo sonido al que Rancid tiene acostumbrado a su fanaticada.

La fórmula clásica de un álbum de punk rock es muy sencilla ya que prácticamente siempre está confirmada por ritmos de batería al doble tiempo, letras potentes con coros pegadizos y canciones que no necesariamente tienen que durar los tres minutos del estándar comercial. Este disco de Rancid cumple con todos los requisitos anteriormente mencionados.

Empezar fuerte es siempre la solución para retener al escucha, cosa que se cumple muy correctamente con la primera canción del disco que lleva su nombre, la gran “Tomorrow Never Comes”. Seguida inmediatamente por la muy corta “Mud, Blood & Gold” que cuenta con un coro de esos que en vivo será gritado a todo pulmón.

Canciones sencillas debido a una gran experiencia

Un álbum como ‘Tomorrow Never Comes’ es una composición musical que, a primera escucha, pueda sonar a riffs de guitarras simples y unas melodías básicas, pero lograr que todo se compagine tan bien durante dieciséis canciones y que no aburra al oído, sólo puede ser obra de un trabajo bien hecho y sobre todo con gran experiencia detrás. “Devil In Disguise” de nuevo se deja escuchar como uno de esos himnos de estadio, una composición bastante fresca y divertida, inmediatamente seguida por “New American” que mantiene el temple del disco con una composición muy sólida y agradable.

“The Bloody & Violent History” es la siguiente pieza en la escucha, con un juego de toms en la batería acompañado de un riff de guitarra muy melódico, todo muy característico de ese punk californiano que alimenta la influencia de este disco.

A veces no es necesario más de un minuto

Con solo 57 segundos, la canción “Don’t Make Me Do It” se presenta como la más agresiva y enérgica de todo el disco con un estribillo extremadamente pegajoso. Seguidamente “It’s A Road To Righteousness” brinda un tema muy influenciado en el punk celta, con una melodía muy parecida al temático que caracteriza a bandas como Flogging Molly y Dropkick Murphys.

“Live Forever”, “Drop Dead Inn” y “Prisoners Song” siguen la línea original del disco sin resaltar a sobremanera, pero igualmente muy divertidas y muy bien logradas. Al adentrarse ya en la parte final del disco llegan temas como “Magnificent Rogue” y “One Way Ticket” con melodías pegadizas y una armonía entre instrumentos y vocales muy bien compaginados.

“Hellbound Train” es una escucha un poco peculiar, ya que la música está en energía extrema y las voces están tranquilas y un poco opacadas. Es una combinación que no convencerá a todo el mundo pero que igualmente se deja escuchar muy bien. Le siguen “Eddie The Butcher” y “Hear Us Out”, esta última con un muy potente inicio y un riff de guitarra muy pegajoso y enérgico.

Para cerrar el disco “When The Smoke Clears” entrega un final muy a la altura del disco, con potente ritmo y siempre con la base inicial de un muy completo trabajo discográfico que los fans de Rancid agradecerán y que sin duda posee varias canciones que muchos se imaginan poder disfrutarlas en vivo.