Quiet Riot: One Night In Milan

Los estadounidenses Quiet Riot celebran en tierras italianas casi cuarenta años de andadura musical interpretando sus grandes clásicos y recogiéndolo en un directo publicado en enero de este año. Clave para el entendimiento del significado y rumbo de la banda en la actualidad.

Quiet Riot comenzó el 2019 de celebración publicando un disco grabado completamente en directo pisando tierras italianas. ‘One Night In Milan’, es la recopilación de sus grandes éxitos ante un público sediento de pedacitos de historia de una de las bandas de heavy metal más famosas de todos los tiempos. Desde su himno «Cum On Feel The Noize» hasta su «Party All Night» hicieron sonar bajo los muros de la capital de la moda Frankie Banali en la batería, Chuck Wright al bajo, Alex Grossi en la guitarra y el vocalista James Durbin.

Cuatro décadas de Quiet Riot

Las memorias de Quiet Riot comienzan en 1980 como la de otras muchas bandas legendarias que todavía veneramos hoy en día. De hecho, se formó y deformó en varias ocasiones hasta que Rudy Sarzo, que trabajaba con Ozzy en aquellos tiempos, formase parte de Quiet Riot durante un tiempo. Chuck Wright también estuvo y no estuvo, Carlos Cavazo pasó por sus filas, el único e inigualable Kevin Dubrown y el actual batería Frankie Banali. Con «Cum on Feel The Noize» finalmente rozaron el éxito subiendo a las primeras posiciones de todas las listas de EE.UU. Alcanzando el platino en cinco ocasiones.

La apertura de ‘One Night In Milan’ no podía ser otra que haciendo referencia a este temazo histórico, seguido de uno de sus éxitos de 1983 «Run For Cover» presente en el álbum de estudio ‘Metal Health’. Guitarras potentes y una clásica batería construyen el directo de «Slick Black Cadillac». Sin embargo, es necesario apuntar que la potencia original no coincide con la de James Durbin que defiende un enfoque mucho más metalero, perdiendo parte de su esencia.

«Mama Weer All Crazee Now» comienza con un solo de batería interesante acompañado de un público entregado. Durbin como frontman siempre interactúa con el público de forma excepcional. En esta ocasión aporta al tema la energía que quizá le podía faltar a la original con la excepción del estribillo. Con «Whatever It Takes» se lanzan por primera vez a los años 90, y aunque en directo pierde matices, la última formación de la banda salva la composición en este ‘One Night in Milán’. Lo mismo ocurre con «Terrified», que absolutamente pierde detalles en este directo en tierras italianas. El beat es más rápido y la mezcla de instrumentos es bastante más caótica.

«Love’s A Bitch»: primera balada de la noche y primera donde se aprecian con gusto las gamas de sonidos e instrumentos gracias a una guitarra suave y cuidada, un Durbin mucho más controlado y una batería más dócil.  Cabe a destacar también «Thunderbird», tocada exactamente como en el año 83, con piano en directo donde también importan las escalas de intensidad tanto en los instrumentos como en la voz principal. «Party All Night» es perfecta para Durbin, cuya energía desgarradora clava casi la original. Musicalmente, contiene un sonido mucho más rockero la primera, sin embargo, suena correcta y divertida también en directo.

La evolución de Quiet Riot

¡Al fin una de sus últimas propuestas! «Freak Flag», que encaja más cómoda bajo el tono vocal de Durbin y el nuevo rumbo de la banda en años más recientes ¡ Y se nota! Lo mismo ocurre con «Can’t Get Enough» donde se aprecia el talento de Durbin y el por qué de su pertenencia a los actuales Quiet Riot. Se le intuye más relajado, menos gritón e infinitamente más capaz.

Vuelta a los tardíos 80 con «Wild & The Young». De nuevo el tempo es ligeramente más rápido y la intensidad más metal. Llegando al final del disco, rescatan su clásico «Cum On Feel The Noize» interactuando al 100% con el público presente. Se incluye además, un cierre exquisito con las primeras notas de «Bang Your Head» a ritmo ralentizado para añadir intriga y emoción al final del directo.

Quiet Riot está en forma, y la idea de presentar en directo todos sus clásicos es sin duda una gran suerte para todas y todos sus fanáticos. Es importante apreciar su presencia actual en los escenarios y ser consciente de su evolución a lo largo de los años, pues el sonido de ‘One Night in Milán’ no coincide al 100% con su estilo clásico. Sin embargo, merece la pena y sus últimas composiciones (que se aprecian mejor en directo) son potentes y originales.