No podemos decir que Queensrÿche sea una de esas bandas que se duerme en los laureles. Desde la creación del grupo en 1981, la agrupación americana ha lanzado la friolera de 15 álbumes de estudio, escalando el peldaño número 16 con “The Verdict”.

Su indiscutible calidad y la continua actividad que llevan año tras año les han llevado a ser un grupo muy querido y respetado dentro de la escena del rock. Este nuevo lanzamiento es el tercero con Todd La Torre a la cabeza de la banda, desde que su vocalista original, Geoff Tate dejara el grupo en 2012. En líneas generales, Queensrÿche ha pretendido recuperar la esencia que recogían los cinco primeros álbumes de la banda, así como añadir más elementos progresivos y más textura en sus sonidos que en su predecesor “Condition Hüman”.

Música para todos los públicos

Tras cuatro años de silencio, los icónicos Queensrÿche vuelven a la carga con nuevo material en el mercado, que verá la luz el próximo 1 de marzo vía Century Media Records. Este nuevo “The Verdict” pretende seguir la estela de lo que en su día fue el recién citado “Condition Hüman”, aunque a los de Seattle les ha quedado un álbum bastante más pulido y variado, fruto del largo tiempo que han dedicado a trabajar en disco.

Cuando oímos hablar de Queensrÿche lo primero que se nos viene a la mente son melodías de AOR Y hard rock, sin embargo, a lo largo de sus más de 30 años de carrera, han ido añadiendo elementos del metal y el rock progresivo, dando forma al sonido que tanto les caracteriza. En este álbum todo ello se manifiesta especialmente pues es hasta la fecha, su álbum que más oscila hacia el metal y el rock progresivo. Al que no conozca los entresijos de la banda le podrá sorprender encontrar al vocalista La Torre a la batería, pero Todd, además de cantante es un excelente baterista que lleva trabajando en la percusión desde los 13 años.

El veredicto final

Muy a menudo, las letras de Queensrÿche tratan de ámbitos políticos o sociales, a través de conceptos abstractos que dejan al oyente una libre interpretación de las mismas. Todo esto es fácilmente verificable en “Bloof of The Levant”, primer corte del álbum con clara declaración de intenciones. Sus versos narran la barbarie que acontece en Siria en la actualidad, a través de la rebelión de las personas contra el gobierno sirio y el que lo apoya; así de como el ISIS que aprovechó la guerra para invadir el país.

Musicalmente el tema se conforma con la frescura típica en la que se desenvuelven normalmente. A modo de preludio de lo que se va a mostrar en todo el álbum. Los elementos progresivos pueden percibirse con una simple oída, bien mezclados con algún que otro ingrediente proveniente del power y la base de hard rock.

“Man The Machine” es uno de los singles destacados del disco, pues fue el avance que la banda americana dio de muestra el año pasado, aunque ni de lejos llega a ser el mejor del redondo. Es básicamente el dúo de guitarras entre Michael Wilton y Parker Lundgren lo que mantienen la atención a lo largo de la canción.

“Light-years” se inicia de manera relajada, con una voz sintetizada que nos impacienta a que rompa el tema finalmente. Los giros que contienen los 4 minutos de canción, incluyendo efectos del bajo de Eddie Jackson, dan forma a un corte bastante curioso y que contrasta con “Inside Out”. El cuarto tema se inicia con unos acordes de reminiscencia oriental, que van diluyéndose entre los sonidos más metálicos, al tiempo que la voz lejana de La Torre va dando forma a los cantables estribillos.

“Propaganda Fashion” dibuja el ecuador del disco. La espontaneidad aflora en este tema en el que predomina la divertida esencia del rock n’ roll. “Dark Reverie” sería la definición perfecta de un estado de ánimo melancólico. Ofrece elementos más caprichosos, con un arreglo que pretende llegar a ser una balada que no puede deshacerse del sentimiento siempre presente del recelo, con pasajes orquestales para alimentar esta atmósfera.

“Bent” vuelve a incluir temas político-sociales en sus líneas. Esta vez escupiendo con crudeza y rabia historias sobre las tribus nativas americanas. “Inner Unrest” regresa a la contundencia del metal progresivo, con ritmos más pausados pero más pesados. No es de los temas más llamativos del álbum, sin embargo, mientras avanzan los minutos podemos toparnos que algún que otro pasaje oscuro interesante. “Launder the Conscience” acelera el ritmo. Acercando la música a sus gustos más powermetaleros que combinan con los estribillos a un ritmo más lento.

Las mejores cosas son las que suelen dejarse siempre para el final. Casi en una abrir y cerrar de ojos, “Portrait” se encuentra a la cola de los diez temas que forman “The Verdict”. No puede decirse que sea el hit de la banda pero este último corte tiene una atmósfera misteriosa que te envuelve desde el primer momento. Unas melodías relajadas que poco a poco te conducen hacia un dulce final, como si de una apacible despedida se tratase después de tanta fiereza.

Dicho esto Queensrýche han vuelto a cubrirse de gloria, dando forma a un disco que les permitirá mantenerse en ese pedestal que han ido construyéndose durante tantos años. Un álbum que demuestra la versatilidad de grandes músicos, esos que saben combinar tantos elementos como les plazca, y que, a su vez saben mantener su  esencia intacta.

Tamara Ruiz

Grupo:Queensrÿche

Discográfica:Century Media Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Blood of the Levant
  2. Man the Machine
  3. Light-years
  4. Inside Out
  5. Propaganda Fashion
  6. Dark Reverie
  7. Bent
  8. Inner Unrest
  9. Launder the Conscience
  10. Portrait

Año:2019-03-01

Votación de los lectores:5