A pesar de algunos buenos momentos, el séptimo disco de estudio de los australianos Parkway Drive parece indicar que se han dormido en los laureles del metalcore más predecible y en lo melódico e insípido, algo que se intuía ya en el anterior LP 'Reverence' (2018).

Parkway Drive es una de esas bandas de metalcore que ha crecido sin parar hasta consolidarse como una de las formaciones más importantes de los últimos años en cuanto a metal se refiere. Su innegable espectáculo y compenetración en sus presentaciones en directo unido a su sonido cada vez más accesible a las grandes masas dan fe de ello. Si bien esto nadie lo puede negar, sus lanzamientos discográficos más recientes empiezan a palidecer dejándolos sin un rumbo fijo.

En un momento como el que estamos viviendo, donde la música cada vez está más orientada a acumular escuchas mediante singles por plataformas de streaming y donde todo el catálogo de casi cualquier artista puede ser escuchado en cualquier momento y lugar, también puede resultar más complicado encontrar palabras discordantes en medios y foros especializados sobre si la carrera de un artista ha seguido el camino que se considera “correcto”. Aquí hay mucho debate sobre el que se podría hablar durante horas, pero centrando el foco en Parkway Drive surgen muchas dudas sobre si han mejorado, evolucionado o si se han ido quedado sin carburante. Será cuestión de gustos, probablemente.

Siendo consecuentes con la carrera y situación complicada de Parkway Drive, ‘Darker Still’ podría ser un álbum que tiene su lógica utilizado como bálsamo para curar cicatrices, pero conectar con sus 11 canciones resulta más complicado que nunca. Dejando de lado lo personal y emocional, y sin pretender hacer el feo a un grupo que se merece lo que tiene como el que más, quizá este sea su peor trabajo hasta la fecha por varias razones que se intentarán exponer lo mejor posible a lo largo de esta reseña.

Las mismas repeticiones (y «tropiezos»)

La salida con «Ground Zero», que comienza con una melodía similar a la de las cajas de música antiguas y con un Winston sigiloso y abatido, parece esperanzadora en un primer momento hasta que llega ese break tan esperado y predecible clásico en su música y en el metalcore. Adornos y arreglos de guitarra junto a coros que parece que ya han sonado en nuestras cabezas docenas de veces llevan a coger con pinzas ya los primeros minutos del disco.

«Like Napalm» o la pseudo nu metalera y algo diferente «Glitch» parten de ingredientes similares que dejan un regusto agridulce: subidas y bajadas de adrenalina, algún susurro, melodía y riffs metalcore con una dosis innecesaria de épica que acaba aburriendo. El camino que se va trazando con «The Greatest Fear» y esos coros operísticos femeninos del comienzo no mejoran el viaje. El recurso de las voces corales es un comodín que empieza a rozar lo cansino en el metal dando una abundancia que sobra el 90% de las veces. Por suerte, «The Greatest Fear» finaliza de una forma bastante digna después de un interludio con órgano que vuelve a dejar a Winston desnudo con sus susurros para romper, cómo no, en un break petón.

Descafeinado e irregular

En ‘Darker Still’ se exploran algunos caminos inusuales (que no experimentales, que ahora se vende todo como experimental para intentar colar que es rompedor) para Parkway Drive, y la canción melódica y semiacústica que da nombre al disco consigue despegar a los músicos del sota, caballo y rey con melodías entre silbidos que parecen sacadas de un western. Su canción más larga hasta la fecha consigue atrapar, esta vez sí, gracias a un intimismo y sinceridad en los que se puede sentir esa oscuridad a la que se clama y que deja un trabajo de guitarras también notable.

«Imperial Heretic» vuelve a intentar esa búsqueda del himno con la muletilla de los coros «oh oh-oh-oh-oh oh» festivaleros de relleno y repeticiones de estructuras y sonidos muy vistos, justo lo contrario a lo presentado en «If A God Can Bleed», que nos lleva al industrial oscuro y spoken word con semejanzas a unos Rammstein angloparlantes y más serios. Se nota que Winston se empieza a encontrar cada vez más cómodo susurrando que gruñendo, a pesar de «Soul Bleach» sea la negación pura y dura de lo dicho gracias a esos growls coléricos que suben el nivel general un poco.

Un final sin mejoría

Después del insistente interludio «Stranger», que no quita ni suma, la recta final trae consigo a «Land Of The Lost», evidenciando una vez más lo dicho con anterioridad y sonando a una mezcla de Bring Me The Horizon, Rammstein y ese nuevo sonido de los mismos Parkway Drive del último lustro para poner punto y final con la espartana y cargante «From The Heart Of The Darkness», sin mejorar lo escuchado pero confirmando la todavía transición de Parkway Drive hacia algo más enrevesado – no por ello mejor-, rebosante y alejado totalmente de la zapatilla rabiosa de sus primeros discos.

‘Darker Still’ es un disco de poco más de 45 minutos que se hace largo, con pocos momentos interesantes más allá de canciones como la que da título al disco, «If A God Can Bleed»,  «Soul Bleach» y, a pesar de sonar a lo de siempre, incluso «Ground Zero» si aceptamos pulpo como animal de compañía. El baremo es bastante desalentador, aunque aquellas personas que sean fanáticas de los tres últimos álbumes de los de Byron Bay, de Architects, While She Sleeps o Bring Me The Horizon quizá encuentren en él aspectos más atractivos que los aquí manifestados.

Jaime Tomé

Grupo:Parkway Drive

Discográfica:Epitaph Records

Puntuación:4

Canciones:

  1. Ground Zero
  2. Like Napalm
  3. Glitch
  4. The Greatest Fear
  5. Darker Still
  6. Imperial Heretic
  7. If A God Can Bleed
  8. Soul Bleach
  9. Stranger
  10. Land Of The Lost
  11. From The Heart Of The Darkness

Año:2022-09-09