Paradise Lost es una de las bandas pioneras del death doom desde hace más de dos décadas junto a My Dying Bride y los primeros Anathema y Katatonia. A pesar de las experimentaciones a lo largo de su trayectoria, nunca han dejado de ser queridos y su carrera es un gran ejemplo de dar lo mejor de sí. 'Obsidian' reafirma el empeño del grupo con algo más de melodía que en el último lustro sin dejar de lado su retorno a los guturales y la sordidez.

La carrera de Paradise Lost ha estado llena giros y mutaciones desde los 90’s que han resultado un acierto con el paso de los años, disfrutes más o menos de sus diferentes facetas. ‘Icon’ (1993), su cuarto álbum, ya supuso un primer paso del grupo para constatar que el metal más oscuro podía también ser también algo pasional y crudo sin necesidad de recurrir a los gritos. ‘Icon’ dio al gothic metal el aliento que precisaba en ese momento alejando a Paradise Lost del death doom que ellos mismos habían ayudado a crear para también dar vida a la primera ola del metal gótico, con más melodía pero con la misma oscuridad.

A grandes rasgos, estos cinco músicos provenientes de Halifax y liderados por Nick Holmes siguieron visitando durante años terrenos de aquella poco habituales y más alejados del metal moldeando un poco más el gothic metal en su clásico ‘Draconian Times’ de 1995, su disco más querido y en el que quedó claro al 100% que los growls -ausentes ya en ‘Icon’- no eran un elemento que la banda necesitase. El riesgo continuó con la incursión de la electrónica en ‘One Second’ (1997), que se hizo más notoria en el casi electropopero ‘Host’ (1999) dejando algún resquicio en ‘Believe In Nothing’ (2001) en un momento en el que parecían no estar muy centrados en lo que querían que se alargó hasta más o menos el año 2007 cuando con ‘In Requiem’ (2007) regresaron definitivamente y de manera natural a su característico gothic doom.

La historia reciente de Paradise Lost dio una nueva y mejor vida a su música desde finales de los 00’s con buenos álbumes con momentos vocales de rabia que parecían vislumbrar una posible vuelta a los growls de sus tres primeros discos y que finalmente se formalizó en ‘The Plague Within’ (2015) y ‘Medusa’ (2017). La incorporación de Nick Holmes en 2014 al grupo sueco de death metal Bloodbath, antes liderado por Mikael Åkerfeldt de Opeth, pudo ser un claro detonante para volver a reeducar sus cuerdas vocales y darle una segunda oportunidad al arte de «gritar». ‘Obsidian’ llega para recalcar lo mejor de su carrera haciendo que se cierre el círculo que los vio nacer y evolucionar.

Asentados en su altar

En ‘Obsidian’ hay momentos para el death metal, la melodía, las voces limpias, algún arreglo orquestral y también solos de guitarra y la característica pesadumbre doom. Los acordes acústicos y voces inicio de «Darker Thoughts» no van al cuello como apertura en comparación de sus dos anteriores discos, pero tras 2 minutos la canción explota con un gutural del inframundo que devuelve la electricidad a un primer plano. «Fall From Grace» es una canción clásica al estilo Paradise Lost que alterna todavía más la limpieza de las voces melódicas con la suciedad de los growls que ofrecen un contraste brutal y donde Nick Holmes luce en sus registros convirtiéndose tanto en ángel como en demonio.

«Ghosts» comienza con un bombo insistente y es de las más góticas y post-punk junto con el inicio de «The Devil Embraced» y sus primeros acordes tirando a ochenteros. Estas dos canciones se fusionan de una forma natural siendo «The Devil Embraced» la más cristalina en cuanto a las voces principales con unos guturales que prácticamente solo se manifiestan para recitar el estribillo.

Te gusten o no, es imposible decir que Paradise Lost son malos o aburridos a pesar de practicar un estilo no tan fácil de digerir. ‘Obsidian’ está bien pensado para no sobrecargarte, sus 45 minutos (sin contar bonus tracks) sacian más que bien el apetito jugando a su favor sin excesos innecesarios. ¿Para qué estirar el chicle hasta si algo funciona en 5-6 minutos?

Armonía y aspereza en consonancia

La voces operísticas del inicio de «Forsaken» hacen de apertura a una especie de segunda parte en la que también hay que destacar el gran trabajo de batería del joven Waltteri Väyrynen, los solos de guitarra y esos estribillos que hacen más accesible la escucha y ayudan a mantener en tu cabeza cada canción.

«Serenity» trae otra vez la cara más death y épica del grupo sin dejar atrás las guitarras que entre distorsión y solos dejan entrever la faceta gótica ochentera jamás ocultada por estos británicos que han bebido casi de todas las aguas posibles durante su larga carrera, y en «Ending Days» vuelven a repetírtelo una vez más para culminar con «Hopes Dies Young» sin bajar la marcha y despedirse entre la neblina con «Ravenghast» y sus teclados simples y lúgubres que se pierden entre voces desgarradas.

‘Obsidian’ ofrece un gran equilibrio en sus canciones siendo un poco menos cañero que ‘Medusa’ y ‘The Plague Within’, que se posicionan unos escalones por encima. Si hubiese que hacer un símil, ‘Obsidian’ sería una mezcla entre ‘Medusa’ y el disco homónimo estrenado en 2005 sin tirar hacia un lado más que a otro y que con el tiempo quizás podrá alimentar a todos sus seguidores (menos a los que se quedaron en la etapa electrónica, claro) sin que la balanza se desequilibre. No hay giros precipitados ni casi riesgo, incluso las letras podrían estar más trabajadas, pero el resultado final en conjunto es firme y auténtico y además las primeras escuchas dejan un muy buen sabor de boca destacando unas voces a las que no se les puede pedir más.

Jaime Tomé

Grupo:Paradise Lost

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:8

Canciones:

  1. Darker Thoughts
  2. Fall From Grace
  3. Ghosts
  4. The Devil Embraced
  5. Forsaken
  6. Serenity
  7. Ending Days
  8. Hopes Dies Young
  9. Ravenghast

Año:2020-05-15