Al igual que el reciente virus, Pain Of Salvation no entienden ni de límites, ni de fronteras, se llevan por delante todo aquello con lo que se topan y se mantienen fuertes en su desarrollo sin perder toda la esencia de sus genes originales, mutando y evolucionando. Pero a diferencia de aquél, su letalidad es artística, resulta agradable ser infectados por su música y sufrir los cálidos zarpazos de este “Panther”.

Tras ‘In The Passing Light Of Day’, esta entrega no admite una escucha a modo de escaneo para así tratar de hacerse una idea de qué es lo que ofrecen con estos nueve temas y más de cincuenta minutos de duración. Hay que ponerse el traje de neopreno y bucear hasta lo más profundo alejándose todo lo posible de la superficie. Sólo así se podrá apreciar la compleja oferta que es ‘Panther’.

Sacudiéndose encasillamientos

El menú que ofrecen es variado y exigente. Desde la portada de André Meister (con grandes aromas a Frank Miller) se accede al arranque de “Accelerator” que pronto se ve sacudido por esta nueva conceptualidad a la que Gildenlöw se entregó tras la marcha de Ragnar Zolberg. Demuestran que el oyente se va a encontrar con algo, de nuevo, diferente. Sonidos añejos entretejidos con otros que a cada nuevo trabajo del grupo son distintos y diferenciados. No marca el camino del disco sino que más bien puede ser un aviso a navegantes.

“Unfuture” comienza golpeando con todas las armas que quien busque sólo sonidos progresivos va a esperar escuchar, pero de nuevo las sutilezas son más evidentes que los primeros planos, cuando ya el cerebro se adapta, giran e introducen melodías alejadas, o no tanto, de lo que se espera. Pequeñas postales dentro de una gran postal, variaciones dentro de un camino a seguir.

La tranquilidad que parece transmitir “Restless Boy” deja al acecho una pieza compleja y deliciosa. Pocos son los que citarían a Pain Of Salvation durante los primeros ochenta segundos de canción y entonces entra Daniel, casi recordando a cantantes más cálidos y relajados como Peter Hammill o, forzando, Bowie, mientras la música se enreda, evoluciona, enfurece, relaja… No adorar esta canción debería estar catalogado de patología.

A estas alturas queda claro que no se puede saborear de un trago el brebaje que nos ofrecen, y con la llegada de “Wait”, la cosa se complica… para bien. Duplica de golpe la duración de la anterior y se enriquece con nuevos sonidos, con una dulce capa acústica, mientras Gildenlöw vuelve a dar una vuelta de tuerca a su forma de cantar sobre esa estructura repetitiva, pero a la vez mutante, un crescendo que se convierten en una de las cimas del disco.

Ya queda claro que esto, sí que tiene un halo de disco conceptual, pero va mucho más allá, ahondar en las letras exigiría un artículo único, son brutalmente profundas y evocadoras, sacuden las mentes de quien esté dispuesto a hacer un esfuerzo de introspección y dejan ese tipo de posos que con el tiempo suben a la superficie.

Con “Keen To A Fault” la complejidad musical, la repetitividad y los ascensos arropan a Gildenlöw. Contraposición de quietud y energía. Otro de esos momentos que rompen barreras de verdad. Claro que se le pueden poner etiquetas, pero sería como usar una bicicleta para cruzar el océano: un esfuerzo tan inútil como absurdo y patético. Obliga a replantearse la cerrazón en encasillar todo.

Un final apoteósico

Tras el torbellino de emociones de “Keen To Fault” entregan un brevísimo corte, apenas excede del minuto y medio, llamado “Fur”, casi un esbozo totalmente acústico que desemboca sin posibilidad de esquivarlo en el tema que titula el disco, ‘Panther’ y donde la banda abraza otros ritmos, otros sonidos, otras formas de expresión que puede que sorprendan a quienes menos confíen en la capacidad compositiva y de generar sorpresa de Pain Of Salvation.

Este tema es el epítome de lo que ‘Panther’ es como disco y como posicionamiento artístico y humano, un puzzle de sabores y sonidos que cuando finaliza provoca el deseo de volver a escucharlo porque queda la sensación de que algo se quedó por el camino de la primera escucha, que se final semi abrupto algo habrá querido decir…

“Species”… si “Panther” es el epítome del disco, este tema tal vez sea el Sagarmāthā (‘La frente del cielo’), el Everest de este Himalaya. La cima absoluta compositiva que encierra este trabajo. Contundente, compleja de abordar y que cuando se aprecia en su totalidad es para sentir cómo fluye ya por nuestras venas. Tiene que convertirse en todo un hit de Pain Of Salvation en cada concierto del grupo. El tema que debería perdurar si hubiese que borrar todos los temas menos uno.

El final sigue estando a la altura de lo esperado. Haber cerrado con “Species” hubiese sido tan apabullante que habría dejado a los oyentes en K.O., pero claro, no se iban a ir con un postre light después de este maravilloso menú. Así que Mr. Gildenlöw se saca de la manga “Icon”, un tema que casi duplica en duración al más largo hasta ahora, un torbellino enrevesado y genial, una espiral por la que subir, bajar, quedarse extático y estático, con la que no saber hacia donde prestar toda la atención pero no por que se trate de un batiburrillo de ideas sino porque su complejidad es tal que sólo podía irse poco a poco…

Cuando se hace el silencio, no queda más remedio que volver a escuchar ‘Panther’. Ahora sí que Daniel Gildenlöw tiene que estar totalmente satisfecho por haber escuchado a la banda y seguir hacia adelante tras la marcha de Zolberg, porque si ahora decide colgar los guantes, habrá dejado un legado indiscutible.

Toni de Lola

Grupo:Pain Of Salvation

Discográfica:InsideOut Music

Puntuación:9

Canciones:

  1. Accelerator
  2. Unfuture
  3. Restless Boy
  4. Wait
  5. Keen To A Fault
  6. Fur
  7. Panther
  8. Species
  9. Icon

Año:2020-08-28