Skull Fist: Paid In Full

Skull Fist es una de las bandas destinadas a ser fundamentales en el desarrollo del heavy metal y del thrash metal en la escena rockera/metalera de Toronto. Al igual que muchos, siempre será un sueño desbancar a los poderosos Megadeth, Iron Maiden, Scorpions, Metallica, Slayer y los titanes de todos conocidos, lo cual no es imposible y lo cual, de no conseguirlo, no pondrá en duda su calidad.

A lo largo de casi dos décadas, lanzaron tres discos (‘Head Of The Pack’, ‘Chasing The Dream’, ‘Way Of The Road’); quizá sin el reconocimiento merecido, lo cual, al parecer, no les importa. Después de cuatro años de ausencia, la banda está de regreso en la mejor forma y lanzan este álbum que, sin lugar a dudas, está al nivel de las bandas mas eficaces del planeta. Es un disco que desde que principia no tiene misericordia alguna, cual si fuera textualmente época de caza.

Han llegado a cazar al metal débil, al metal de las baladas, a las banditas poperas, a los falsos metaleros. Zach Scottler está cantando como nunca, incluso alcanzando niveles y tesituras a lo Ronnie James Dio. Sus riffs en la guitarra y sus solos siguen siendo mortíferos, apoyado con la mancuerna de Tartagila (batería) y Casey Guest en el bajo, conforman una agrupación demasiado sólida.

Sello indiscutible

Tienen todo un sello indiscutible, ese sello de los grupos con coros melódicos y ritmos trasheros que lo han sabido utilizar para llegar a las viejas y nuevas generaciones por igual. Será imposible no hacer slam en una reunión o en la soledad de la habitación. No hay un solo track débil. Ya hacía falta un disco así, que hiciera despertar a las bandas más poderosas (y a sus fans) de ese letargo de conformismo de pensar que son los únicos y que nadie les pisa los talones. ‘Paid In Full’ será uno de los mejores álbumes metaleros del año.

Y es que no es nada nuevo que las bandas (de los años más recientes) quieran rescatar sonidos clásicos para crear el sonido propio y, en el caso de Skull Fist, difícilmente podemos quitarnos de la cabeza, un gusto por Iron Maiden en combinación con un gusto melindroso que nos recuerda ciertas canciones empalagosas de Scorpions o de un Bon Jovi noventero.

Todo esto mezclado con las letras desquiciadas, ilógicas, irreverentes e infernales salidas de la cabeza de Zach Scottler y, el toque artesanal de una banda que se involucra plenamente en su proyecto y sigue tomando las riendas del sonido hace que ‘Paid In Full’ sea ampliamente recomendable. La fuerza del heavy metal de antaño se manifiesta por todos los rincones de este álbum, hay canciones arrolladoras como “Crush, Kill, Destroy” que podría ser un homenaje descarado a “Seek and Destroy” de Metallica.

La propuesta de ‘Paid In Full’ pretende sonar a heavy metal puro, glorioso, de ese que hace sangrar las huellas dactilares de los guitarristas con solos de guitarra kilométricos y ultra veloces; “Blackout” o “For The Last Time” las hubiera firmado sin dudarlo el Dave Mustaine de los años ochenta, recién expulsado de Metallica.

La bella y la bestia

La banda muestra que ha sabido bien como digerir y aprovechar su pasado dentro y fuera de los estudios de grabación. Se les nota musicalmente más enfocados, se les nota que quieren hacer destacar su sonido y despegar a las grandes ligas; aunque el vocalista Zach Scottler quiera sacudirse la imagen de rockstar y argumente desinterés al respecto.

‘Paid In Full’ es un disco separado de las depresiones del trabajo anterior (‘Way Of The Road’) y más ligado a lo realizado con ‘Chasing The Dream’. Skull Fist ha logrado hacer un disco crudo, pero bien cocinado, belleza melódica y gritos desgarradores, solos afligidos y riffs bestiales; “La Bella y La Bestia” de los discos metaleros del 2022. El disco no tiene desperdicio alguno, pero de elegir una canción es destacable todos los componentes de “Madman”, curiosamente no es contemplada como sencillo y al mismo tiempo es la favorita y la que hace sentir pujante a un contradictorio Zach Scottler.