Overkill: Scorched

‘Scorched’ es el 20º disco de estudio de Overkill. Los americanos vuelven a la carga tras 4 años de sequía en el estudio por culpa del coronavirus.

Overkill son, sin duda alguna, incansables. Desde su debut discográfico en 1985, no han parado de editar trabajos con una frecuencia de 2-3 años a lo sumo entre álbumes. Esta buena racha, fue interrumpida por culpa de la pandemia del coronavirus.

‘Scorched’, el disco de estudio número 20 de la banda, iba a ser lanzado en 2020, coincidiendo con el 40 aniversario de la formación del grupo, pero estos planes se fueron al traste. De esta manera, 4 años después de su anterior ‘The Wings Of War’, el mayor espacio entre sus discos de estudio, Overkill presentan 11 nuevos temas con los que volar la cabeza a sus fans.

Dentro de ‘Scorched’

“Scorched” comienza con un punteo de guitarra y unas campanas que añaden un toque oscuro y solemne a la atmósfera del tema, antes de que entre la inconfundible voz de Bobby «Blitz» Ellsworth. A lo largo de la canción se suceden, sin concesiones, los riffs de guitarra, con un gran protagonismo también del bajo, con un sonido distorsionado y crudo.

“Goin’ Home” empieza con un riff machacacuellos y coge velocidad en algunas partes para hacer las delicias de los amantes de los pogos. Dave Linsk se luce en las partes solistas, y demuestra su solidez a las seis cuerdas.

Un potente riff de bajo abre “The Surgeon”, al que poco después se le incorporan las guitarras. Blitz lo da todo en uno de los estribillos más potentes del trabajo. La parte central cambia el tempo de forma radical, para partir unos cuantos cuellos más, y acelera sin compasión con el solo de guitarra y la exhibición de doble bombo de Jason Bittner.

“Twist Of The Wick” inicia con una introducción ascendente que da paso a un riff de los más cañeros y rápidos del disco. Blitz se desgañita en las estrofas, que desembocan en un furioso estribillo. Una vez más, el tema cuenta con una parte solista frenética.

Con una marcha casi militar, comienza “Wicked Place”. El bajo se hace protagonista por encima de los riffs de guitarra, que tienen cierta reminiscencia a Black Sabbath por momentos. Hacia la mitad, la canción acelera, para incorporar la parte solista y el doble bombo, y finaliza con una repetición siniestra del riff principal.

“Won’t Be Coming Back” comienza con un riff al estilo del “Holy Diver” de Dio, y luego pasa a una sección en la que los punteos de guitarra acompañan a la voz, aunque termina por resultar un tanto repetitivo, ya que no hay muchas variaciones durante el tema.

En “Fever” se puede escuchar el lado más intimista y calmado de la voz de Blitz, con un comienzo en limpio, a modo de balada, que es intercalado con partes más potentes y melodías de guitarra. En la parte central, aparece un maléfico riff cargado de distorsión y potencia. En este tema están todos los cambios y contrastes que se echaban en falta en temas anteriores.

Pisando el acelerador

“Harder They Fall” sube de nuevo las revoluciones y saca a relucir la parte mas macarra de la banda. Después de dos minutos frenéticos, la canción vuelve a la fórmula habitual del trabajo: cambio de tercio mediante un riff de guitarra que da paso a la parte solista, para luego volver a la caña inicial hasta el final.

“Know Her Name” vuelve a tirar de la fórmula habitual comentada anteriormente, mientras que “Bag O’ Bones” resulta un poco más innovadora, con su riff vacilón y ese toque más rockero que sirve como punto final al trabajo.

‘Scorched’ es un disco sin grandes pretensiones, va directo al grano. A lo largo de los 11 temas, la banda busca hacer que muevas la cabeza. Puede que a veces se eche en falta un poco más de variedad, ya que las estructuras de los temas resultan repetitivas, pero sin duda, este disco desborda potencia a raudales.