Starlight And Ash

Oceans Of Slumber presenta su quinto trabajo envuelto en un intimismo retrospectivo oscuro y atrevido. Su relación directa con la música más arraigada y folclórica puede despistar a los seguidores más fieles y atraer a un nuevo público.

El disco suena con mucho cuerpo y la voz de Cammie Beverly se mantiene visible por encima de toda base sonora. La voz de esta cantante es potente, sentimental y arraigada a las fuentes de las que un día bebió. También cabe destacar su técnica y tonalidad única. Los coros están muy conseguidos, aunque no hacen sombra a la voz principal. Es una curiosidad que con el paso del tiempo la banda tenga adaptada tanto su música como sus composiciones a esta solista tan destacable.

La batería suena muy bien y tiene un sonido atrevido, muy definido. Esto encaja en la sonoridad progresiva del grupo. La caja suena algo inorgánica y digital. El gran trabajo con los platos queda relegado a una posición decorativa sin valor, por desgracia. El bombo queda fundido con el bajo a la perfección, evitando que este último destaque por encima de la base rítmica o la composición general.

Los teclados, ayudan a dar dramatismo y seriedad lacrimosa a la obra. El piano ofrece una sonoridad más continuada en los temas en los que aparece, pero aumentan también la sensación de tristeza. Las guitarras se adaptan a cada canción y a cada sonoridad, a cada ambiente y pasaje. Pueden llegar a ser de lo más doom, góticas, metálicas, limpias y cristalinas. La referencia sonora de la guitarra se pierde en favor de la voz y de sus melodías.

Cenizas en la luz

Los once años de trayectoria de la banda tejana han mostrado lo cambiante que puede ser la producción musical. Con un inicio más duro y metálico, y con cambios significativos tanto en la voz, composición y en la ejecución de diferentes instrumentos, el grupo de metal progresivo en ‘Starlight And Ash’ vuelve una vez más al blues y al folk de una forma clara, dando sentido a una progresión estilística que necesitaba beber de la fuente de la música negra.

Desde la incorporación de Cammie Beverly a la voz solista en ‘Winter’ los cambios estilísticos y compositivos no han parado de suceder y de alternarse. El viaje del grupo se ha declinado hacia un mundo interior y evidente en ‘The Banished Heart’. El disco de 2020 ‘Oceans Of Slumber’ ofrece el indicador del estilo que se mantiene hasta el día de hoy en esta banda.

Las seguidoras y seguidores tienen en ‘Starlight And Ash’ la posibilidad de descubrir otros períodos musicales que el grupo parece querer integrar, junto a su nostalgia y sus influencias. La versión de “House of the Rising Sun” de este disco abre la puerta del rock y del blues de los años ’60 y ’70, al igual que ocurrió en su disco ‘Winter’ con el cover de “Nights in White Satin”. Esto puede ser un problema si se ha seguido el trabajo del grupo desde el comienzo, en cuyos inicios el estilo era mucho más metálico y crudo.

Visibilizar un estilo

“The Waters Rising” recuerda a la típica canción de serie norteamericana del siglo veintiuno. La voz toma mucho protagonismo y ofrece calidad y calidez junto a unos trabajados coros que en ningún momento destacarán más que la solista. El estribillo es poderoso y potente, aunque la combinación con la estrofa y las otras partes de la canción chocan mucho. Suena a metal sinfónico. Las diferentes partes quedan muy aisladas y se perciben de forma química.

“Hearts Of Stone” muestra una visión muy personal de la música de la banda. La voz se siente desgarrada y cambiante, acompañando a los diferentes pasajes de la canción. Los ritmos de este tema se enturbian demasiado y lo único que queda en claro es la melodía de la voz principal. En “The Lighthouse” se respira el ambiente de las raíces negras en las que el grupo está inmerso. Los detalles sonoros que aportan los teclados ayudan a dar intensidad a la canción, junto a la calidad vocal y los arreglos de las guitarras.

Un ambiente, también, muy intimista ofrece “Red Forest Roads” para acabar en un intenso momento más sinfónico y metálico, en el que la potencia se destapa por momentos. “The Hanging Tree” sigue la senda de tristeza y soledad, de interiorización sentimental. Tema cercano al pop y de estilo más comercial. Los ritmos parecen repetirse una vez más en “Salvation” con una batería que parece rota y lenta. Los cambios melódicos se suceden para desembocar en un final elevado de potencia y muy acentuado.

Momentos cercanos al metal gótico y al doom se aprecian en “Star Altar” y se intercambian con otros más decadentes y tristes. Muchos cambios se alternan en las mismas canciones, que solo se pueden degustar con muchas escuchas (si se puede evitar una indigestión). El piano toma las riendas en el tema “The Spring of 21” y muestra un panorama nostálgico y sentimental, idóneo para recordar y revivir un pasado que se aleja. En “Just a Day” el piano también tiene relevancia musical hasta que aparece la voz solista. Más adelante la canción se ensancha con la distorsión metálica y profunda. El tempo lento crea un espacio más solemne y sinfónico hasta el final de la pista.

“House Of The Rising Sun” es una versión muy bien interpretada vocalmente. ¿Necesaria? Va a depender de los gustos personales. Igualmente es una canción muy conocida e intentar darle otro aire es muy complicado. Un ambiente electrónico abre el teclado en “The Shipbuilders Son”, tema en el que la nostalgia y la tristeza vuelven a aparecer de nuevo, junto a muchos cambios (junto al piano, también). Para rematar el tema la distorsión más ardiente y potente aparece de nuevo para marcar un nexo de unión con los inicios del grupo y el panorama metálico.

Luz y claroscuros

Al ver la evolución de Oceans Of Slumber en este último disco deja la sensación de que falta algo. Un vacío se apodera de muchos temas y carecen de personalidad propia. Esta afectación, junto a una temática nostálgica y tristona, crea una carencia importante en la que la banda queda aislada e incomunicada con su público. Tantos cambios y giros, no ayudan.

Por otra parte, cabe destacar el atrevimiento del grupo con mostrar y probar nuevas fórmulas. Algo más de una década de existencia ha mostrado el potencial de cambio de Oceans Of Slumber, quizás demasiado. El público acomodado a sus inicios tendrá una molesta digestión con este nuevo material, pero nada nuevo que no se indicara ya en discos anteriores. Puede que componer todo alrededor de una voz solista tan marcada y con tanta relevancia esté devaluando la sonoridad general de la banda.