Cuatro años después de ‘A Year Without Summer’, los catalanes Obsidian Kingdom vuelven a la carga con ‘Meat Machine’, su quinto trabajo, con un aura bastante más oscura de la que nos tenían acostumbrados hasta el momento, aunque sin dejar de lado sus eclécticas influencias, que van desde el post-metal con toques más metalcore hasta la música electrónica más tenebrosa.

¿Qué pasaría si Mastodon, Deftones y Porcupine Tree se emborracharan y se enzarzaran en una orgía? Bueno, probablemente el resultado sería Obsidian Kingdom, una de las bandas más prominentes del prog en la escena nacional, tan currantes como imaginativos en una escena no muy halagüeña con esta clase de experimentos. El estatus de culto de la agrupación no menoscaba su intachable ejecución musical, logrando un álbum que suena definitivamente diferente a sus predecesores sin abandonar lo que les hizo grandes en primer lugar.

Pero estamos adelantando acontecimientos. Pongámonos con la música.

Las mil y una influencias

‘Meat Machine’ arranca con un “The Edge” introducido por la voz de Rider G. Omega, solo para detenerse súbitamente y reaparecer de nuevo, esta vez con una voz femenina. Este tira y afloja es una constante a lo largo de las canciones de este trabajo, y es que el vaivén de estilos, tempos y de estructuras musicales logran trasmitir una angustia constante, como si trataras de llegar a un destino incierto. Culmina en un breakdown muy técnico que le da al trabajo  el extra de agresión arriba mencionado.

“Mr. Pan” arranca más como una intro, una misteriosa y psicodélica introducción de la mano de un sintetizador de bajo solo interrumpido por un coro igual de inquietante. La parte instrumental que le sucede sigue en esas mismas líneas solo para concluir con el mismo coro, siendo así el corte más experimental y menos accesible del álbum. “Flesh World” supone el regreso de la voz femenina, solo que esta vez acompañada de una pomposa orquestación que desemboca en un trasfondo electrónico en una transición casi cristalina, solo para culminar en un esfuerzo de toda la banda que ondula como un péndulo entre los elementos más metálicos y electrónicos del grupo.

“Meat Star” inicia devastadoramente con un poderío metálico directo a las entrañas, pese a que poco a poco va desinflándose para adquirir toques más stoners, con riffs reminiscentes de los Sabbath de los 70 o de las nuevas bandas de proto-metal como Kadavar, dándole el toque alienígena que en otro caso la habría hecho desentonar del resto de canciones. La vibra setentera se mantiene en “Spanker”, que sin embargo desemboca en un outro instrumental muy ecléctico, mientras que “Vogue” presenta una crudeza como nunca se la habíamos visto a la banda que desemboca en un torrente eminentemente electrónico.

“Womb of Wire” se alza como el corte más progresivo dentro de ‘Meat Machine’ (lo cual en sí es todo un mérito), y aunque solo dura cinco minutos, enlaza las mil influencias del grupo con una miríada de tempos para hilvanar una joya progresiva que se alza como la culminación estilística del grupo. El álbum cierra con “A Foe”, de nuevo con una voz femenina al frente, siendo una culminación melancólica y de sentimientos lluviosos que sirve como despedida para un álbum que tal vez habría agradecido un final un poco más por todo lo alto.

La consolidación de una locura

A estas alturas de la película, Obsidian Kingdom no deberían necesitar presentación alguna, y aun así parece ser necesario explicar en qué consiste su música, pues se niegan e encajar en cualquier molde que les daría la notoriedad de pertenecer a una escena más grande. El prog no goza de buena salud en España, en el que como banda nacional solo tienes cierto futuro si te rindes a un género y te abniegas a no crear nada original. Los barceloneses llevan años navegando las truculentas aguas en las que chocan estilos antagónicos, yo hoy por hoy ya son expertos marineros.

‘Meat Machine’ se alza como la culminación de este proceso de inconformismo musical, como una declaración de un grupo que se niega a ser uno más, una solidificación del estilo y una firme declaración de intenciones. Pese a todo la banda sigue pecando de los mismos errores de siempre, y es que a ratos el precepto parece comerse al concepto, y sus pretensiones son más altas que su capacidad de ejecutar sus ideas de forma ordenada, y una vez más podrían haber apostado por una producción que le hiciera justicia a los elaborados conceptos que hay detrás de su música.

Por todo ello, a la vista del estado de la escena de prog española, bandas como Obsidian Kingdom, Born in Exile o Ciconia son un agradecido soplo de aire fresco, y si eres de lo que piensa que las bandas locales carecen de imaginación o de las agallas para hacer algo nuevo, ‘Meat Machine’ es una escucha obligatoria para ti.

Marc Fernández

Grupo:Obsidian Kingdom

Discográfica:Season Of Mist

Puntuación:8

Canciones:

  1. 1. The Edge
  2. 2. The Pump
  3. 3. Mr. Pan
  4. 4. Naked Politics
  5. 5. Flesh World
  6. 6. Meat Star
  7. 7. Spanker
  8. 8. Vogue
  9. 9. Womb Of Wire
  10. 10. A Foe

Año:2020-09-25