Iron Maiden: Nights Of The Dead: Live In Mexico City

‘Nights Of The Dead - Live In Mexico City’ es el nuevo lanzamiento en directo de Iron Maiden. Si, otro. El nuevo trabajo, testimonio de la gira “Legacy Of The Beast”, demuestra por qué la doncella sigue arrasando y llenando estadios allí donde va.

A estas alturas, es de sobras sabido que la probabilidad de que Iron Maiden editen un disco en directo después de cada gira es bastante alta. Si a esto se le suma la cancelación de su tercera parte de la gira “Legacy Of The Beast”, programada para este 2020, el lanzamiento era inevitable.

‘Nights Of The Dead – Live In Mexico City’ fue grabado durante las 3 noches en las que la doncella visitó México en septiembre de 2019, en tres actuaciones que colgaron el cartel de “sold out”. El disco refleja íntegramente el repertorio de la gira “Legacy Of The Beast”, aunque la decisión de no editarlo (al menos por el momento) en DVD, hace que se pierda parte de la magia, ya que el montaje que los británicos llevan para esta gira es el más espectacular hasta la fecha.

Un resumen de la gira «Legacy Of The Beast»

En cuanto al concierto, es idéntico al que la banda dio en el abarrotado Wanda Metropolitano de Madrid en 2018. La clásica introducción de Churchill enlaza directamente con “Aces High”. Es un inicio de concierto que nunca falla, más aún si se recuerda el enorme spitfire que planeaba sobre el escenario, mientras Bruce Dickinson hacía su clásica entrada, saltando por encima de los monitores, ataviado con un casco de piloto.

Fue todo un acierto por parte de la banda incluir “Where Eagles Dare” después de mucho tiempo en el tintero. Nicko McBrain se luce en este tema, demostrando que los años no pasan por él. Tras “2 Minutes To Midnight”, Iron Maiden nos deleitaban con una potente interpretación de “The Clansman”. Bruce Dickinson ha demostrado a lo largo de las giras que no tiene ningún problema en cantar temas de la etapa con Blaze Bayley al frente, y lo cierto es que se nota que disfruta interpretándolas.

“The Trooper” no puede faltar en un concierto de Iron Maiden, y en esta gira, la banda quiso añadirle el atractivo de contar con la aparición del Eddie gigante peleando con Bruce Dickinson y Janick Gers, mientras este interpretaba uno de los solos a la par con Adrian Smith. Finalmente, Bruce enseñaba la bandera del país en el que se encontraba para ganarse la ovación del público. En este momento se producía el primer cambio de decoración en el escenario, que daba paso a “Revelations” y “For The Greater Good Of God”. Es la primera vez que este tema es incluido en un directo oficial de la banda.

En “The Wickerman” destaca el gran trabajo de Adrian Smith a los coros, armonizando algunas de las estrofas, pero sin duda, uno de los temas más impresionantes del concierto es “Sign Of The Cross”. Bruce brillaba con luz propia en este tema, y los elementos escénicos ayudaban a darle la grandilocuencia que la canción merece. Otro de los grandes aciertos fue la inclusión en el repertorio de “Flight Of Icarus”, que no era interpretada desde 1986. Dave Murray y Adrian Smith recrean los solos a la perfección, mientras Bruce se desgañita haciendo un trabajo más que digno a las voces.

La traca de hits

El tramo final del concierto incluye la siempre impresionante “Fear Of The Dark”, “The Number Of The Beast” y la inamovible “Iron Maiden”, con la que la banda se despedía momentáneamente, mientras el escenario era presidido por la cabeza gigante de Eddie y Steve Harris hacía su típica pose disparando con su bajo. La traca final incluye “The Evil That Men Do”, “Hallowed Be Thy Name”, que por fin pudo ser incluida en el repertorio tras algunos problemas legales, y el fin de fiesta con “Run To The Hills”.

La sensación que deja este disco en directo es que Iron Maiden son una de las bandas clásicas que más en forma están actualmente. El público mexicano añade un punto de intensidad a una banda que, desde la enfermedad de Bruce Dickinson en 2015, parece haber recuperado la motivación de sus tiempos jóvenes. Mención aparte para el vocalista. En el momento de la grabación, Bruce contaba con 61 años, y sigue exhibiendo un nivel al alcance de muy pocos, especialmente en temas tan exigentes como “Flight Of Icarus” o “Hallowed Be Thy Name”.