Nasty: Menace

Nasty, que tienen conexión directa con los neurotransmisores que segregan la hormona de la agresividad, le plantan cara a la crisis de COVID-19 con más “música jodida para un mundo jodido”.

Su incursión en Century Media probablemente les abrirá nuevas puertas de cara al mercado, pero no parece que eso vaya a ser un impedimento para que Nasty sigan haciendo de Nasty. Este nuevo ‘Menace’ trae muy moderadas novedades bajo el brazo, pero sigue cargado de pólvora a rebosar.

Lo de siempre, bien entendido

Hijos de un género que nunca ha se ha llevado especialmente bien con el cambio, el hardcore-beatdown de los belgas sigue sonando prácticamente a lo mismo. Nadie les ha pedido lo contrario, pero bien es cierto que eso les resta libertad de movimiento de cara a la industria. En esta nueva entrega, el haber trabajado la producción con Andy Posdziech, guitarra de Any Given day, mas duchos en melodía y modulación, les ha aportado cierta perspectiva a la hora de cimentar. Esto podemos encontrarlo, por ejemplo, en la base rasgada de temas como “Blood Crop”, el repentino solo de “Addicted” o ese acercamiento al melódico que a muchos pillará desprevenido (pese a no ser la primera vez que el grupo intenta escribir un estribillo que quede mínimamente en la memoria) en “Be Careful”.

Desde luego este no es el trabajo (o el grupo) al que uno se acerca en busca de renovación. Si el oyente no les conoce previamente o no es asiduo al género, que tenga por seguro que le volarán la cabeza de una patada. Para bien o para mal. Pero se la volarán. En cambio, los entusiastas recibirán una gratificante nueva dosis de brutalidad en todas sus formas y tamaños. Pues se los tiene idealizados dentro del mundo del beatdown, característico por breakdowns habitualmente más lentos, pero sobretodo todavía más pesados. Pero, pese a dominar también dicha disciplina, cuando Nasty sacan de verdad musculo es cuando pisan el acelerador. Las baterías desbocadas de Nash toman un protagonismo absoluto en los tramos más veloces y salvajes de temas como el single homónimo, la machacona “You Will Know My Name” o muy especialmente en los cuarenta y ocho segundos que dura “Bulletrain”. Sin duda los chavales han crecido a base de buen punk.

Síntesis del concepto

Al final, y como es costumbre en su discografía, el punto fuerte de este ‘Menace’ se encuentra en la mixtura de ambos extremos. Los breaks son lentos, densos y aparecen de la nada, pero el hilo conductor es veloz y caótico. Lo mejor de cada casa, por definición, del puro hardcore que de sus manos suena moderno, pero nunca ha dejado de ser todo un clásico.

Todo esto queda sintetizado en “666AM», tema que nace predestinado a convertirse en clásico instantáneo y que traerá intensas agujetas a los fans. Elevando este contraste a la máxima potencia y contando con algunos de los momentos más viscerales (pese a su evidente trabajo de producción) a base de gritos que se transforman en, literalmente, rugidos. Serviría de muestra perfecta de lo que el grupo tiene para ofrecer. Y es curioso que esta capacidad de síntesis y este entendimiento de la visceralidad se haga especialmente presente en un disco como este, que, por culpa de la pandemia mundial del COVID-19, ha tenido que ser compuesto vía videoconferencia y con el agravante del encierro. Tal vez este último si vaya de la mano de la transcripción de la rabia.

Al fin de cuentas todo análisis termina perdiendo razón de ser cuando toca enfrentarse a grupos como Nasty en su hábitat natural: el directo. Y es que esta agresividad tan desquiciada solo puede ser entendida al cien por cien en la comunión de almas que solo se encuentra en aquello que tanto se echa de menos a día de hoy: un buen concierto.