Por razones que a veces escapan al razonamiento lógico, las bandas con cierto reconocimiento y que ya ocupan un lugar privilegiado en los anales de la historia de la música, reciben críticas con especial inquina cuando publican un nuevo disco.

No deja de ser cierto que, a los mejores, siempre se les exige mucho más que al gran montante en aras de su excelencia y repercusión mediática, pero a los juntaletras se les olvida –sirva también esta reflexión en primera persona- que se trata solo de un disco con nuevas canciones. Esa es la base. Después hay que situarlo dentro de la carrera de cierta banda, compararlo inevitablemente con su trayectoria hasta la fecha y bla, bla, bla. Sin embargo, al fin y al cabo, son composiciones que gustarán más o menos a la mayor parte de sus seguidores, independientemente del número de entradas de conciertos y camisetas que despachen en su merchandising oficial o no.

Muse es un grupo que ya ha marcado su nombre con fuego en la historia del rock. Si después ‘Will Of The People’ resulta ser un auténtico bodrio o uno de los mejores trabajos de su carrera, no repercutirá mucho en su status porque siempre existe margen de maniobra. Eso sí, nunca estará exento de críticas, porque siempre se puede criticar absolutamente todo. La crítica sí que tiene un infinito margen de maniobra. Si un grupo arriesga con el fin de evolucionar, se critica. Si una banda no asume riesgos y tiene los santos bemoles de auto plagiarse, se critica. Y si, como en este caso, reflejan el espectro musical de toda su carrera aunque añadan varias novedades, también se critica. Es el sino de las bandas de renombre.

A estas alturas, el trío británico no va a innovar como hizo con ‘Showbiz’ y ‘Origin Of Symmetry’, ni alcanzar la magnificencia de ‘Absolution’ o ‘Black Holes And Revelations’. Bien es cierto que su nuevo trabajo es más redondo y completo que ‘The 2th Law’ y sus últimos y electrónicos ‘Simulation Theory’ y ‘Drones’, e incluso más que su popular ‘The Resistance’ según en qué momentos. Lo que está claro es que en esta novena entrega Muse ha extendido sus polos opuestos musicales, y los límites entre el pop y el hard rock habituales se han abierto ahora para abarcar desde el soft pop y el metal.  Puede que esa mezcolanza de estilos propios y ajenos se deba a la valentía de Matt Bellamy y los suyos de crear un disco recopilatorio con nuevos temas ante la petición de la discográfica de poner en el mercado un compilado con sus hits.

De Ed Sheeran a Slipknot

La sorpresa no es una de las bondades más latentes de este álbum, y queda claro desde el tema que le da título y con el que abren. El ritmo trotante de su famoso “Uprising” se enlaza con una melodía que apesta de forma descarada al “The Beautiful People” de Marilyn Manson. Aun así, es la típica y efectiva canción de un grupo de rock de arenas que será acogido por la mayoría de sus seguidores de forma casi inevitable. Los elementos electrónicos aparecen en “Compliance”, pero con un sentido melódico y unos sintetizadores ochenteros que no admiten protestas. Pegadiza a más no poder, es una de las caras poliédricas de Muse que desde hace mucho tiempo no falta en sus nuevos trabajos.

La enésima pleitesía a Queen se llama “Liberation”, y destaca por la fuerza vocal y la destreza pianística de Bellamy sin olvidar los conseguidos coros de Christopher Wolstenholme y Dominic Howard. Podría formar parte de la segunda parte de ‘The Resistance’ sin ningún problema, de ahí que el sentido de recopilatorio de este disco siempre esté presente. Donde golpean fuerte y duro es en “Won’t Stand Down”, en la que se recupera la pegada de sus primeros trabajos.

Según ha declarado el propio vocalista y guitarrista, la excesiva crudeza de las guitarras en varias canciones de ‘Will Of The People’ es fruto de la pasión por Slipknot de su hijo y su indirecta influencia. De hecho, en varios conciertos en el presente verano han interpretado una parte de “Duality” de los enmascarados de Iowa después de este corte. Es uno de los temas que sonaban en el coche de Bellamy mientras llevaba a su vástago al colegio y reconocía con humildad que nunca se había acercado al metal porque es un estilo para el que hay que estar muy preparado. En cierta medida, hay guitarras en este álbum que son metal made in Muse.

El extremo opuesto es “Ghost (How Can I Move On)”, una de las baladas más suaves y dulcificadas que Muse haya grabado. Aunque recuerde a muchos temas de su pasado, los británicos atacan con una canción que posee una melodía vocal y un trasfondo de piano que es una auténtica delicia auditiva. Donde sí se muestran más desconocidos es en “You Make It Feel Like It’s Halloween”, con un estilo cinematográfico muy al estilo de John Carpenter. Un tema de psycho-rock cargado de detalles que gana enteros con cada escucha aunque a priori parezca fuera de lugar. Sin dudas, han empleado a fondo su imaginería compositiva.

“Kill Or Be Killed” es el tema más heavy que han registrado hasta la fecha. Con mucha diferencia además. Aunque algunos la califiquen exageradamente como una canción metalcore, el caso es que la banda se muestra muy segura de sus posibilidades en este nuevo marco musical y el rendimiento de los tres miembros de Muse es de sobresaliente, sección rítmica incluida. Si quieren poner a mil a sus fieles seguidores durante sus conciertos, este es el tema más apropiado. Caso contrario es el de “Verona”, un medio tiempo canalizado por una melodía de guitarra minimalista que no alcanza el clímax en su descarada búsqueda. Sin embargo, no deja de ser agradable al oído de los menos exigentes.

Bucean en sus dos primeros discos con “Euphoria”, en el que Bellamy vuelve a desparramar sus agudos solos de guitarras con cierto regusto a “Plug In Baby” y similares. Para cerrar, y por si no había quedado claro la apocalipsis letrística de sus canciones, lo hacen con “We Are Fucking Fucked”, que tras un primer tramo oscuro y resultón, atacan con una cabalgada a lo “Knights Of Cydonia” pero con el doble de testosterona.

Otra juego de distopías

Si mal no se recuerda, Muse lleva usando la realidad catastrófica y la ciencia ficción en sus letras desde hace varios lustros. El punto de partida podría fijarse en la fantástica “Ruled By Secrecy” de ‘Absolution’, y desde ahí no ha habido vuelta atrás. La verdad es que en una época en la que han aflorado tantas crisis políticas como el Brexit, la presidencia de Donald Trump y los incontables escándalos de los gobernantes de medio mundo, nunca van a faltar temáticas que sirvan de filón para las canciones de Muse. Más si cabe si se juega a crear distopías políticas, sociales y medioambientales que, en ciertas ocasiones, se topan con la cruda realidad.

De todo eso hay en ‘Will Of The People’, aunque su marcado y consentido sentido ambiguo sea un poco descolocante para los que se atrevan a analizar e interpretar sus letras, en las que los duros años de pandemia también están presentes hasta en el sentido más shakespeariano. Es un plus para un disco que, en resumidas cuentas, está lleno de canciones más que disfrutables y que alegrará a sus fans. Muchos de ellos recuperaran la fe en una banda que, hasta no hace mucho, se perdió en un mar de sintetizadores que no llegaron a buen puerto. A pesar de ello, las críticas cargadas de mala baba serán inevitables. Por otro lado, es otra excusa para disfrutar de uno de los mejores shows musicales y escénicos de la actualidad.

Satur Romero

Grupo:Muse

Discográfica:Warner Music Group

Puntuación:8

Canciones:

  1. Will of the People
  2. Compliance
  3. Liberation
  4. Won't Stand Down
  5. Ghosts (How Can I Move On)
  6. You Make Me Feel Like It's Halloween
  7. Kill or Be Killed
  8. Verona
  9. Euphoria
  10. We Are Fucking Fucked

Año:2022-08-26