Metallica: S&M 2

Las comparaciones son odiosas. Es inevitable hacer alusión al concierto de 20 años atrás que llevó a cabo Metallica para valorar este ’S&M2’, y lo cierto es que, aunque es una nueva versión de lo que llevaron a cabo hace dos décadas, el concepto que transmite la banda con este show es completamente distinto (algo que se ve desde el comienzo con una escenografía más propia de un directo en formato arena).

Se intenta mantener la esencia, sobre todo en un primer momento, para darle valor al primero de los ’S&M’, el cual marcó un camino a seguir para muchos otros grupos e hizo historia. Esto se refleja en el repertorio seleccionado por Metallica para el arranque del concierto: “The Ecstasy Of Gold” (que a la postre ha servido para homenajear la posterior muerte de Ennio Morricone) y la instrumental “The Call Of Ktulu” que tanto marcó en 1999 con su adaptación sinfónica.

A partir de ahí se da pie a temas que tienen buena conexión con el público. La directa “For Whom The Bell Tolls”, la primera nueva respecto al directo anterior, “The Day That Never Comes”, que se podría traducir en la versión de “One” del siglo XXI de Metallica -salvando las diferencias- y “The Memory Remains” con las almas de los presentes aflorando en el final a capela prosiguen el setlist.

“Confusion”, de su último disco, baja un poco el listón, pero la también nueva “Moth Into Flame” lo vuelve a subir para dar paso a dos piezas que no fallaron en el ’99: la épica “The Outlaw Torn” y la creada para la ocasión previa “No Leaf Clover”. “Halo On Fire”, también de ‘Hardwired… To Self-Destruct’ (2016), es el último coletazo del primer tramo, y es, sin duda, la revelación en este formato de la primera parte del espectáculo.

El regreso con la interpretación de la orquesta en solitario de “Prokofiev: Scythian Suite, Op. 20 II: The Enemy God And The Dance Of The Dark Spirits” le da un toque de novedad y protagonismo al gran elenco de músicos, pero la unión con la banda para luego interpretar “Mosolov: The Iron Foundry, Op. 19” desentona de una manera similar a la fusión que se produjo en su día con ‘Lulu’.

“The Unforgiven III”, otra rareza, continúa sin descanso en una remontada de Metallica a lo largo de su actuación que solo se ve empañada por un pequeño lapsus de Hetfield, que se pierde breves instantes a la voz, pero su toque acústico es una delicia en su conjunto

“All Within My Hands” sigue esa línea más acústica para el momento más emotivo de la noche. Scott Pingel, bajista de la orquesta, homenajeó a Cliff Burton tocando su hímnica “(Anesthesia) Pulling Teeth”. Un momento que pone la piel de gallina.

“Wherever I May Roam” dejó clara su mejora con la orquesta y, después, el plato final: “One”, ese tema que no deja a nadie indiferente, volvió a hacer retumbar el recinto para empalmarse con “Master Of Puppets”, otra seña de identidad de Metallica.

La archiconocida balada “Nothing Else Matters” precalentó el terreno para la explosión del hit entre hits, “Enter Sandman”, que puso el punto y final a la velada. Fueron dos noches con un repertorio idéntico (si hay fallos, es más fácil arreglarlo en post producción) en las que Metallica le dio una vuelta al concepto, lo que está bien, pero que pudo haber arriesgado más en su setlist para hacer de este ‘S&M 2’ un álbum/DVD en directo para recordar (como lo fue el anterior ’S&M’).