Después de 6 años de silencio productivo, los suecos Meshuggah presentan una obra en la que la contundencia rítmica y los tempos marcan un espacio muy amplio de encuentro para melodías, voces, y sonidos ambientales variados y siniestros.

‘Immutable’ dura más de una hora, y está compuesto principalmente por cortes de cuatro minutos en su inmensa mayoría. Un grupo que trabaja tanto la rítmica puede necesitar espacios más amplios de tiempo para mostrar y transmitir su esencia. El sonido es muy bueno y la pegada que da la banda se nota en toda la obra. Los instrumentos suenan y se distinguen muy bien, aunque se han sacrificado los platos de la batería, los cuales no suenan a nivel y quedan muy por debajo del nivel sonoro general.

El nivel técnico es muy alto. Trabajar con la variedad de ritmos con la que trabaja la formación requiere de dominio sobre el instrumento. La composición busca constantemente romper con el cuatro por cuatro, cosa muy típica de Meshuggah. También ocurre que para unir diferentes instrumentos, pasajes o partes rítmicas, los músicos pueden acabar por recorrer a las mismas técnicas (o muy similares); esto puede llegar a decepcionar a los oídos más exigentes.

Esta obra transmite disociación perceptiva, tristeza y un mundo interior muy interesante y personal. La voz, aunque poco variable, muestra fuerza y genera seriedad con mala leche. La composición tiene toda la pinta de empezar a cocinarse alrededor de los riffs de guitarra eléctrica y la rítmica que esta aporta. Estos ritmos sincopados de Meshuggah tienen que ver mucho con el nombre del disco, o explicado de otra manera: la voluntad de avanzar prescindiendo del cambio en una dirección única e inalterable.

La alteración en ausencia del cambio

“Broken Cog” inicia el disco con un ritmo de lo más aplastante mientras una melodía lúgubre de guitarra se mezcla con este. El sonido electrónico también se hace presente. Piel de gallina con este tema. La voz parece susurrar mientras la batería trabaja su propia línea. Un cambio de riff en la mitad del corte da paso a pasajes diferenciados que mueren en un efecto sonoro de voz.

“The Abysmal Eye” es el primer sencillo del álbum. Poderosa es la voz en esta canción. Contiene un riff inicial de lo más turbio y técnico que la banda combina con la precipitación sonora de la batería y los sonidos del sintetizador. El punteo de guitarra que suena ejecuta su propio baile. Para el final del tema la guitarra transforma el riff y le da más dinámica.

Una nueva combinación de ritmos y melodía cruzada de guitarra abren “Light The Shortening Fuse”. Cuando entra la voz el riff principal cambia y la estrofa queda reajustada. Meshuggah genera una atmósfera cruel que se va modificando a su voluntad. Más allá de la mitad del corte se genera un pasaje atmosférico que da paso a nuevos ritmos cortantes. Es genial como introducen partes que incluyen sonidos de sintetizadores, como al final, y esto les genera frescura.

El tipo de entrada de los temas se repite en algunas canciones de este disco al iniciar con la misma fórmula. En “Phantoms“, el riff principal sigue “inmutable” en la estrofa, aunque sí se ejecuta con un sonido tapado. Buen trabajo de intensidades ofrece este tema, desarrolladas con técnica e indagando en otras sonoridades más atmosféricas. A lo largo del tema el riff se transforma y adapta a diferentes cambios. El bajo se encarga de marcar la mutación más importante, y lo hace con un sonido enorme. El sintetizador contribuye al juego con una melodía que se cruza a la base del tempo.

“Ligature Marks” tiene un comienzo aplastante con unos ritmos más escuchados en el panorama metálico y que pertenecen al groove metal. Un sonido de guitarra muy electrónico y minimalista da paso a unas melodías que se retuercen hasta que la voz aparece a escena. Es destacable la modulación que Jens Kidman puede llegar a gestionar con sus cuerdas vocales. Es el tema más clásico del disco, y también uno de los mejores cortes. La guitarra eléctrica se abre a melodías sencillas para acabar la canción, y abre la puerta a nuevos sonidos y composiciones.

De forma muy atropellada comienza “God He Sees In Mirrors” con unos ritmos muy sincopados. En la estrofa se recorta el riff para que quede encajado a la perfección y así pasar de forma más coherente al estribillo. Toda una orgía rítmica que requiere de un buen oído para poder apreciar el conjunto como una unidad. Es un tema que está a un gran nivel de ejecución, composición y cohesión musical.

“They Move Below” empieza a ritmo de balada, aunque la intriga se apodera poco a poco de la calma. La superposición de guitarras crea una extraña sensación, y siguen caminos “inamovibles”, todas menos la solista. Y de golpe entra un chorro de guitarra metalizada con un riff muy pesado. La otra guitarra acaba de oscurecer la musicalidad con unas notas enfermizas. La rítmica va modulando un ambiente en el que sonidos alternan espacios y compases.

Todo esto crea una profundidad y desarrollo lento, pesado y agónico. ¿Metal progresivo? Pues sí, y visto desde una desfragmentación constante que da paso a la creación mediante la construcción de nuevas evoluciones compositivas. ¿Falta trasfondo melódico? Para nada, el ritmo de cada instrumento define su conjunto. El tema que sobrepasa los nueve minutos, acaba con un ruido de frecuencia rompedor.

El cambio necesario para la alteración

El Groove metal extremo vuelve a hacer acto de presencia en “Kaleidoscope”. La voz y los coros dejan claro el poder de Meshuggah, que parece mágico. El grupo parece una máquina, casi perfecta. Ritmos impresionantes que las guitarras aplican a la contra del ritmo. Esta canción es para romperse el cuello. Pasado el ecuador del corte la regla rítmica se cambia, o mejor dicho, se cambia por completo y la anterior se erradica. Esto es impresionante y muy complicado de ejecutar.

“Black Cathedral” recuerda a una sinfonía oscura y retorcida, a un ritual religioso prohibido. También (y más bien) por el nombre del tema recuerda mucho al black metal; este tema es el más corto del disco con dos minutos justos de duración. Lo más impresionante, que lo hay, es que son solo cuerdas, y además cuestan de discernir por su excelente ejecución al registrarlas durante la grabación. Estupenda producción.

El riff de entrada en “I Am That Thirst” es muy fresco, y las guitarras combinan cortes con aperturas de sonido. Pero cuando entra la voz es sorprendente la dinámica que genera el tema, sin palabras. Dan ganas de llorar de admiración. Esta es una de las mejores canciones, y son muchas en este disco. A mitad del tema se abre una cortina atmosférica que da paso a una variedad continuista del riff inicial. Incluso antes de que finalice el tema logran incorporar diferentes ritmos reciclados de la primera parte del corte.

En “The Faultless” el cuerpo de la rítmica se ensancha en las cuerdas y ofrece una polarización con la melodía de guitarra que se ejecuta. La voz hace enloquecer a los instrumentos cuando entra, y la estrofa se transforma y se revuelve. Son destacables unos coros cruzados que se realizan en una ejecución perfecta; y justo después el ritmo vuelve a inflarse y a aumentar su frecuencia. Hasta acabar el tema se aprecia variedad rítmica.

“Armies Of The Preposterous” recuerda (por su entrada) a las canciones y dinámica de su anterior obra maestra ‘The Violent Sleep of Reason’. La batería de Tomas Haake es una apisonadora y en este tema lo demuestra, ¡Qué ritmo de batería! Diferentes parajes crean una conjunción única y muy impactante. El sintetizador ayuda a enhebrar la idea.

Esta maravilla de disco, finaliza con “Past Tense”. Una guitarra acústica enferma comienza a hipnotizar la escucha con las notas del bajo de fondo, tampoco este muy sano. A mitad de tema la ejecución de la guitarra se vuelve más depresiva con notas tocadas de una en una, y la guinda del pastel lo pone la melodía de la otra guitarra que se incorpora. El ambiente se tensa y genera ansiedad, dramatismo, y abandono. El sintetizador juega un papel muy importante y realiza funciones de bajo para ampliar la base sonora y acompañar la caída de las notas.

Los reyes del metal

Grupo que lleva desde el 1987 en marcha. Grupo con una impresionante carrera. Sin duda es un referente que merece toda la consideración por parte del público. Puede gustar más o menos, pero una cosa es cierta: son los reyes del metal extremo. Tienen un sonido y una ejecución excelentes, ponen la piel de gallina. La música de Meshuggah requiere de ser escuchada de otra forma, de una manera especial, ya que no ofrecen lo que la mayoría de grupos, tienen algo singular, conmovedor y dramático.

La escucha se tiene que centrar en el núcleo del sonido, si se desvía la atención hacia un instrumento en concreto esto te hace tropezar con los ritmos. El anclaje en la voz ayuda a centrarse ante tanto tiempo sincopado. Seis años después de crear otra obra maestra, vuelven para repartir ostias y dejar claro que banda está por encima del panorama. Esta banda se sale de la tabla.

Julián Guisado

Grupo:Meshuggah

Discográfica:Atomic Fire Records

Puntuación:9

Canciones:

  1. Broken Cog
  2. The Abysmal Eye
  3. Light The Shortening Fuse
  4. Phantoms
  5. Ligature Marks
  6. God He Sees In Mirrors
  7. They Move Below
  8. Kaleidoscope
  9. Black Cathedral
  10. I Am That Thirst
  11. The Faultless
  12. Armies Of The Preposterous
  13. Past Tense

Año:2022-04-01