Stasia Momento: Manifestwo

Con más de diez años de vida, los vigueses Stasia Momento editaron su segundo disco en 2019 y es de justicia traerlo a la actualidad para recuperarlo y darle la visibilidad que merece, al tratarse de un producto de una banda nacional que nada tiene que envidiar a las europeas que practican ese mismo tipo de sonidos deudores de los ochenta basados en el rock gótico o el post-punk, sin olvidar la parte más tecno, que tantas bandas interesantes (y poco valoradas) dejaron.

KK Overlord y Olbap Bibasson son el alma mater de Stasia Momento, quienes se autodefinen como “Música, Oscuridad, Baile, Sexo y Miseria salen de la garganta profunda de Vigo”. Con esta presentación, acercarse a ‘Manifestwo’ exige un ejercicio de valentía y de dejarse llevar por los instintos más primarios (musicalmente hablando) para disfrutar de la propuesta musical de esta singular banda. Variado e interesante, las etiquetas resultan absurdas hablando de discos como este.

Fidelidad a las raíces

Arrancar con la furia, la fuerza y la intensidad de “Alien Jesus” trasladará a los oyentes con más bagaje a los tiempos en que Andrew Eldritch o Carl McCoy estaban dando una nueva orientación al rock. Stasia Momento no inventan nada, tampoco provocan la evolución de ningún género, pero temas así demuestran que con pasión por la música la continuidad y el mimetismo no son sinónimos de baja calidad.

Después de la tempestad llega la calma, y “Cadabra” es un tema más electrónico, pausado pero sin perder tensión, como una burbuja llena de fuerza a punto de reventar, con acertados pasajes de voces femeninas y una base rítmica bien establecida y nada falta de contundencia. La relajada y medida lentitud del tema le dota de una interesante capa de techno. Complementa al anterior y es, más que su sosias, otra cara de la moneda.

“Let Me See In Your Eyes” es un standard dentro de esos sonidos ochenteros ya comentados, pasajes lentos, oscuros, casi góticos contrapuestos a la luz y la alegría de los pasajes intermedios, aquí las voces femeninas cobran mayor importancia y aportan al tema una frescura que puede convertirlo en el idóneo para entrar en el universo de Stasia Momento. La relación entre los sintetizadores y las guitarras ayudan a esta idea de tema idóneo para resumir un disco.

Sigue, en cierta medida, las pautas anteriores “A Rite In The Village”, que arranca desde la tranquilidad, las atmósferas electrónicas y la omnipresencia de la voz masculina, lenta, medida y con un punto de misterio, sin alcanzar los momentos luminosos de la anterior. No le va a la zaga en cuanto a espejo de la identidad del grupo se refiere, y su final, casi un fade out, deja la puerta abierta a lo que se viene encima.

“My Tombstone Love”… si este tema no consigue levantar del asiento a quien lo esté oyendo, es que no se le presta la atención precisa. Vuelta al ritmo más cañero y de rock gótico como la apertura del disco, es un muy acertado ejercicio de clasicismo que podría pincharse aguantando el tipo en medio de una sesión con The Sisters Of Mercy y que pide a gritos ser vista en directo para poder sacarle todo el jugo que encierra.

Con “Dollhouse” llega el momento más techno del disco, un tema cargado de referencias que, según lo que cada oyente lleve en la mochila, le recordará a algunas bandas que hicieron mucho por el techno en los ochenta, pero llena de las pinceladas propias de Stasia Momento, sobre todo por el uso de voces intensas que consiguen un potente y acertado contraste con la base musical más amable.

Nostalgia llena de calidad

Pasado ya el ecuador del disco y como pase hacia la parte final, llega “She Wolf In Clarity”, el tema del disco, ese que si solo hubiese que salvar uno, sería el elegido. Conjuga todo lo que hasta ahora venía mostrándose: profundidad de las voces masculinas, brillantez de las femeninas, casi escondidas y lanzando su luz entre los resquicios más graves. Un ritmo genial, endiablado, que no acelerado, la base rítmica entrelazándose con las guitarras y los teclados, para ofrecer una auténtica delicia.

El final del disco llega acelerando y con un nivel creciente de calidad. “Stigmata” es otro de esos temas que se pueden convertir en favorito de parte de los fans del grupo. Imposible no bailar en cuanto empieza a sonar, dejar de botar y saltar con esas guitarras es tarea inútil, no cantar a grito pelado los coros sería absurdo, un tema ideal para disfrutar en compañía en un concierto, cuando abrazarse y gritarse a la cara sea posible.

La penúltima parada es “Páramo”, un tema cuyo título casi podríamos decir que contradice su contenido musical, la frialdad deja paso a la calidez del ritmo, sí, está yermo, pero de furia y rabia, mientras que está lleno de una cierta oscuridad exenta de frialdad y desamparo, es más un lamento que un universo frío y vacío, un universo en el que la luz poco a poco se va abriendo paso.

Llega el final, “Into The Paramo” y aquí la cosa ya se pone oscura, tétrica, fría, la inquietud llena su corta duración (apetece que dure algo más) y deja la puerta abierta a que Stasia Momento se decidan a cruzar ese páramo y dejarnos un disco entero basado en lo que este esbozo promete. Un buen tema lleno de oscuridad que es un cierre acertadísimo para ‘Manifestwo’.

Puede que Stasia Momento y ‘Manifestwo’ no se conviertan en el grupo y disco favorito de todo el que se acerque y le dedique el tiempo necesario en escucharlo, pero sí se aprecia cariño en cada nota.