Mammoth Mammoth: Kreuzung

Llegan sonidos frescos desde Australia a manos de Mammoth Mammoth, banda que se posiciona entre el hard rock y el stoner, sin abandonar rasgos del rock n roll más puro.

La banda, nacida en Melbourne en 2007, se ha mantenido activa año tras año y dejando tras de sí múltiples trabajos de estudio, empezando por el E.P homónimo que captó la atención de los acérrimos al rock, principalmente de los de su tierra, aunque no estuvo exento de crear revuelo en Europa. Con cada vez más protagonismo a nivel internacional, su quinto álbum llega a nuestras manos en lo que es una exhibición de rock n roll de cabo a rabo.

Mammoth Mammoth arrancan con “I’m Ready”, una canción que sirve como presentación para aquellos primerizos escuchando la banda, y un recordatorio de quienes son y de qué intenciones llevan para sus fans. La acelerada batería recuerda vagamente a los ritmos empleados en la música thrash mientras que las guitarras y la voz son absolutamente chapadas a medida de los estándares del hard rock, con un toque muy americanizado. Estos atributos se repiten en “Wanted Man”, el siguiente tema y en el que el bajo tiene su momento de gloria. Este repite una línea que queda de fábula en el conjunto de la canción, mientras que el vocalista Mikey Tucker, con la ayuda de unos coros sencillos pero contagiosos impulsan el tema.

Como ya se ha dicho, los australianos exploran su faceta más rockera en alguno de sus temas, como en el caso de “Motherfucker”, corta pero intensa. Pasa algo similar con “Screamin’”, canción que, obviamente, es diferente a la anterior, pero de algún modo guarda una gran similitud con él. Como rasgo diferenciador, en esta hay altas dosis de mute a la guitarra que intensifican la vivacidad del tema.

Un cambio de rumbo

Uno de los inconvenientes que a menudo presenta este tipo de música es que puede aburrir con cierta facilidad en el momento en que las canciones carecen de personalidad propia. Anticipandose a esto, “Kreuzung” llega justo a tiempo. Desde su introducción electrónica hasta los ecos en la voz, o su ritmo más pausado pero contundente, hacen de este corte uno mucho más firme y singular. Tanto esta como “Tear It Down” canción que viene a continuación y de carácter similar, resaltan por ser las más entrañables del disco. Esta última contiene punteos más elaborados que se distribuyen inteligentemente por toda la canción.

La guitarra acústica de “Tonight” da a pensar que este tema puede ser una novedad más, una faceta de la banda que todavía quedaba por ver pero resulta ser una canción, fruto, una vez más, de las fórmulas más básicas del rock n roll, aunque bien articuladas. Se trata de un tema alegre y de melodía pegadiza que, además, cuenta con uno de los solos más cautivadores del álbum.

El espíritu de “Mad World” no es pegadizo, ¡es contagioso! Y es así gracias a Frank Trobbiani, uno de los miembros fundadores llevando la batuta a la batería y Marco Gennaro a la guitarra, repitiendo insaciablemente, con gracia pero sin complicaciones, un par de notas. Así sigue “Let Go”, desenfadada y divertida, irradiando energía por doquier. El entusiasmo se canaliza de nota en nota, de riff en riff, dando como resultado una larga secuencia musical que, por ser tan extensa, corre el riesgo de aplacar los ánimos de quien escucha.

Llega el final de ‘Kreuzung’ con “Lead Boots”. Este tiene un carácter diferente, ritmos y melodías originales, y para terminar se encuentra “God’s Gonna Hate Me”, donde la presencia del bajo es lo que le da chispa.

Evolucionar sin perder su esencia

Mammoth Mammoth lucha por hacerse un hueco en una escena donde el rock n roll ha sido reinventado una y mil veces y el mercado está rebosante de bandas que, como ellos, buscan visibilidad al hacer de lo viejo, algo nuevo. Los australianos realmente tienen canciones que merecen mención, canciones carismáticas y que, de ser más conocidas, seguramente gozarían de mucha más popularidad. Dicho esto, más allá de ‘Kreuzung’, que es un buen álbum, al repasar su discografía se observa como este patrón se repite, habiendo canciones excepcionales pero también muchas otras que no consiguen transmitir el sello de la banda.

Será interesante ver como los de Melbourne se desenvuelven en sus próximos trabajos para despuntar de una vez por todas.