Mägo De Oz: Ira Dei

Rock, metal, folk, en definitiva, Mägo de Oz en estado puro que con este "Ira Dei" firman uno de sus proyectos más ambiciosos, costosos y trabajados. Solo el tiempo será el encargado de ponerlo a la altura de "Finisterra" o "Gaia" pero reúne todos los ingredientes para escribir una nueva página dorada en su ya dilatada carrera. 

Nunca es fácil ponerse a escribir la crítica de un nuevo disco de una de las bandas más amadas y odiadas del panorama heavy rock de este país. Siempre flota en el aire la sensación de que cualquier opinión que uno emita va a disgustar u ofender a unos u otros, certificando una realidad: no se puede complacer a todo el mundo. Dicho esto, allá vamos.

Mägo de Oz es uno de esos nombres ampliamente conocido por todos, seguidores o no del mundo del rock, y no es casualidad que lleven un cuarto de siglo editando discos, con sus aciertos y sus errores, recorriéndose medio planeta subidos en un escenario. Y ahora, más de dos décadas después de su «Jesús de Chamberí», nos presentan un trabajo conceptual que retoma la historia que allí nos presentaron.

Retomando la leyenda de Jesús de Chamberí

Así llegamos a «Ira Dei», un doble disco tan arriesgado como valiente manteniendo intacta toda la esencia que uno espera encontrar en un trabajo de los madrileños. Composiciones de espíritu festivo, de un halo teñido de oscuridad, extensos pasajes instrumentales y pegadizos estribillos. Algo nuevo fiel a su pasado.

Conceptualmente narra la historia de dos hermanos gemelos, cristo y el anticristo, como peones de una partida de ajedrez entre Dios y el Diablo. Todo con la humanidad como epicentro. Eso sí, tengo la sensación habitual en mi tras escuchar sus discos, todo he de decir, que hay letras tan inspiradas como otras sumamente previsibles, que incluso pueden sonrojar a más de uno. Pero quizás esto también forme parte de su propia identidad.

Como no podría ser de otra forma en un disco conceptual una introducción es la encargada de abrir el mismo. «Jerusalem D.C.» tiene épica, fuerza y un aura sinfónica que nada tiene que envidiar a bandas como Nightwish. Teclados, violines y guitarras eléctricas que imprimen gloriosa musicalidad a unos intensos coros vocales.

Y, ahora sí, «In Eternum» es el primer tema como tal del compacto. 9 minutos que muestran la mejor versión de Mägo de Oz: Velocidad, melodía y un estribillo marca de la casa que se queda grabado en nuestra memoria tras la primera escucha. Zeta se siente cómodo en su registro más cercano al power metal y la legión de músicos que componen la formación ofrecen destellos de su innegable talento. A destacar el cuidado trabajo a las seis cuerdas de la pareja habitual formada por Carlitos y Frank con la complicidad de un tercero en discordia, Manuel Seoane y su virtuosismo. Lo más cerca que se puede estar de un «Keeper of the Seven Keys» con el inconfundible sabor de Mägo.

El incombustible e inimitable Txus deja su huella en «El Amor Brujo», uno de esos cortes tan característicos de él con una energía absolutamente envidiable. Si además le ponen voz el propio Zeta y la inmensa Patri (¡cómo canta esta mujer!) el resultado está claro. El estribillo vuelve a funcionar de maravilla y estoy plenamente convencido de que aún lo hará más en sus futuros directos, y es que pocas bandas saben cuidar este aspecto como la que hoy nos ocupa. Vuelven a destacar las guitarras pero poco les tiene que envidiar los omnipresentes teclados de un Javi Díez cada día más protagonista.

Paseando por ‘Ira Dei’

Y llegamos al tema que se ha convertido en uno de mis favoritos de toda su discografía. «Tu Funeral» tiene ecos de aquel mítico «Diabulus In Música», de halo denso, melancólico y oscuro, con una melodía de registro grave que me recuerda, y no creo que sea fruto de la casualidad, al sonido de los fineses To/Die/For, una de las debilidades musicales del bueno de Txus. Eso sí, el estribillo vuelve a brillar con luz propia y la letra, cruda e impactante sobre el canto de una mujer maltratada a su difunto marido, eleva la composición a otra dimensión. Se me olvidaba, resulta instrumentalmente deliciosa dentro de su propia oscuridad.

Aunque si algo asociamos a Mägo de Oz es ese rollo folk tan presente en muchas de sus composiciones, especialmente en las más reconocidas o celebradas. Y «Ciudad Esmeralda» cumple ese perfil. Con Patricia tomando las riendas de la voz protagonista y el violín tan reconocible de Mohamed compartiendo compás con la flauta Josema y el resto de instrumentos de la tropa. Uno de esos cortes que hará las delicias de sus seguidores más veteranos y encandilará a los más jóvenes aficionados al metal sinfónico de los grandes grupos del norte del continente.

No podía faltar una canción como «Tequila Tanto por Vivir», descaradamente festiva, 100% Mägo de Oz y que invita al optimismo sirviendo, además, como guiño, a toda la parroquia de fans sudamericanos que, por cierto, son muchos. Si hablamos de folk resulta difícil no hacerlo de alcohol y la gran elegida ha sido la cerveza. Lo admito, no es santo de mi devoción pero es la perfecta excusa para levantar las jarras bien alto y celebrar por aquello que uno desee. ¡Brindemos pues!

Quizás el arranque de «Te Traeré el Horizonte» pueda pillar desprevenido a más de uno pero no sufráis, la maestría de Ara Malikian batido en duelo con Mohamed pronto recuperan la esencia que a todos nos resulta tan familiar. Zeta y Patricia se reparten los versos antes de llegar a un estribillo más que reconocible, con una melodía principal que funciona como un tiro y que tras esos primeros compases marcados por los ritmos sintetizados se convierten en un corte de lo más comercial. Por cierto, destacar que su vídeo me recuerda mucho al de Black Veil Brides y su «Legion of the Black».

Patricia sigue brillando en «Opera Mortis», un delicioso canto a las Arias de Ópera de «O Mio Caro» y «Nessun Dorma» que ponen de manifiesto su más que conocido por todos talento vocal. Si a eso le sumamos las guitarras al más puro estilo Yngwie Malmsteen nos queda un pack francamente espectacular que cumple más allá que de mero interludio.

Volvemos a la caña con «La Cantiga de las Brujas». Aquí encontramos a esos Mägo capaz de hacernos bailar, cantar y saltar hasta caer exhaustos al suelo hablando de algo que tanto les gusta, las brujas, maleficios y danzas de Lucifer. Aquí los instrumentos se dan la mano entre pegadizas melodías y la base rítmica formada por el bajo de Fernando Mainer y, como no, por la batería de Txus, empuja con fuerza toda la maquinaria a la que nos tienen acostumbrados. Cumple totalmente el perfil de su estilo con lo que no es de extrañar que fuera el primer adelanto del trabajo que hoy nos ocupa con la sorprendente colaboración de los guturales de Diva Satánica, vocalista de Bloodhunter.

«Espera en el Cielo» cierra este primer compacto, siendo una balada preciosa que muestra todo el potencial melódico de la voz de Zeta, siempre perfectamente arropada por ese manto instrumental que pocas bandas como ésta saben imprimir a sus composiciones. Y no, aquí Txus no nos hace llorar la pérdida de ningún bebé, sino la de una mascota que, para cualquiera que la haya tenido, tenga o vaya tener alguna vez, se acaba convirtiendo en un miembro más de la familia. Así que disfruta de ese último hueso pequeñín.

No faltan colaboraciones en ningún momento

«Opus Tenebrae» es la encargada de abrir el segundo acto de este Mägo de Oz – Ira Dei y confirma aquello que como padre puedo afirmar: la voz de los niños puede dar mucho miedo. Aquí los encargados de cantarnos son los hijos del propio Mohamed y el colofón final a esta tétrica canción de cuna la pone, una vez más, Diva Satánica.

Si os digo que «Suspiria» es otro de mis cortes favoritos del nuevo álbum ya podéis intuir por donde van los tiros. Otra composición de tintes góticos y cuerpo metálico con Zeta mostrando su registro vocal más grave pero firmando uno de esos estribillos tan característicos de Mägo, con unos pasajes instrumentales brillantes y un solo de guitarra absolutamente demencial. ¡Bienvenidos a la ciudad del dolor!

Una de las grandes habilidades de Txus y compañía es su facilidad para componer temas que ya sabes en una primera escucha que han nacido para ser disfrutados en directo. «Que Nunca te Falte un Te Quiero» es, sin duda, uno de ellos. Una preciosa letra, un estribillo tremendamente pegadizo y una melodía que dan ganas de mover el esqueleto. Todo un festival.

Bajamos las revoluciones para llegar a un medio tiempo de delicada fragilidad con «Bajo Mi Piel». Aquí vuelve a tomar el mando de la voz Patricia Tapia con unos versos llenos de fuerza y vitalidad y, nuevamente, un estribillo que dan ganas de cantar una y otra vez. Los cuidados teclados de Javi Díez le hacen de perfecto escudero y las guitarras de Carlitos, Frank y Manuel se mezclan con inteligencia con las deliciosas melodías del violín de Mohamed.

Mägo se enfundan en un traje que les sienta de maravilla, el de unos Celtas Cortos más heavies, con «La Triste Historia de Jimmy Tiro en el Pie». Folk de espíritu festivo que alegra los corazones y al que, por pedirle algo, le habría venido de maravilla la inconfundible voz de Jesús Cifuentes para acompañar la de Zeta. ¡Incluso en algún momento me ha venido a la memoria el mismísimo Pulpul de Ska-P!

Javi Díez le puso música al videojuego «Trine 2» con una canción llamada «Infinitum» que han decidido rescatar aquí para la ocasión. Pausada, épica, de sabor medieval y solemne que con la voz de Patricia y la compañía de los músicos de la banda suena aún mejor que en su versión original.

Siguen experimentando y fusionando sonidos y estilos en composiciones como «El Séptimo Sello», de sonido a medio camino entre lo vanguardista y lo clásico. Una de esas canciones que tiene ecos de hard rock, tintes industriales y mucho, pero que mucho, Mägo de Oz. Zeta pone la garra, Patricia la elegancia y Diva Satánica la brutalidad. Si a todo esto le sumamos un estribillo de esos que se repiten una y otra vez en tu cabeza pues poco más podemos añadir.

Y cerramos con la joya de la corona: «Ira Dei». Tema que dá titulo al disco y que representa su «Cantata del Diablo» particular. ¿A la altura de ella? Eso son palabras mayores pero poco le tiene que envidiar, os lo puedo asegurar. Casi 20 minutos en los que cabe todo lo musicalmente imaginable. Un arranque lento, tremendamente melódico y sensible, que desemboca en unos teclados que me recuerdan al «New Born» de Muse antes de estallar en una controlada tormenta eléctrica que da vida a un espectacular estribillo. Pero la canción no se queda ahí y se transforma en un derroche de heavy metal con unas guitarras pletóricas y un doble bombo como pocas veces oímos en sus composiciones. Una delicia que culmina recordando a su mítico «Jesús de Chamberí» cerrando así una era.

El último truco de un Mägo

Poco más se puede añadir en palabras a hora y media de música. Rock, metal, folk, en definitiva, Mägo de Oz en estado puro que con este «Ira Dei» firman uno de sus proyectos más ambiciosos, costosos y trabajados. Solo el tiempo será el encargado de ponerlo a la altura de «Finisterra» o «Gaia» pero reúne todos los ingredientes para escribir una nueva página dorada en su ya dilatada carrera.

Mägo de Oz es una de esas pocas bandas capaces de despertar las más dispares pasiones en todo aquel que se acerque a su música. Amor, odio, admiración, envidia u hostilidad. Poco importa. En vuestras manos (y sobretodo en vuestros oídos) está el escucharlo para poder juzgarlo. Pero solo viendo la portada sabes que estás ante uno de esos trabajos que no te van a dejar indiferente y es que han vuelto a poner, una vez más, el listón muy alto.