Kataklysm: Goliath

La longeva banda canadiense publica un álbum reivindicativo muy necesario en estos tiempos inciertos.

En este universo que cada día intentamos explorar y desgranar existen muchas bandas de poca notoriedad, pero totalmente inasequibles al desaliento, bandas compuestas por trabajadores tan incansables como creativos que supuran letras y riffs impresionantes por todo su cuerpo. Este es el caso de los canadienses Kataklysm, liderados por los que desde sus inicios y hasta la publicación del presente escrito por el vocalista Maurizio Iacono y por el guitarrista Jean-François Dagenais, quien también ha ejercido de productor de este ‘Goliath’.

Así las cosas, el cuarteto canadiense presenta este decimoquinto LP bajo el título de ‘Goliath’ en clara alusión al gigantesco personaje bíblico. No obstante, más allá de la mera referencia literaria, este Goliath es una metáfora aplicable a muchas realidades actuales. En palabras del propio Maurizio Iacono, Goliath representa todas esas estructuras de poder, todas esas macroentidades y macroestamentos que tienen el objetivo de controlar las vidas de tantísimos e insignificantes Davides desprovistos de ondas con las que defenderse. Por si esto no fuera poco, y dentro de lo que suele ser más habitual en los trabajos de Kataklysm, también podemos aplicar el nombre de Goliath a esos conflictos interiores que a todos nos atormentan de una u otra forma.

Para darle forma a tamaños asuntos, los canadienses presentan un trabajo compuesto por diez cortes de poco más de cuatro minutos de duración media y una duración total de casi cuarenta y un minutos. En cuanto al sonido, el trabajo con las guitarras está muy conseguido y dota al conjunto de una gran pastosidad, incluso pesadez, que es la principal característica de ‘Goliath’.

El gigante desmembrado

Dentro de ‘Goliath’ podemos encontrar temas de un marcado carácter death, tales como “Dark Wings Of Deception”, que, además de servir de apertura, aúna de forma bastante acertada ritmos y riffs bastante pesados en los estribillos con pasajes muy ágiles en las estrofas. Otro tema de esta tipología sería, por ejemplo, “The Redeemer”.

Una segunda tipología de temas la compondrían aquellos más cercanos al thrash metal. Ejemplos de esto serían la homónima “Goliath” o “Gravestones and Coffins”. A lado de estas, podríamos hablar de cortes cercanos al groove metal, tales como “Die As A King” o “Combustion”. También hay en ‘Goliath’ espacio para lo experimental, y buena prueba de ello serían temas menos convencionales, esto es, menos regidos por los rasgos típicos del death metal, tales como “Bringer Of Vengeance”.

A continuación, la nota discordante la encontramos en “From The Land Of The Living To The Land Of The Dead”, un tema en el que las armonías hacen más acto de presencia y que también deja un cierto regusto a neoclásico. Finalmente, el trabajo cierra con “The Sacrifice For Truth”, tema con partes melódicas, pesadas y también lentas, que funciona como una suerte de resumen de todo el LP.

Gigantes, ondas y lanzas

‘Goliath’ es un trabajo para los amantes de los sonidos más pesados. Además, para bien o para mal, también es un disco directo con temas no excesivamente largos que, por una parte, no se hace pesado para aquellos que vivan en este mundo de la inmediatez en el que nos ha tocado vivir, pero por la otra, juega en contra de ciertas demostraciones de creatividad y de técnica que, en una banda con la trayectoria de Kataklysm, se echan de menos.

Desde el punto de vista técnico, tanto la voz de Maurizio Iacono, rasposa, desgarrada y sorda, como la ejecución del resto de sus compañeros, es impecable. Se hace muy palpable el hecho de que la banda suena a lo que quiere sonar, y eso es algo muy a tener en cuenta.