Kat Von D: Love Made Me Do It

Son incontables las caras que parece poseer Kat Von D. Estrella televisiva conocida mundialmente desde hace casi dos décadas por su aparición en programas dedicados al mundo del tatuaje, decide sorprender ahora con un álbum.

Que Kat Von D tenía una faceta artística muy compleja no era ningún secreto. De hecho, se ha visto involucrada en distintos proyectos que mamaban directamente de su creatividad. Lanzó su propia línea de maquillaje, de zapatos… Y por lo que se refiere a la música, si echamos la vista atrás, los primeros lazos que estrechó con ella se remontan a cuando esta tenía seis años, momento en que se inició como pianista clásica.

Es sabido también que durante sus años de tatuadora estuvo en contacto con muchos artistas, clientes como Corey Taylor, Nikki Sixx, entre otros, que llevan un pedacito de su arte grabado en sus pieles. Von D mantuvo también una relación de amistad bastante estrecha con el padre del heavy metal, el mismísimo Lemmy Kilmister. Dados sus gustos musicales y su entorno, era de suponer que, de sacar un disco, este sería puro metal.

¡Para nada! Mujer de gustos variados y con un panorama muy distinto del que solía ser su día a día en el estudio de tatuaje, Kat Von D asombra con un disco de sonido electrónico y ochentero, aunque con sonidos goth, como no podía ser de otro modo. Se le pueden atribuir las influencias a su marido, Rafael Reyes, miembro de Prayers, banda de carácter similar con quién ya colaboró en 2017.

La reina del synth-pop

Kat Von D abre su corazón en este ‘Love Made Me Do It’, que arranca con unas melodías que sus seguidores identificarán fácilmente. Tanto la introducción inicial como el primer prototipo de “Vanish” nacieron en tierras londinenses en 2014. Ha tardado un buen tiempo, pero sus fans estarán de acuerdo en que al final la artista ha dado con una fórmula estupenda para el tema. Con la opción de tener un disco de rock totalmente descartada, las apuestas se decantaban por algo parecido a la canción “Black Leather”, en la que colaboró junto a su esposo.

La sorpresa es mayúscula cuando comprobamos que en cada canción la artista se mueve en unos registros y tonalidades muy suaves, mucho más de lo esperado. Hay canciones en las que parece que la cosa se anima. “Enough” y después “Exorcism”, una de las grandes del disco, parece que alzan el vuelo. Synth-pop al cien por cien, con toques oscuros. Chocan un poco con “Protected” que, pese a la fantástica colaboración con Peter Murphy de Bauhaus, pasa un poco desapercibida. Es más lenta y le falta gancho.

A partir de “Fear You”, sin experimentar ningún cambio significativo, se constata que este es un álbum terriblemente homogéneo. A continuación está la etérea “I Am Nothing”, hecha a base de melodías que, de tener cuerpo, serían translúcidas. Existe un vacío que engulle “Lost At Sea” y “Interlude” hasta “Pretending”. Esta última más animada, potente y no tan lóbrega.

El final de ‘Love Made Me Do It’ está cerca, puesto que lo recuerda “Easier Sung Than Said”, antes de culminar la obra con “The Calling”, adornada con todo tipo de coros y efectos para alimentar la canción.

Una mirada objetiva

‘Love Made Me Do It’ es fenomenal como proyecto personal. Kat Von D ha demostrado varias veces que es una artista completísima en muchos campos. Ella, que tiene el tiempo y los recursos necesarios para plantearse proyectos de semejante envergadura, hace lo correcto al explorar su creatividad al máximo. Sin embargo, porque siempre tiene que haber algún “pero”, este disco no pasa de ser algo anecdótico. Seguro que la colaboración con artistas de la talla de Dave Grohl, Sammi Doll o IAMX, le han aportado mucho al disco, pero sigue sin tener nada de espectacular musicalmente hablando.