Jordan Rudess: Wired For Madness

Actualmente se le conoce por estar ligado a Dream Theater, pero Jordan Rudess ha tenido una carrera en solitario desde finales de los ’80.

Curiosamente fue Mike Portnoy quien hizo de enlace para que el teclista neoyorquino pasara a formar parte de la banda, después de descubrir su talento en el proyecto Liquid Tension Experiment (junto con John Petrucci y Tony Levin). Pero eso forma parte de otra historia. Lo importante es que el tiempo que dedica a Dream Theater no le resta capacidad de experimentar con diversas colaboraciones, y sigue publicando discos en solitario que ya superado con creces la docena. Después de «The Unforgotten Path» de 2015, ahora nos entrega otra maravilla compositiva e interpretativa titulada «Wired For Madness». No hay título más acertado para lo que nos ofrece en esta nueva entrega.

Largo minutaje para empezar

No es la tónica habitual de este trabajo, pero “Wired For Madness” se abre con una pieza que es el tema que le da título a este trabajo, dividido en dos partes, y a su vez, cada parte se dividen en unas cuantas subpartes más. Dicho de otra forma: prepárate para un viaje musical de más de media hora de duración. El caso es que, dada la diversidad de estilos, Rudess nos hipnotiza con un torrente de referencias musicales con el que consigue que el largo metraje no suponga ningún tipo de inconveniente. ¿Es metal progresivo? Sí; por supuesto. Pero es capaz de introducir pasajes cercanos al tecno, o hacernos revivir la musicalidad de un cabaret de la Francia de los locos años 20 en cuestión de segundos.

Que muchas partes vayan acompañadas de voz, ayuda a mantener la expectación a lo largo de esta aventura musical. Es más, la lista de colaboraciones pasa por los baterías Marco Minnemann, Rod Morgenstein y Elijah Wood, el vocalista y guitarrista de Dream Theater James LaBrie y John Petrucci, y los guitarristas Vinnie Moore o Guthrie Govan entre otros. Pero ningún nombre le quita protagonismo al talento de Jordan Rudess.

No todo es técnica y experimentación

Aunque la tormenta sónica de sus dos primeros cortes puede taladrar el cerebro del oyente más sensible, no se olvida Rudess de que la técnica debe estar en favor de las canciones y no al contrario. Así que, en la segunda parte de este trabajo, nos regala una colección de temas que duran entre los cuatro y los seis minutos, con los que poder disfrutar sin tener que ponernos el monóculo prog.

Sus teclados y demás cachivaches siguen siendo el hilo conductor, y no pierde un ápice el protagonismo, pero deja espacio a otros matices más sensitivos. “Off The Ground” es casi un tema en acústico con unos hermosos adornos de cuerdas, y “Just for Today” posee un juego ambiental mágico. Aunque sin duda, llama la atención “Just Can’t Win”: puro tema de blues en el que cuenta con el guitarrista Joe Bonamassa. Por algo en Dream Theater conocen a Rudess como The Blues Man.

Está claro que “Wired For Madness” no es el típico disco que escuchas cuando quieres cantar a grito pelado en una noche de jolgorio y diversión. Pero si eres amante del progresivo y lo tuyo es disfrutar de la genialidad que un artista te puede ofrecer, este es tu álbum ideal. Pocos se acercan a la categoría y al talento de Jordan Charles Rudess.