John Petrucci: Terminal Velocity

El segundo lanzamiento instrumental en solitario del hacha de Dream Theater llega 15 años después de su primer obra.

En esta ocasión ha vuelto a contar con su compañero de viaje Dave LaRue (Dixie Dregs, Flying Colors) con quien pudimos verle en su último periplo por la península con el G3 y además incorpora a su viejo colega Mike Portnoy (Transatlantic, Winery Dogs, Sons Of Apollo), en una muy anhelada reunión de ambos músicos.

Este material además servirá al complejo guitarrista a buen seguro para poder armar un competente repertorio en su trayectoria en solitario, ya que en directo se echaba de menos que pudiera contar con un abanico musical más amplio para ofrecer a sus seguidores.

Presto, presto, o arrivi tardi, lumaca

Su nueva obra comienza con “Terminal Velocity” un fastuoso tema 100% John Petrucci en el que rápidamente se aprecia su concienzuda forma de componer riffs y enlazar sus  veloces melodías repletas de energía. Otro aspecto característico del norteamericano es su afán de trasladar su gusto por las bandas sonoras de películas con  canciones que perfectamente podrían desempeñar ese papel en futuras películas. Buena prueba de ello, es su segundo corte “The Oddfather” donde el norteamericano conjuga velocidad y técnica excepcional por doquier. A estas alturas, resulta evidente la destacada aportación de Mike Portnoy quien despunta con su técnica, amplio rango de estilos e intuitiva pegada, siempre sabiendo conectar milimetricamente con su compañero. Haciendo honor al título de la canción arranca la vetusta y conocida “Happy Song” en un tono muy festivo y con una melodía envolvente que te sumerge en su propio mundo con una atmósfera inigualable.

Otro de los temas más destacados es sin lugar a dudas “Gemini” una exhibición al mástil magistral donde las notas concatenan una enrevesada canción que evoluciona por diferentes parajes y que está llamada a posicionarse en un lugar privilegiado en sus próximos repertorios gracias a  sus continuos desafíos. En varios fragmentos del tema son más evidentes que en otras canciones las influencias del sonido de su banda matriz Dream Theater.  A modo casi de parón “Out Of The Blues” interrumpe el álbum en clave de blues. Un tema quizás algo descafeinado dentro del global pero que suele gustar a este tipo de artistas para exhibir sus influencias.

Vuelve a retomar impulso con “Glassy-Eyed Zombies” un tema más añejo que pudimos disfrutar en su último paseo por la península y que reivindica su posición en un larga duración. Otro de los temas que ha rescatado y que muestra las diferentes fases compositivas que conlleva este álbum, ya una parte estaba compuesto con anterioridad y la otra se gestó aprovechando el confinamiento de marzo que golpeó también con dureza en NY y sirvió al músico para aislarse en su estudio con el fin de concluir este trabajo demorado. La recta final se encara con un tema bastante repititivo “The Way Things Fall”, antes de pasar al corte más corto del álbum “Snake In My Boot” que atesora un tono más rockero. Concluye con un fenomenal y rocoso tema “Temple Of Ciradia” luciendo nuevamente un montón de influencias de Dream Theater y que sirve para que él y Mike Portnoy miren al horizonte, dejando una puerta abierta a futuras reuniones.

En definitiva, el músico vuelve a sorprendernos con un potente lanzamiento en el que recorre buena parta de su versátil conocimiento e influencias, mientras redondea una espectacular obra que a la par zanja las deudas pendientes con sus seguidores y especialmente consigo mismo.