Igorrr: Spirituality And Distortion

Una nueva entrega de manos de este proyecto bizarro llamado Igorrr llega para sorprender una vez más al personal. A través de Metal Blade Records, ‘Spirituality and Distortion’ es justo lo que su propio título anticipa.

Cuando se menciona a Igorrr, hay palabras que se asocian automáticamente con esta banda. Extravagancia, bizarrada, locura, mezcla, impredecible. No suenan a casi nada que uno se haya podido encontrar anteriormente, al mismo tiempo que cogen elementos que sí son más comunes a la vez que dispares entre sí, tales como el black metal, la electrónica, el breakcore o la música barroca. ¿Voces líricas, riffs extremos y electrónica? Con Igorrr, todo es posible.

La característica principal de su estilo no son solamente sus influencias sino la forma en la que están combinadas. De una manera totalmente orgánica, estos géneros tan diferentes entre sí conviven en sus canciones donde juegan con la creación de diferentes ambientes y sensaciones que uno puede disfrutar en cada pieza. Es también recomendable escucharles poniendo cada ápice de atención, al menos las primeras vueltas, pues uno no sabe por dónde van a venir en el siguiente cambio de tempo o de registro. Igorrr son impredecibles, y esa es una de las claves de su creciente éxito.

Rienda suelta a la expresión artística

Tras este llamativo proyecto se encuentra el músico francés Gautier Serre, quien domina varios instrumentos. Todo comenzó como algo en solitario, sin embargo, llamó tanto la atención que en febrero de 2017 la banda firmó con Metal Blade Records. Con este sello editaron ese mismo año su anterior disco, ‘Savage Sinusoid’, el cual contiene el trabajo de varios años por parte no sólo de Serre sino de un colectivo de músicos que dieron vida a este álbum con sus diferentes instrumentos.

Su acogida fue destacablemente buena, incluso entre los fans del metal más escépticos logró hacerse un hueco. También su directo juega un papel importante, pues más que un concierto convencional, rozan la performance. Sobre el escenario, defienden sus extravagantes composiciones cuatro personas: el propio Gautier Serre encargándose de las instrumentales desde su mesa, el batería Sylvain Bouvier y los dos vocalistas de este proyecto: Laure Le Prunenec como voz femenina lírica y Laurent Lunoir como voz masculina gutural. Un espectáculo que, para bien o para mal, da que hablar en cada festival o gira en la que participan.

Apuesta fuerte por sus sellos de identidad propios

‘Spirituality and Distortion’ se titula su último álbum, un compendio de catorce temas donde reina el caos, lo bizarro y lo barroco, y que cuenta también con una buena dosis de metal, entre otras sorpresas como la música oriental. Este disco, aunque por su duración de aproximadamente una hora pueda resultar alargado por momentos, está hecho para escuchar poniendo toda la atención. A través de este trabajo se experimentan diversas emociones o estados de ánimo, así como se aprecia la presencia de las diferentes influencias musicales que inspiran a Serre a la hora de componer.

Las voces de Laure y Laurent, así como los instrumentos que colaboran en cada canción haciéndola una pieza única, dan forma junto a la electrónica a un viaje bastante caótico y contrastado como es este álbum, que además cuenta también con la colaboración de George “Corpsegrinder” Fisher de Cannibal Corpse. No es de extrañar que Igorrr sean una banda con un público variado, aunque en estos últimos años han ganado más fans del metal en general. Aún así, no son para el gusto de un tipo de fan en concreto, sino para quien guste de este tipo de experimentos que buscan la innovación a base de probar distintas recetas musicales.

Un trabajo que se disfruta un montón si se escucha con calma, si bien no tiene canciones calmadas precisamente. Las emociones fluctúan y a veces se puede percibir una rabia incontenible así como después todo lo contrario. Especialmente gracias a Laure, que con su voz lírica aporta unas tonalidades dulces, fluidas y bellas en contraposición a graves pesados y rítmicos.

De Igorrr cabe esperar que el listón de calidad sea alto, pues a pesar de contar con tantísimos detalles en sus trabajos, el resultado siempre termina siendo impecable a pesar del caos y la extravagancia. Lo que vendría siendo una ejecución buena de las ideas tanto en composición como en la grabación. De las canciones es difícil hablar haciendo generalizaciones, al menos más allá de contemplar que gozan de todos los elementos que caracterizan a la banda combinados esta vez de una forma más consistente. Si bien su anterior trabajo causó impacto, esta vez se puede decir que han llevado su locura unos cuantos pasos más allá.

Profundizando entre las diversas capas del disco

Desde el primer momento, “Downgrade Desert” introduce al oyente a una atmósfera presente a lo largo de todo el álbum, si bien las canciones serán cada una de su padre y de su madre. Reina lo barroco y los tintes orientales aderezando un metal pesado y oscuro, que junto a elementos electrónicos e instrumentos de cuerda forman esta barroca composición que es “Nervous Waltz”, donde se pueden apreciar unos contrastes que, a pesar de chocar entre sí, resultan estar bien empastados.

“Very Noise” fue un adelanto que dejó a todo el mundo con cara de extrañarse. Se trata de una pieza instrumental, dinámica, rítmica y muy adictiva. De esas piezas que, aunque breves, uno escucha en bucle varias veces porque no sale de la cabeza. Como añadido a esta presentación, subieron un videoclip de lo más bizarro, digno de alucinaciones bajo efectos de alguna droga o pesadillas febriles. Se da paso a “Hollow Tree” con su bajo retumbando mientras suena la dulce voz de soprano de Laure, que siempre resulta un acierto en cada composición y aporta más matices.

La música de Igorrr se caracteriza por tener muchas capas y cada una de ellas, además de cumplir su función en el conjunto, contiene un nivel de detalle que hacen que el barroco no sólo sea parte de Igorrr como influencia sino que ya se convierte en característica, por esa sobrecarga de detalles como la música clásica de este período en su día. A continuación suena “Camel Dancefloor”, otra pieza instrumental de lo más característica, que transporta al oyente al desierto con una melodía dinámica de corte oriental acompañada de ritmos electrónicos, es de esos cortes instrumentales disfrutables al máximo que además tiene una buena fluidez y mantiene la atención cada segundo, por supuesto también aparece el metal para aportar su toque oscuro a cada composición de Igorrr.

Un invitado especial destaca enormemente en la siguiente canción, el mismísimo George “Corpsegrinder” Fisher, cantante de la banda de death metal Cannibal Corpse es quien dirige “Parpain” por caminos oscuros. Este tema se va al lado más extremo de la banda, que gracias a Corpsegrinder resulta de lo más brutal, pero aquí viene el giro: ¿Es es una buena idea mezclar sonidos del estilo de videojuegos antiguos con una de las voces más brutas del metal? Igorrr dicen “Sí, por supuesto”.

Pero para contraste el que forman la batería de Sylvain haciendo blast beats junto a un acordeón y un bajo haciendo alegres melodías que se difuminan con guitarras black metaleras. Es lo bonito de esta banda, que uno sin esperarse nada en concreto se sigue pudiendo sorprender. Quienes hayan escuchado a Igorrr anteriormente ya tendrían una idea generalizada de lo que se puede encontrar en un trabajo suyo, más cabe decir que en esta ocasión las ideas gozan de una mejor ejecución final.

Ya sobrepasado el ecuador del disco, todavía queda mucho por apreciar. “Himalaya Massive Ritual” es la canción más larga del disco, donde hay cabida para una gran presencia de las influencias clásicas barrocas y algunos instrumentos orientales. Rozando el metal sinfónico, se trata de un tema más calmado y delicado en contraposición a otros cortes que inspiran sensaciones más agresivas. “Lost in Introspection” supone el momento en el que el piano toma más protagonismo, sobre un aura misteriosa acompañada por instrumentos clásicos y sonidos electrónicos a los que uno ya está acostumbrado a estas alturas.

Las influencias clásicas cobran más fuerza en temas así, donde el lado más bello y refinado de Igorrr sale a la luz. Siempre a su manera, claro. Continuando en esta línea le sigue “Overweight Poesy”, donde predomina una vez más la voz lírica justo antes de dar paso a un ambiente tenebroso guiado por guitarras pesadas, una batería contundente y voces provenientes desde el averno. Es una canción bonita, casi parece la banda sonora de una película de terror antigua.

El caos electrónico de Serre conduce este último tramo del disco a un ambiente de nuevo extremo con “Paranoid Bulldozer Italiano”, donde es el turno de Laurent de lucir sus rasgadas voces guturales en contraste con los dos temas anteriores. Por supuesto, ningún tema de Igorrr sin su giro argumental: instrumentos clásicos y voz operística invaden este tema como un rayo de luz entre la oscuridad para dejar paso a una tormenta rítmica. Con este título, “Barocco Satani” no podía ser otra cosa más que el lado más metalero y oscuro de Igorrr combinado con su lado más clásico. Parece ser cierto eso de que los polos opuestos se atraen, pues el resultado goza de una calidad maravillosa.

Cierto es que se alejan en este punto un poco de la tradicional locura de la banda para irse a terrenos más “genéricos”. Pero en general, el disco está compensado y es rico en variación, lo que lo libra de ser una obra aburrida. La traca final del disco es más tranquila, como un descanso al cerebro después de tanta caña como es “Polyphonic Rust” y “Kung-Fu Chèvre” con aires judíos y animados, con sus acordeones y otra invitada especial: una cabra. No sería la primera vez, ni será la última. Porque Igorrr seguirán sorprendiendo, aunque ya se conozcan los terrenos por donde se mueven, se las acabarán ingeniando. En esta ocasión lo han ejecutado de una manera impactante, dando rienda suelta a la expresión artística y utilizando su alta variedad de recursos estilísticos e instrumentales.