Incendios

Bajo el nombre de Ícaro, Javier Gago tiene un proyecto musical que muestra poco a poco sus composiciones. Esta vez, publica su ya tercer EP 'Incendios'.

El músico gallego Javier Gago continúa construyendo el camino de su proyecto en solitario, Ícaro. Hecho a sí mismo, este proyecto cuenta ya con tres trabajos. El primer EP fue ‘Cenizas’, al que siguió ‘Esquirlas’ y fueron ambos publicados en 2021.

Las alas de Ícaro siguen volandole

Ahora ve la luz ‘Incendios’, un EP de cuatro canciones con un ingrediente extra cada una. Cuenta el propio Javier en esta entrevista que Ícaro nació a raíz del confinamiento. Es su proyecto en solitario y moldeado completamente a su gusto, donde no sólo canta sino también toca la guitarra y se encarga de los demás instrumentos y elementos de cada canción.

Cada pieza del puzle encaja para formar este proyecto que baila entre el rock, metal, post-hardcore y similares. Sintetizadores que crean melodías y transmiten sensaciones sin palabras al oyente, mientras la voz irrumpe cruda y fuerte cantando unas letras de lo más directas y sinceras. En ciertas partes los instrumentos juegan en un segundo plano dando más protagonismo a las letras que según el momento son cantadas con melodía o gritadas con todo el desgarro del mundo.

Es difícil juzgar un EP tan breve porque el cuerpo pide más, aunque hasta el momento se ha mantenido una coherencia entre cada uno de los trabajos bajo el nombre de Ícaro. Quizá no sea el tipo de música que llame la atención de cualquiera que guste del rock o metal más alternativo, es cierto, pero su estilo tiene un público y un espacio en los festivales que se han visto este verano por el país.

Cada invitado da su toque

Pero el broche de oro sin duda lo ponen las colaboraciones con las que ha querido contar Javier para cada una de las canciones de ‘Incendios’: Héctor Ojea (Battosai) en “Ausencias”, Germán González (Skunk D.F.) en “Señales”, Jorge Villeila (Virgen) en “Esquirlas” y por último pero no menos importante está Cristian Machado (Lions at the Gate) en “Destellos”. Así, cada corte tiene su toque especial aunque vayan bajo el mismo paraguas. Se habla de rabia, dolor, traición, melancolía. Los pasajes más melódicos contrastan con otros más rítmicos y duros, integrando a los artistas colaboradores en el sonido de Ícaro.

La calma y la tempestad convergen en cuatro canciones hechas con el corazón, el corazón de un músico gallego que emprendió este proyecto en solitario y quizá en otro momento deleite al público con un trabajo más largo para poder apreciar mejor sus composiciones. Es cierto que en algunas partes se pierde un poco la mezcla, pero teniendo en cuenta que es autoproducido (como cada día lo son más bandas y proyectos), se lleva el visto bueno.