Hitten provienen de Murcía pero su sonido, estética y cosmología podría pertenecer a cualquier latitud en donde la devoción por la década de los '80 haya eclosionado en la formación de una banda cuyos lanzamientos beban directamente de la década más prolífica en cuanto heavy metal refiere.

Pensar en la depuración del heavy metal como estilo tanto en lo iconográfico así como en lo estrictamente musical lleva ineludiblemente a la década de los ’80. Sin duda alguna -y siempre considerando que tanto antes como también después se alcanzaron ciertos puntos en torno a su maduración-, fue durante en el ya citado intervalo de años, en donde este, transformado en un producto de consumo, delimitó los márgenes en torno a su incidencia e impacto global en la cultura popular pasando de ser arte creado y seguido por un nicho hasta transformarse en un evento de masas.

Hoy, 40 años después del periodo de mayor auge -y posterior caída, en lo meramente popular- del viejo y querido heavy metal tradicional, la escena que rinde pleitesía a sus años de gloria no podría estar en mejor forma. Si bien aún podemos disfrutar de los conjuntos que ayudaron a crear la leyenda, posiblemente sus lanzamientos más cercanos en el tiempo no rindan cuentas al movimiento que ellos mismos ayudaron a formar, es en este encrucijada en donde propuestas como la de Hitten cobran sentido -si se riwnw en cuenta que sus lanzamientos no pretenden ser revisionistas, sino deudores del sonido así como de aspectos ligados a la actitud y proyección-.

Actitud y melodía

Y como si de una grabación creada en 1985 pero guardada bajo procesos de criogenización hasta los días actuales se tratara, “Built To Rock” lleva hasta los días donde la guitarra a doble armonía reinaba. Es una canción de inicio llena que gancho y que a su vez resume la apuesta de Hitten como banda, un comienzo rápido que adentra en los poco más de 45 minutos que componen el larga duración en su totalidad.

Por su lado, “Eyes Never Lies”, quita ligeramente el pie en el acelerador para sumergirse en terrenos más americanos. Parte de las influencias más importantes de la banda se encuentran en conjuntos tan comprometidos con la melodía como Firehouse, y es el coro del presente corte una carta de amor hacía aquellos pasajes sonoros, un single en toda la extensión del concepto y cuyo potencial fue advertido por la banda al presentarlo como aperitivo previo a la publicación del álbum.

“Meant To Be Mean” es un track que juega con el trabajo vocal sobresaliente de Alex Panza, cuya garganta dota a la canción con un tenor íntimo y rockero en partes iguales. La labor de guitarras en las estrofas termina conformando uno de los momentos mejor trabajados en todo el álbum. Por su parte “Hard Intentiones (Secret Dancer)” es un corte más simple en ejecución pero sumamente satisfactorio en torno a sus pretensiones de entretener -futuro gran momento llevado al directo-.

Inicio acelerado el de “Ride Out The Storm”, uno de los temas más netamente metálicos del álbum el cual aprovecha para su beneficio el largo registro vocal de Alex Panza en agudos, sobre todo considerando las tesituras alcanzadas en el coro. Diametralmente distinto es el comienzo de “Core Of The Flame”, canción que dibuja tonalidades más graves y que hasta se da el gusto de experimentar con voces sinfónicas traídas del manual más purista del power metal. Buen medio tiempo que nos lleva a Hitten a un espacio levemente separado de sus derroteros más obvios y que en un álbum de estas características se acomoda sin desentonar.

“Under Your Spell” mantiene el ritmo cadencioso y reposado pero mucho más orientado hacia el hard rock más clásico sin transformarse en una edulcorada balada ochentosa. “Light Beyond The Darkness” es un caso particular puesto que su cuenta con un final en falso hará las delicias de quienes, a esas alturas, echaban de menos una buena dosis de vértigo y velocidad con una grata e inesperada sorpresa.

Casi al final del LP está “Something To Hide” vuelve a mostrar la faceta más acústica del conjunto, que no teme a adentrarse en sonoridades evidentemente comerciales llegando casi a las estructuras hechas para la radiofórmula. Al término del álbum y volviendo a poner el énfasis en el heavy metal clásico se encuentra el tema que da nombre al álbum, “Triumph & Tragedy”, que se plantea como la gran épica de la banda al subdividir la canción en 3 movimientos.

Todos independientes de sí mismos, perfectamente diferenciados y con el común denominador entre ellos de una evidente predilección hacía los terrenos más solemnes del heavy metal en detrimento del desenfado y búsqueda de la melodía del hard rock más endurecido conforman buena manera de terminar el álbum.

Legado en buenas manos

Con momentos enérgicos y estimulantes, Hitten ha conseguido un cuarto álbum que consagra la propuesta y que los sitúa como uno de los grupos a seguir entre los que actualmente llevan las banderas del revival del heavy metal más purista. Por supuesto, hay secciones más conseguidas que otras en donde quizás se echa de menos un poco más de originalidad en la propuesta y no tanta reverencia hacia los viejos tiempos, pero parte de eso es la apuesta tomada por los murcianos. De momento, si vienen con trabajos tan entretenidos como ‘Triumph & Tragedy’, vale la pena.

Paulo Maureira

Grupo:Hitten

Discográfica:High Roller Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Built To Rock
  2. Eyes Never Lie
  3. Meant To Be Mean
  4. Hard Intentions (Secret Dancer)
  5. Ride Out The Storm
  6. Core Of The Flame
  7. Under Your Spell
  8. Light Beyond The Darkness
  9. Something To Hide
  10. Triumph & Tragedy

Año:2021-11-26