Hammerfall: Legacy Of Kings

Hammerfall fue una de las bandas que lo pegaron muy fuerte en el heavy metal a finales de la década de los 90 y 'Legacy of Kings' tiene gran culpa de ello. Por eso lo volvemos a recordar gracias a su edición vigésimo aniversario.

Hay discos que por mucho que pasen los años parece como sino hubiera pasado el tiempo o, incluso, que como el buen vino, mejoren al envejecer. No siempre es mérito del propio trabajo en si sino que nosotros añadimos nuestra parte al desempolvarlos y con su escucha rememorar nuestra adolescencia como si fuera ayer.

Y sin duda este ‘Legacy of Kings’ de Hammerfall es un claro ejemplo de este fenómeno, como también lo es su debut. Curiosamente ambos trabajos discográficos han sido reeditados en su vigésimo aniversario y motivos no les faltan. Si el primero de ellos fue toda una grata sorpresa para la escena del heavy y el power metal europeo el segundo fue la confirmación de que nos encontrábamos ante una de las bandas más importantes del género aún en activo.

Acudiendo a la llamada

La apertura de la mano de «Heeding the Call» no podría ser más prometedora. Puro power metal melódico que bebe de la mejor escuela de los Helloween más clásicos con unas guitarras dobladas a lo Hansen-Weikath cabalgando sobre una potente base rítmica. ¿Falta algo? Un estribillo sencillo, pegadizo y repleto de coros. Lo mismo nos serviría para definir al siguiente corte, «Legacy of Kings», con la voz de Joacim Cans en un estado pletórico y un estribillo marcado a fuego en mis años mozos y que aún hoy sigo disfrutando cada vez que suena en mi equipo. Una apuesta segura.

¿Un riff marca de la casa? Sin duda alguna el de «Let the Hammer Fall» que sigue siendo una de las grandes bazas que los suecos siguen empleando hoy en día en sus directos y que debe mucho al heavy metal de corte más clásico como el de los germanos Accept. Sus influencias son claras, sinceras y obvias, y la dupla formada por Oscar Dronjak y Stefan Elmgren se encargan de poner su firma personal.

Vuelven a pisar el acelerador a fondo con el vértigo metálico de «Dreamland» en la que el mítico Magnus Rosen y Patrik Räfling, al bajo y la batería respectivamente, dejan su huella. Nada nuevo en el horizonte pero de una elegancia y estilismo fuera de cualquier discusión. Y el baladón de turno viene de la mano de una emotiva y preciosa «Remember Yesterday», tan netamente heavy metal que podría estar en cualquier recopilatorio de los millones que existen de baladas de rock. Eléctrica, intensa y exquisitamente pasional, repitiendo la jugada que ya hicieran con «I Believe» en su presentación al mundo.

Volvemos a los ritmos machacones de la escuela Judas Priest con «At the End of the Rainbow» pero manteniendo intactas todas las señas de identidad y la elegancia que pocos músicos como los suecos saben otorgar a sus composiciones y, como no, a sus producciones. ¿Canciones rápidas? Check. ¿Medio tiempos? Check. ¿Baladas? Check. Espera… creo que nos falta algo. ¡Una versión de algún tema clásico de una banda aún más clásica! Y la elegida es una poderosa «Back to Back» de Pretty Maids que les sienta como anillo al dedo. Poco tenían que reinventarla para hacerla suya así que tiraron por lo fácil y nosotros lo celebramos.

Más madera con «Stronger than All», otro trallazo de heavy metal repleto de melódicos solos de guitarra, riffs, doble bombo, coros y un estribillo que define a la perfección qué es y cómo suena el heavy metal que practican los suecos. ¡Sí señor! Si lo vuestro es más el power metal tenéis una nueva ración en el menú con «Warriors of Faith». Velocidad controlada, con esos frenos iniciales tan habituales del género y la voz de Cans alcanzando agudos imposibles que pocas voces se pueden permitir. Y la suya es una de ellas.

Cierran el compacto con la preciosa «The Fallen One» y su omnipresente piano. Si en la anterior balada comparaba los paralelismos con su primer disco es inevitable caer en la misma sensación con este corte y la mítica «Glory to the Brave». Mismo estilo y misma posición como cierre del disco. ¿Casualidad? Sinceramente, lo dudo, pero no voy a ser yo quien me queje.

El legado de unos reyes

¿Cómo podemos mejorar un trabajo tan difícil de mejorar como este ‘Legacy of Kings’ con motivo de su aniversario? Fácil, basta con incluir algún corte de talante más exclusivo como «Eternal Dark», un par de covers rindiendo tributo a Helloween y Rainbow con «I Want Out» y «Man on the Silver Mountain» respectivamente, algunas demos y, como no, un buen puñado de canciones en directo para disfrutar en todo su esplendor de toda la esencia de la banda. Y, por supuesto, un DVD.

No hay duda a estas alturas de que Hammerfall llevaron su nombre a lo más alto del panorama del heavy metal europeo hace un par de décadas y de que este disco es uno de los grandes culpables. Lástima que en sus futuros trabajos nunca llegaran a lograr la excelencia de los dos primeros pero el cariño que mucho heavies que superamos los treinta le tenemos a los suecos es algo que perdurará por siempre. ¡Alcemos el martillo de guerra!