Haken: Fauna

Desde que en 2004 se sembrara la semilla de Haken, la formación británica ha ido creciendo y publicando trabajos muy variados y no exentos de riesgos dentro del rock progresivo contemporáneo. Es más; es difícil no citar al género y no recordar su nombre entre las promesas de su estirpe.

Bien es cierto que siempre da la sensación de que Haken todavía no ha encontrado el equilibrio. El ansiado y perfecto equilibrio al que infinitas bandas han dedicado toda su carrera, y con este ambicioso ‘Fauna’ siguen sin alcanzarlo. Que nadie se confunda: este trabajo es toda una delicia auditiva para los fanáticos del género. No cargan tanto sus canciones con los sonidos extremadamente duros y cercanos al djent de sus anteriores ‘Virus’ y ‘Vector’, y recuperan la sencillez y cercanía de sus primeros trabajos, pero sigue faltando ese algo que brille de forma especial dentro de un mar de canciones relucientes.

Tal y como su título indica, ‘Fauna’ está relacionado con los animales, pero no es la musicalización de un zoológico o algo parecido, ya que se centra en animales espirituales con alguna intención temática que posiblemente escape a una comprensión sencilla. La idea es buena, pero la música es la que después se encarga de que este álbum sea o no de los mejores de su carrera.

Un viaje a lo largo de su carrera

“Taurus” es la elegida para comenzar y podría pertenecer sin problemas a sus dos anteriores y citados trabajos, ya que impera el sonido metálico y pesado, pero es un puente para la muestra de variedad estilística que está por venir. “Nightingale” sí se abre a sonidos y atmósferas más suaves, aunque como es habitual en los ingleses, sueltan alguna que otra sorpresa inesperada casi sin querer y esos juegos de riffs aleatorios les podría hacer un flaco favor. Ese riesgo forma parte de la naturaleza de Haken.

“The Alphabet Of Me” es una de las joyas de este trabajo, y sabiamente fue elegido como primer sencillo. La labor de su vocalista Ross Jennings es encomiable, y transmite el sentimiento que la canción requiere. En cuanto al recuerdo del sonido de ‘Affinity’ y su querido “The Mountain”, le va también a la saga “Sempiternal Beings”, pero vuelven a caer en el error de recargar la canción de riffs sin ton ni son. Aunque ya se sabe que sobre gustos…. “Beneath The White Rainbow” es otro viaje a sus comienzos adornado con esos toques funkys que tanto les gusta soltar.

Algunas novedades

“Island In The Clouds” sí que presenta varias novedades respecto al estilo de la banda, sobre todo en sus teclados. A diferencia de su anterior teclista Diego Tejeida, Pete Jones se apoya mucho en los sintetizadores, y dota a este corte de una oscuridad inquieta que resulta más que atractiva. A mitad de canción, vuelven a incluir algunos desvaríos que parecen que no tienen sentido, pero se necesitan de muchas escuchas para percibir su hilaridad sónica.

Por su parte, “Lovebite” es otro de los caramelos de este álbum. Al contrario que el resto, es un tema corto, conciso y sencillo, pero con una melodía mágica y sin perder sus elementos progresivos. Consigue que sus seguidores se cuestionen si no es necesario que incluyan más temas de este calibre en sus discos.

La épica viene de la mano de “Elephants Never Forget”. Once minutos en los que hilvanan grandes melodías, pero en la que desarrollan un aparente caos rítmico que ya forma parte de la marca de la casa de la banda. Unos enormes solos de guitarras y teclados ponen las cosas en su sitio dentro de esa vorágine de disonancias. “Eyes of Ebony” y su extraño crescendo sirve de cierre de un nuevo disco en el que cumplen con las expectativas sin esfuerzo.

‘Fauna’ no será uno de los discos más accesibles de la carrera de Haken, pero contienen una gran cantidad de elementos que los mantiene en la buena senda. Sin embargo, sigue faltando ese algo que los impulse a otro nivel. El exceso de técnica sobre el sentido de una buena canción podría ser una de las causas, o la falta de ambición. En muchas ocasiones, el bosque está demasiado poblado y no entra la luz.