Con más de una década ya en activo, Graveyard vuelve con un nuevo trabajo bajo el brazo, rebosante de fuerza y brutalidad, consiguiendo seguramente uno de los mejores álbumes nacionales en su estilo.

Para describir este nuevo trabajo, cuarto de su carrera y tercero de una trilogía ambientada en  el horror lovecraftiano, que comenzó con ‘The Sea Grave’ en 2013, Graveyard se ha mantenido estable con el pasar de los años, y eso se nota  en el sonido, muy definido, que han ido llevando. Se podría resaltar lo fluido que suena todo en conjunto,  riffs muy potentes y cargados de fuerza que  pueden ser muy adictivos para el oyente, una brutalidad  bien dirigida y que sabe cómo fusionar momentos melódicos y agresivos de manera correcta, para crear una simbiosis que les da una cierta identidad. en un género tan explotado hoy en día, que muchas veces  resulta complicado tenerla.

Influencias claras e importantes

Podemos encontrarnos diversas influencias, Sulphur Aeon con los que no solo comparten temática a nivel de letras, sino que a nivel musical guardan por momentos alguna relación clara, también hay retazos de death sueco clásico de bandas como Entombed, riffs que te podría firmar el mismo Abbath, reminiscencias del thrash más clásico y algún guiño a la new wave of british heavy metal, parece difícil, pero todas estas influencias son parte de la esencia de la banda, que marcan el  sonido de  este trabajo y lo convierten en algo realmente bien cohesionado y poderoso.

Al comenzar el álbum con “Swarm Of Flies”, está muy claro que el concepto general es que será una buena demostración de death metal de la vieja escuela, eso lo primero, el sonido presenta algunos riffs agresivos clásicos del estilo, combinados con otros más lentos, lo que le da cuerpo a cada uno de los temas, ya que no solo se nota preocupación en el tema de la agresividad, sino que son capaces de brindarnos y rodear el disco de atmosferas bastante interesantes y atractivas.

Julkarn se encarga de las voces y cumple de manera sobresaliente, dando ese aire cavernario apegado a este sonido, y que en directo se encarga de interpretar  Fiar (Foscor).  “Winds Like Daggers” es el segundo corte de los ocho que nos presentan, otro tema que empieza a toda velocidad y con riffs viscerales y directos de Javi y Mark, que dan cuerpo y base al tema, y que por el minuto dos nos brindan un solo de guitarra afilado, mientras la base rítmica hace de las suyas sigue castigando sin piedad, luego a mitad del tema nos muestran un medio tiempo con un fondo de terror con el que acaban volviendo al riff inicial.

«Of Extant Cults and Living Terrors» fue el tema elegido como presentación o adelanto promocional del disco,  una excelente elección ya que incorpora las diferentes facetas que hacen de esta banda algo especial y no una más del genero, una gran ambientación con momentos de brutalidad sonora, pero con  espacios para guitarras limpias y melódicas, con mucha armonía, este tema cuenta con un gran solo de guitarra, y porque no, hasta un poco de death and roll en los coros, nos da paso luego a un final con un tenebroso sonido cercano al black, aquí podemos encontrar una colaboración a las voces de  Eloy Boucherie de Vidres a la Sang.

Mucho más que death metal

Una pieza realmente cautivante es «Hurled Unto Damnation», una pista épica que nos recuerda por momentos a bandas clásicas, es como escuchar el “Powerslave “de Iron Maiden revisitado en versión death metal, otro ejemplo de la calidad de Graveyard está reflejado aquí, es otra cosa, no es solo brutalidad, hay algo más, y siempre se encargan de recordárnoslo,  un temazo que puedes repetir sin parar en el reproductor y  siempre le descubrirás cosas nuevas.

Con “The Storm Above (Post Sulphur) y “The Shrike” vuelven a su parte más directa y potente, riffs afilados para mover el cuello mientras te enlazan algún medio tiempo o atmosfera que se sale un poco de la agresividad reinante, en este último tema el trabajo de las guitarras es bastante efectivo.

La senda old school sigue en “O Lord My Beast I Fear They Name”, un tema correcto donde quizá nos van dejando de sorprender, aunque no deja de ser interesante, y que sirve de preámbulo para el gran cierre, que culmina de forma victoriosa este trabajo, con título en castellano, que no es otro que “Madre de La Noche”, que comienza con un rito, o una especie de culto tribal, que da paso a unas voces que anticipan lo que se viene,  death metal ejecutado de manera notable, velocidad y cambios de ritmo por doquier, volviendo a sorprender una vez más, esas voces tan especiales en los coros, que se mezclan  con momentos melódicos ,le dan una profundidad  sobrecogedora al tema, que roza lo épico, y  justo cuando parece que ha terminado el disco, nos encontramos con unos dos minutos de psicodelia inquietante, una manera especial de finalizar, que captura el misterio y terror del trabajo de Lovecraft. En resumen , este es un gran álbum que merece repetidas escuchas, ya que es tremendamente adictivo, te puede gustar un ritmo o un riff que te pueda hacer sentir que es suficiente, pero siempre te vas a encontrar otro luego que puede ser tan bueno o incluso mejor, esto nos dice todo lo que podemos encontrar en “Hold Back The Dawn”.La producción está en su punto, con la voz de Julkarn bastante cavernosa y poco pulida en ese sentido, así como los instrumentos, que nos dan la sensación de estar ante un disco retro de otros tiempos, pero con una épica y atmosfera actual.

Carlos Neubert

Grupo:Graveyard

Discográfica:War Anthem Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. Swarm Of Flies
  2. Winds Like Daggers
  3. Of Extant Cults And Living Terrors
  4. Hurled Unto Damnation
  5. The Storm Above (Post Sulphur)
  6. The Shrike
  7. O Lord My Beast I Fear They Name
  8. Madre De La Noche

Año:2019-09-27

Votación de los lectores:5