Lighting Up The Sky

‘Lighting Up The Sky’ constituye el octavo y último trabajo de estudio de la formación de hard rock americana Godsmack.

Con cinco años de referencia respecto a ‘When Legends Rise’, propuesta discográfica inmediatamente anterior, el pasado 24 de febrero de 2023, el cuarteto arremetió de nuevo con un álbum intrépido y de consistente realidad sonora. El once pistas, coproducido por el frontman y líder de la banda, Sully Erna, y el productor discográfico Andrew Murdock, mejor conocido por confeccionar los dos primeros álbumes de estudio multiplatino de la formación, respectivamente, ‘Godsmack’ y ‘Awake’, así como por su trabajo junto a Avenged Sevenfold y Alice Cooper, constituye un álbum de alto voltaje y energía, con melodías de amplia frecuencia y catedralicios solos de guitarra.

El cielo se enciende

El background del mismo, centrando en la vida personal del propio Erna, narra un corpus de historias relacionadas con la carrera profesional del músico, el viaje que emprendió junto a su banda y los altibajos que juntos debieron superar. El cierre constituye de hecho, el track principal del larga duración, “Lighting Up The Sky”, constituye una reflexión retrospectiva, ofreciendo consejo a su yo más joven, en caso de ser posible retroceder en el tiempo, acerca de determinadas empresas que habría llevado a cabo de manera diferente.

La apertura del álbum, a cargo del track “You And I”, retrocede a los inicios de Sully Erna como batería de la formación Meliah Rage, enmarcada en el ámbito del thrash y power metal. Tal remember carismático, da paso a “Red White & Blue”, de corte más clásico. riffs pesados y consistentes y estribillo pegadizo. Con una consecuente bajada de revoluciones, “Soul On Fire”, materializa una balada principalmente al piano, acompañada por una sección de cuerdas a cargo del propio Sully, destacando como uno de los diamantes en bruto del presente trabajo.

Con todo, la precuela del cierre viene de la mano de “Growing Old”, un corte acústico de tinte country dotado de gran profundidad sonora que rehúye la evitabilidad y la regularidad. Y como un rayo redentor que nos redime en las profundidades del infierno hasta convertirnos en cenizas, el álbum concluye con una descarga de adrenalina del presente y del futuro. El mazo de Dios apunta de nuevo.

En definitiva, el disco constituye un elemento destacable en el marco del espectro del rock y el metal actual, dejando de banda inercias y vicios, y buscando un discurso más plausible, personal y cercano. A modo de despedida, Godsmack materializa una introspección personal y sonora, en la que los die hard fans de la formación podrán retornar en búsqueda de éxitos potenciales.