Si a estas alturas todavía hay quien esté esperando un resbalón en forma de disco fallido por parte de God Is An Astronaut, ‘Ghost Tapes #10’ va a suponer toda una desilusión ya que, de nuevo, demuestran una solidez, profesionalidad y capacidad compositiva y de ejecución dignas de un completo reconocimiento más allá de la veneración inconsciente del fanático absoluto.

El décimo trabajo en los casi veinte años de existencia de GIAA es el fiel reflejo de la vigencia del planteamiento artístico y la filosofía como banda del grupo irlandés. De nuevo en formato cuarteto con la vuelta de Jamie Dean, se alejan del continuismo para seguir avanzando en los caminos que están creando, trayendo a este incierto año que está dando sus primeros pasos, un empujón en forma de brillantez musical que ojalá sea el preludio de los cambios hacia la certeza que estamos deseando en medio de tanta incertidumbre.

Ferocidad, riqueza, emoción y profundidad

Bien podrían ser estas las mejores definiciones de lo que transmite ‘Ghost Tapes #10’ tras varias escuchas conscientes y atentas. Tras un primer repaso lo primero que queda claro es que God Is An Astronaut acaban de dar una vuelta de tuerca a la potencia de sus composiciones llevándolas hacia una mayor ferocidad desde los primeros compases del tema que abre el disco “Adrift” sin que por ello se asienten en la rabia y la furia sin más contemplaciones pues sirve de guía para sus acertados cambios de ritmo.

“Burial” es esa primera joya que viene a refrendar la calidad del disco, por si con la anterior no quedase claro, que no es un trabajo autocomplaciente. Se mueve, desde el confort que produce lo repetitivo, entre pasajes tranquilos, enervados y contundentes para convertirse en una pieza a la que no le va a costar perdurar en la mente de quienes la escuche y en los setlists de la banda.

La confirmación de los apabullantes paisajes de GIAA podría llamarse “Barren Trees”, dando un salto en la estructura del disco encontramos un tema que sin esfuerzo alguno aparente (hay que sumergirse bien en él para aprovechar toda su fuerza) engancha al oyente para llevarlo hacia la enormidad que el grupo plantea en su décimo disco. Enamorarse de este tema va a ser tarea grata y deliciosa comprimida en poco más de cuatro minutos.

Lo predecible no es nada

El slogan ideal para el resto del disco. “In Flux”, deja al oyente boquiabierto, un inicio tibio, tímido, para dejar que sea el ritmo, catártico y envolvente, el que se adueñe del tema. La rendición está servida. Ahora toca la conquista absoluta, cortando, volviendo, revolviendo… conduciendo, a quien quiera dejarse llevar, por un paraje, de nuevo, casi onírico, casi visual, cercano más a una experiencia emocional que a un deleite sonoro.

Pero no es la excepción, perfectamente milimetrada llega “Spectres” para que la tregua no sea ni tan siquiera una opción. Bofetadas de ritmo, potencia, fuerza, dinamismo y contundencia. Enroscada sobre sí misma como una víbora cuyo veneno provoca la levitación del ánimo e incendia las ganas de no parar de moverse, sí, de moverse, pues ese dinamismo está tan presente que quedarse quieto mirando como da vueltas el vinilo resulta imposible, el estatismo no es aceptable mientras está sonando.

Un paso más allá, siempre, como motivo central, como núcleo duro de ‘Ghost Tapes #10′ cuyo reflejo en formato de una sola opción podría ser “Fade”. Tema llamado a atraer las miradas y la atención. Allí donde “Barren Trees” y “Spectres” confluyen para evolucionar y crecer, para llevar la genialidad hacia un nivel indiscutible. Sacude el poco polvo que podría quedar sobre los oyentes para zarandearlos sin contemplaciones, balanceándolos y al final dejarlos en la caída libre que decíamos era “Barren Treees” y encaminando hacia el final del disco. Indispensable.

Y de nuevo la sorpresa. “Luminous Waves”, tema final y el más corto. La concentración de todo lo que este disco es. Una composición que parece triste, pero que transmite alegría, que huele a calma, pero en la que subyace la tormenta, que acerca el alma del grupo mientras refleja la del oyente. La derrota de la resistencia hacia la veneración hacia God Is An Astronaut ya tiene nombre y forma, una forma que se va diluyendo para obligar a acercarse al giradiscos y volver a poner ‘Ghost tapes#10’ una y otra vez sin que el hartazgo haga acto de presencia.

Ahora llegará el momento de quienes traten de minusvalorar este esfuerzo titánico de God Is An Astronaut de entregar su disco más completo, un puñado de siete canciones que habrá quien diga que son como retales, que más que un disco en un patchwork, que no subyace ningún concepto, que es puro artificio. Pero tan solo escuchándolo con los oídos limpios y la mente abierta será cuando se pueda llegar a comprender que si aquí terminase la carrera del grupo, habrán dejado un nivel altísimo. Negarlo es reforzar su enormidad.

Toni de Lola

Grupo:God Is An Astronaut

Discográfica:Napalm Records

Puntuación:9

Canciones:

  1. Adrift
  2. Burial
  3. In Flux
  4. Spectres
  5. Fade
  6. Barren Trees
  7. Luminous Waves

Año:2021-02-12