Foo Fighters llevan varios lustros siendo una de las bandas más grandes e importantes dentro del rock, y eso conlleva una gran responsabilidad a varios niveles. La banda de Seattle liderada por el exbatería de Nirvana llega esta vez con la décima referencia discográfica de una carrera que comenzó en 1994 y que parece haber ido algo a menos tras el estreno del excelente 'Wasting Light' (2011) hace ya una década.

La pandemia mundial que estamos viviendo y que parece no tener fin ha afectado de una manera estremecedora a la cultura provocando el cierre de salas, la cancelación masiva de eventos, deudas inasumibles y también grandes impedimentos para poder promocionar trabajos discográficos de la forma que merecen.

En 2019 ya se empezó a rumorear que Foo Fighters estaba dándole forma a su décimo LP de estudio, que pensaba lanzarse inicialmente la primavera pasada y presentarse en nuestro país en junio de 2020 con un esperado concierto en Valencia, pero hasta ahora no ha sido posible mostrarlas al público por los motivos ya mencionados que afectan tanto a grandes y pequeñaa bandas, promotoras y discográficas como a festivales y salas.

‘Medicine At Midnight’ ha sido el disco elegido para relevar a ‘Concrete And Gold’ (2017) y llega para exponernos 9 nuevos cortes repartidos en poco más de 36 minutos de duración. Si es cierto que eso del tamaño no importa (si hay inspiración, trabajo y cierta calidad), esta parece ser una excepción.

No tan feo como su portada

Foo Fighters descolocaron a muchos compartiendo “Shame Shame”, primer adelanto del nuevo disco que resultó ser un intento de sonar a David Bowie y algo diferente teniendo en cuenta su carrera y su sonido. Rompieron su continuidad sin convencer mucho con algo que, aunque no es malo, no funciona fuera de contexto.

Después de “Shame Shame” llegaron otro par de singles y la portada del LP, que está cerca de ser una aberración y desmerece bastante su contenido a pesar de que no tiene sentido juzgar algo por las apariencias, y más sabiendo que cuando entras en ‘Medicine At Midnight’ de lleno y lo escuchas de principio a fin te das cuenta de que está lejos de ser una inmundicia aunque tenga pocas canciones, sea corto y su artwork sea espantoso.

Lo bueno de no esperarse nada

Tener pocas expectativas con unas estrellas del rock gigantescas acomodadas en sus 50 que solamente han hecho unas cuantas (muy) buenas canciones como “Something From Nothing”, “Savior Breath” o “Run” en más de una década ayuda mucho a no esperar maravillas.

Una de las razones por las que ‘Medicine At Midnight’ es pasable es porque Dave Grohl es insaciable, sabe cómo echarle pelotas la hora de liderar y además tiene muy buenas ideas y se nota que sigue disfrutando y cuenta con la inspiración suficiente para seguir manteniendo la maquinaria en funcionamiento sea como sea. Ahora bien, las buenas ideas no siempre se materializan en calidad.

Es cierto que el resultado final de ‘Medicine At Midnight’ es previsible y, siendo realistas, no aporta nada más que unos cuantos buenos momentos. Además, la producción otra vez de mano de Greg Kurstin es mala y hace perder muchísima fuerza a varios elementos que podrían funcionar muchísimo mejor y que pasan desapercibidos y en suspiro, dando la sensación, pese a la brevedad, de que hay partes que sobran.

¿Es el fin de Foo Fighters?

No lo parece. Los americanos todavía pueden darnos muchas alegrías si no se acomodan tanto en la cima. Sobra abusar tanto de algunos elementos como teclados que no quedan demasiado bien, esa fijación por el uso del “oh, oh, oh” o “ah, ah, ah” tan continuamente como recurso de relleno por ejemplo en “Waiting On A War”, coros excesivos que acaban recargando en “Making A Fire”, “Shame Shame” (ojo, dentro de la idea del disco tiene sentido y acaba gustando) o en el inicio de “Cloudspotter”.

Las voces rasgadas, tensión y gritos solamente asoman la cabeza en la más que digna y ya citada “Cloudspotter”, “No Son Of Mine” (no es casualidad que el riff inicial recuerde a Rammstein, por mucho que sea un simple palm mute) y tímidamente en “Holding Poison”.

En esas tres canciones, donde la garra que cada vez parece alejarse de Foo Fighters más sale a flote junto a la grandiosa simpleza que los caracterizó y que también retumba en algunos momentos de “Making A War” y la homónima y exquisita “Medicine At Midnight”, uno se da cuenta de que Foo Fighters están de sobra en condiciones de hacer lo que ellos saben con permiso para “deslices” como los de “Shame Shame”.

Lástima que cosas “Chasing Birds” o la raquítica y pachanguera “Love Dies Young” te quiten las ganas de terminar los 8 minutos finales y te hagan pensar que quizás un EP de 20 minutos mejor producido hubiese sido una jugada más inteligente. No a la altura de sus primeros discos o de ‘Wasting Light’, pero sí como algo cercano al apañado ‘Sonic Highways’ o a ‘Concrete And Gold’, que parece que acaba teniendo más sentido aunque pueda gustar más o menos.

Jaime Tomé

Grupo:Foo Fighters

Discográfica:Roswell/RCA Records

Puntuación:6

Canciones:

  1. Making A Fire
  2. Shame Shame
  3. Cloudspotter
  4. Waiting On A War
  5. Medicine At Midnight
  6. No Son Of Mine
  7. Holding Poison
  8. Chasing Birds
  9. Love Dies Young

Año:2021-02-05