But Here We Are

El 25 de marzo del pasado año el mundo parecía detenerse para Foo Fighters. Repentinamente, en plena gira sudamericana, moría uno de los pilares fundamentales de la banda horas antes de su actuación en Colombia, lo que supondría sin duda un antes y un después para el grupo. El innegable revés del fallecimiento de Taylor Hawkins marcó un silencio indefinido y un abrupto final de la gira de celebración del 25 aniversario del sexteto, creándose así un mar de incertidumbres sobre el regreso del grupo a los escenarios.

Si eso fuera poco, la reciente muerte de Virginia, madre de Grohl durante el verano, no hizo más que avivar la llama del dolor del frontman. Pero si de algo se nutre el icónico vocalista de Foo Fighters es de ese sentimiento para para sacar lo mejor de su interior. Ya lo hizo en 1995, meses después del suicidio de su compañero de banda Kurt Cobain. Por aquel entonces ya asumió el control y en solitario grabó aquel disco homónimo de Foo Fighters.

Desde entonces, la formación se ha convertido en una de las bandas más fiables del rock, llevando las borrascas del rock alternativo de la década de los 90 a un nuevo milenio llenando estadios que siguen inundando cada noche de su particular optimismo. No era de extrañar que el carismático líder volviera a colocarse tras los platos, con todo el peso de controlar el ritmo bajo sus hombros, mientras el mundo especulaba sobre el regreso del grupo.

Una nueva etapa

La pérdida de Hawkins se sitió como si algo se rompiera, no solo en el seno de la banda, si no en el corazón de cada uno de nosotros. Un hecho que trajo consigo un duelo que dio a luz uno de los mejores trabajos de estudio que Foo Fighters ha escrito en la etapa reciente.

Así que aquí están, de nuevo, con un nuevo disco que encierra el dolor y la pérdida, sincerándose durante todo el recorrido por las distintas fases del duelo. Desde la conmoción con “Rescued”, que abre ‘But Here We Are’ cual himno de estadios, a su continuación en “Under You”. Gritos de ahogo liberados tratados con la delicadeza que solo podían mostrar los Foo Fighters. Todo ello pasando entre espesas guitarras psicodélicas que estallan en el hit pegadizo que se espera de la banda.

Otros cortes como “Hearing Voices” o “The Glass” continúan narrando el dolor de la manera más sosegada posible. Todas ellas con reminiscencias al incesante dolor. “He estado escuchando voces, pero ninguna de ellas eres tú”, canta Grohl en la primera, en un track que se acerca más al progresivo que al grunge.

La idea de este álbum nace de una emoción más que de una idea. Se siente algo resacoso después del fiestero ‘Medicine At Midnight’ de 2021, pero quizá era algo necesario. Un trasfondo que mantiene unidos todos los temas, presente a cada minuto. “Te di mi corazón, pero aquí estamos”, es lo más acertado que puede narrarse para la canción que da título al álbum. Lanzado como primer single, quizá no tuvo la esencia de himno esperada, pero sí que se muestra como pieza necesaria entre todas las piezas del puzle.

“Nothing At All” encierra la rabia, con los decibelios in crescendo que estallan en reminiscencias a un “Monkey Wrench” o “All My Life”. Todo un contraste con “Show Me How”, cantado a dúo con entre Grohl y su hija Violet de 17 años. Una bonita combinación de voces, que aun así se muestra como con los versos más predecibles de todo el redondo.

La sensibilidad trasciende de la misma manera en “Beyond Me”, que no solo pone los sentimientos a flor de piel, sino que enseña amar de manera incondicional mientras se suceden los acordes al piano de la mano de Rami Jaffee y los lloros de guitarra de Chris Shiflett.

“The Teacher” sin embargo está indiscutiblemente dedicada a la madre de Grohl. Comprensiblemente titulada de esta manera debido a la profesión de Virginia como profesora durante toda su vida profesional. Una epopeya de 10 minutos al más puro estilo “Shine On You Crazy Diamond” del tan mítico ‘Wish You Were Here’ de Pink Floyd, que fluye como un mar de sentimientos donde se examina lo perdido.

“Rest” cierra el círculo. Una elegía que sigue a su predecesora como un suspiro en el que no hay más que decirles a sus seres queridos una frase como “Densansa, estarás a salvo ahora”, dejando a Grohl solo con su dolor y amor por partes iguales hasta que el ruido se desvanece. Este disco cierra un capítulo, una vida; pero abre una ventana a un ciclo completamente nuevo. La nueva realidad será dura con Josh Freese a los bombos, pero no cabe duda de que a Foo Fighters le queda mucha guerra que dar. ‘But Here We Are’ devuelve la frescura e inmediatez cargada de emociones, y deja muy claro que el grupo ha vuelto para quedarse, que pese al revés en su vida, nunca se fueron.