Arquitectos de ambientes y creadores de densidades. Fallujah se imponen un nivel de exigencia creativa que se transmite directamente a un oyente que no tendrá tampoco las cosas fáciles.

Nos visitaron hace nada para presentarnos este “Undiying Light”. Un disco que sin ser un cambio de tercio absoluto significa otro paso adelante en una evolución continua en su sonido cada vez mas amalgamado. La incursión de su nuevo cantante Antonio Palermo, que substituye a Alex Hofmann y a su vez constituye uno de los mayores cambios de estilo de cara a este nuevo trabajo, será pieza clave en la dirección que decidan tomar.

Nuevo cantante, nuevas reglas

La diferencia de estilo vocal entre ambos cantantes es mas que obvia para cualquiera. Donde Hofmann nos tenía acostumbrados a unos graves continuos que contraponían con el misticismo de lo instrumental, Palermo se defiendeen un registro totalmente agudo. Mucho mas gritón y estridente, sea cual sea la modulación. Un estilo muy cercano, por ejemplo, al de Mike Hranica de The Devil Wears Prada, con el que ya ha sido comparado desde su presentación en el primer single “Ultraviolet”.

Y parece ser que el grupo ha querido jugar a invertir la formula, y otorgar este carácter mas grueso y pesado a lo instrumental, perdiendo así parte de la esencia que conformaba esa oscuridad creada a partir de notas altas y melodías de guitarra especialmente elaboradas.

Este carácter parece haberse reducido, o mas bien haber quedado en segundo plano. Fallujah – Undiying Light es una continua búsqueda de esta cavernosidad grandilocuente a partir de un método desconocido en el grupo hasta ahora. Fallujah pisan el acelerador a la hora de construir los temas. Centrados sobre todo en una acelerada base rítmica de la batería que aporta muchísima de la densidad buscada. Las guitarras se desafilan para ejercer de bloques que rellenan espacios sonoros mucho mas holgados. Un virtuosísimo mucho mas disimulado en lo que a melodías se refiere.

En resumen: dicha densidad es creada a través del ejercicio de picar piedra. Repeticiones y elementos machacones forman el oscuro túnel desde el que nos cantan los californianos. Y pese a que es cierto que el truco funciona, también lo es que pierde la gracia mucho antes que de costumbre. Se entiende esta búsqueda de una nueva funcionalidad dado el cambio tan brusco en algo tan esencial como es la voz, pero realmente no creo que esta sea un problema a la hora de casar con el estilo instrumental visto hasta ahora. Estilo que además les permitiría seguir evolucionando mucho mas en un futuro. Pues estas nuevas formas les están encerrando entre sus propias paredes a la hora de mover ficha de cara a próximos trabajos, y de hecho ya pierden bastante fuelle en este primer intento.

Brocha gorda

Sin embargo, si podemos decir que este nuevo estilo aporta un carácter oscuro y apocalíptico mucho más directo a las composiciones. Gracias al desespero que aporta la voz de Palermo y al desasosegado acompañamiento instrumental la oscuridad que impregna el disco se siente distinta a lo que nos tienen acostumbrados. Si bien es cierto que antes esto se conseguía por contrastes, ahora nos encontramos con un tono mucho más obvio.

A la vez, parece, que la vertiente técnica tan característica del grupo, y que nunca se ha perdido pese a la evolución de su estilo, esta vez queda difuminada entre tanto ritmo repetitivo. La creatividad se ve diezmada por este intento de crear algo nuevo, pero coherente con su sonido.

Lo que si resulta extraño es que el grupo se haya encerrado tanto en si mismo en la ejecución de esta herramienta, cuando lo machacón nunca ha sido algo nuevo para ellos. Jamás han tenido problemas a la hora de recubrir un tema entero de blast beats y demás repeticiones conocidas. Sin embargo, este trabajo parece haber sido conjugado desde la singularidad del disco, que construye un producto homogéneo mas que individualizado tema a tema. Prueba de ello es que ninguno de los cortes parece resaltar por encima de otro. Todo parece formar parte de una gran unidad formada por diez canciones que juegan todas en la misma línea, pese a que cada una tenga sus pequeñas variables.

De hecho, volviendo de nuevo a “Ultraviolet”, podemos comprobar como pese al evidente protagonismo de la melodía en el riff principal, el tema se compone básicamente de repeticiones y pequeñas variaciones del mismo. Lo cual no la aleja tanto como parece de temas más obviamente machacones como “Eyes Like The Sun”, en que el virtuosísimo se escapa entre los recovecos de las uniones que juntan los tramos base.

“Undiying light” es un experimento mas curioso que necesario por parte de un grupo con una identidad tan asentada como Fallujah. Un disco cargado con mejores intenciones que éxitos. Pese a lo comprensible de sus ideas, es mas que posible que no termine de convencer a los fans que busquen en ellos una evolución mas obvia y, tal vez, lógica.

Titus Ferrer

Grupo:Fallujah

Puntuación:5

Votación de los lectores:5