Después de meterse a gran parte de los aficionados del black metal en el bolsillo con su último larga duración titulado ‘Cult Of A Dying Sun’, los americanos Uada vuelven al ring con un disco titulado ‘Djinn’ y que está dispuesto a dar el golpe sobre la mesa definitivo para asentarse como una de las bandas con más proyección de la escena.

En un mundo plagado de música y donde es relativamente sencillo ofrecer tu material, Uada han sabido ejemplificar el esfuerzo y la constancia aunado con unas ganas de comerse el mundo que indudablemente se ve en sus trabajos. Los americanos cautivaron primeramente con ‘Devoid Of Light’ en lo que para muchos es su mejor trabajo; más tarde, con ‘Cult Of A Dying Sun’ convirtieron su esfuerzo en una oleada de críticas positivas gracias a un black metal melódico de calidad, absorbente y con temas como “Mirrors” que pone los pelos de punta.

En un año plagado por la inestabilidad del sector pero con una calidad musical verdaderamente asombrosa, Uada se presenta con su tercer disco titulado ‘Djinn’, el ser mitológico conocido comunmente como Genio. Y no es en vano, pues con este disco, Uada quieren convertirse precisamente en ese ser mágico que convierte las ganas de los oyentes por escuchar algo decente, en realidades, en algo que sea tangible.

Jugando a los genios

El disco comienza con la canción homónima y, ya de primeras, se observa un patrón rítmico que tiene pinta de variar a lo largo de los casi ocho minutos que tenemos por delante. “Djinn” es un tema curioso en el que, dependiendo del oyente, cuesta sumergirse totalmente; por momentos suena a un black metal melódico plausible, en otros parece que quiere jugar con unos ritmos muy thrashers y en otros se pierde por otros terrenos alejados de la música extrema. De hecho, es en este tema donde la capacidad vocal de Jake Superchi supera toda expectativa y presenta diferentes registros que van desde una voz de black metal clásica a la mala baba de Mille Petrozza de Kreator, pero perfectamente sumergida en una ambientación a la que cuesta habituarse pero que, una vez hecho, acaba por enamorar.

La canción saca su verdadera esencia en los últimos tres minutos y medio, donde una pausa y un riff proveniente de James Sloan nos hace mezclarnos en una espiral que incluso posee voces rasposas más cercanas al depressive black metal. Un inicio a la altura que incluso juega con unos guiños cercanos al punk visibles especialmente en ciertos momentos de guitarra.

Más en la línea de los anteriores trabajos está “The Great Mirage” que atrapa desde el primer instante gracias al trabajo de las guitarras de Superchi y de Sloan, creando una atmósfera donde el trabajo rítmico también destaca, especialmente en los pasajes más lentos del tema. Un tema fresco que entra bien, que no ofrece una superchería comercial sino que juega a enganchar al oyente a través de unos riffs muy bien trabajados.

Pero si bien lo escuchado hasta ahora resulta más o menos atractivo, “No Place Here” se convierte en un ejercicio asombroso de composición y se alza como uno de los grandes temas del disco. Rozando los catorce minutos, el tema ya empieza entrando a machete y nos prepara para variantes de ritmos que quitan el hipo y que sabe manejar muy bien los tiempos para no hacer del tema un batiburrillo totalmente incomprensible.

La escogida como segundo adelanto del disco se alza como uno de los momentos más disfrutables del trabajo a través de unos pasajes que enganchan, emocionan, cautivan y no te dejan escapar. Es tan asombrosamente mágica, que incluso se permiten añadirle un toque extra de magia al añadir la voz de Vincent Price en uno de sus diálogos más recordados aparecido en ‘La Máscara De La Muerte Roja’, basada en la obra del nunca suficientemente aplaudido Edgar Allan Poe.

Traspasado el ecuador del disco nos topamos con “In The Absence Of Matter”. Un redoble nos da la bienvenida a un tema que va muy en la línea de “The Great Mirage”: directo, con una atmósfera trabajada y que nos deuelve al sonido más primigeneo de la banda. Un tema que funciona de forma correcta pero que, visto lo demás, se queda corto de sorpresa pese a, una vez mas, poseer un juego de guitarras digno de aplauso.

Entonces es cuando llega “Forestless” y nos devuelve a esa senda marcada de la sorpresa, jugando en su inicio con sonidos experimentales y un riff de guitarra para que luego entre la parte rítmica con un ritmo pausado y donde destacan especialmente las líneas de bajo por parte de Nate Verschoor. La entrada poco a poco de todos los elementos y los escenarios por donde se pasea la música hacen que el tema se convierta en el mejor compositivamente hablando de todo el disco; además, la batería de Josiah Babcock también quita el hipo. Es un tema puramente dedicado a contemplar la capacidad rítmica del grupo ejecutada con maestría ante los demás elementos que quedan relegados a un respetable segundo plano.

Sumergirse en el primer minuto de “Between Two Worlds” es hacerlo en un auténtico ejercicio de doom metal sobre el que luego explotan las características del black metal melódico. Este último tema tiene momentos en los que se rompe totalmente el ritmo y cambia completamente de tercio, abordando otros géneros y resultando ser una canción que aunque no es en absoluto mala, no termina de casar con el resto del disco y, como cierre, quedaría un poco descafeinada si no fuera por el solo de guitarra que se hace al final del tema, puro oro en paño.

Con ganas de devorar el mundo

Uada han conseguido con ‘Djinn’ lo que iban buscando durante los dos primeros discos, una identidad propia en la que sentirse totalmente cómodos y a la que, aunque todavía le faltan detalles por pulir, empieza a vislumbrarse un auténtico éxito. El disco se posiciona como una obra muy interesante, de las que con cada escucha se redescubre a sí misma guardando pequeños detalles en su composición.

Si bien los anteriores trabajos resultaron ser del agrado del público, con ‘Djinn’ se lanzan directamente a conquistar plenamente a toda la comunidad del género, con un argumento compositivo complejo y que sale a la luz en temas como “Forestless” o “No Place Here”. Los americanos están en una etapa musical donde tienen que apostar el todo por el todo y en este trabajo lo hacen ofreciendo el disco más complejo y trabajado de su corta carrera, lo cual es de agradecer en los tiempos que corren.

Hablar de candidato a disco del año es tocar un techo muy alto, pero sin lugar a dudas sí se puede poner entre uno de los mejores lanzamientos. Uada quiere sorprender y lo logra, pero deja tras de sí una sensación de que el siguiente trabajo que venga, será la bomba definitiva con la que atraparán a todo aquel que les oiga. Ojalá, porque se lo merecen.

Juanma García

Grupo:Uada

Discográfica:Eisenwald

Puntuación:8

Canciones:

  1. Djinn
  2. The Great Mirage
  3. No Place Here
  4. In The Absence Of Matter
  5. Forestless
  6. Between Two Worlds

Año:2020-09-25