Devin Townsend: Lightwork

Devin Townsend aprovechó los años de la pandemia para crear ‘Lightwork’, un trabajo que se enfoca en la música y en los seres queridos como “rayo de luz” durante un periodo oscuro.

El periodo pandémico fue, sin duda, fructífero para muchos artistas. La falta de conciertos hizo que se pusieran las pilas para trabajar en nuevos temas, y Devin Townsend fue uno de los que no perdió el tiempo. El músico canadiense presenta ‘Lightwork’, el sucesor de su anterior trabajo ‘Empath’, lanzado en 2019. Devin Townsend quiso desmarcarse un poco de otros artistas, que exploraron el lado más social y político de la pandemia, para enfocarse en sus experiencias personales a lo largo de este periodo tan excepcional. Para este disco, Townsend ha trabajado con el productor GGGarth.

Las luces de ‘Lightwork’

Sonidos marinos y una simple base rítmica electrónica es lo que recibe al oyente cuando ‘Lightwork’ arranca con “Moonpeople”. No tarda en aparecer la guitarra y la voz de Devin Townsend con unos motivos alegres, y un estribillo simple pero efectivo. El tema transcurre por unos derroteros psicodélicos, hasta que termina casi de forma abrupta, para dar paso al siguiente corte.

“Lightworker” da continuidad a la idea de “Moonpeople” y la sigue desarrollando, casi como si fuera un tema hecho en dos partes. No obstante, aquí se puede escuchar un desarrollo más complejo, con detalles de teclados y coros que le dotan de un componente más emotivo. Al igual que en el tema anterior, la transición hacia la siguiente canción se produce sin apenas darte cuenta.

En “Equinox” los sonidos del sintetizador y la base electrónica acompañan a las voces durante las estrofas. Por otra parte, los teclados magnifican los interludios haciéndolos más épicos y emotivos. La delicadeza de las voces se torna en una tesitura casi gutural hacia la mitad de la canción, para volver de nuevo a un registro más suave, ofreciendo un intersante contraste.

“Call Of The Void” transmite el mensaje de relax y calma ante una situación tan adversa como una pandemia mundial. El contexto es importante para entender las emociones que Devin Townsend intenta transmitir en este álbum, y este tema cumple a la perfección. Por otra parte, “Heartbreaker” aporta casi lo opuesto, con un riff de guitarra más prominente y con distorsión, y que cuenta con una voz femenina aportando una dosis extra de dramatismo.

Contrastes dentro de ‘Lightwork’

“Dimensions” destaca por ser algo diferente a cualquiera de los temas anteriores del trabajo, con un estilo más industrial, aunque sin dejar de lado ciertas partes melódicas que sobresalen en ciertos pasajes del corte. Por supuesto, hay un mayor protagonismo de las guitarras, especialmente con el solo en la parte central, y con los riffs pesados que llevan la batuta a lo largo de la canción.

“Celestial Signs” vuelve por el camino más emotivo, sobre todo gracias a los coros que destacan determinadas partes vocales, mientras que “Heavy Burden” tiene un aire más desquiciado por momentos, con voces infantiles y otras distorsionadas con diferentes efectos. Los efectos sonoros que acompañan las estrofas ayudan a dar ese sentimiento de incomodidad. Las guitarras acústicas son protagonistas en “Vacation”, un tema sencillo pero que consigue evocar una sensación de esperanza. Los teclados y efectos de percusión ayudan a construir la atmósfera de la canción.

“Children Of God” pone el punto final. Un esfuerzo de 10 minutos en los que Devin Townsend pone toda la carne en el asador. El canadiense juega con distintas intensidades, tanto en los pasajes instrumentales, como en los coros, apoyándose en un estribillo que se repite varias ocasiones. Después de un pasaje en el que la canción termina de hacer un largo fade-out, se pueden escuchar sonidos marinos, para cerrar el trabajo tal y como empezaba.

‘Lightwork’ es un disco que, a pesar de verse influenciado por un suceso tan traumático como la pandemia mundial del coronavirus, trata de enfocarlo desde un punto de vista más alegre. El título mismo es una referencia a esa “luz en la oscuridad” que supuso para Townsend crear música durante este periodo. El resultado, un álbum cargado de emotividad, con contrastes y muy buenas melodías, tanto instrumentales, como vocales.